Somos
Opinión
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"Somos las que utilizamos el artículo 'las' porque nos sale de donde nos sale y somos quienes creemos en eso de que todas cuidamos de todas".

Diputados y diputadas del grupo parlamentario Sumar, en el CongresoSumar

Claro. Me han atribuido a lo largo de estos años diferentes calificativos. Me han dicho que soy comunista. Ojalá fuera comunista por la gracia de Nelson Mandela y de Engracia Rivera, como dicen mis compañeros del grupo parlamentario, pero ellos son mucho más valientes y buenos militantes y yo no valgo ni la mitad de ellos. Hay ciertos ismos para los que hay que ser muy valiente. Para el comunismo (real) o para el cristianismo (real) hay que ser muy valientes. En cambio, para otros, como el fascismo, basta con ser muy cobardes.

Soy, somos más cosas de lo que nos han dicho y me gustaría apuntarlas para que la próxima vez que quieran calificarnos lo hagan con mejor contenido.

Somos los rojos y los republicanos. Las feministas y las ecologistas.

Somos los que creemos en todos los dioses y somos también los que no creemos en ninguno.

Somos las que llevamos levantándonos desde hace muchos años a las seis de la mañana para tratar de hacer, con humildad y callados, un país mejor.

Somos también las que no nos levantamos porque estamos cansadas, porque tenemos miedo, porque nos duele todo el cuerpo o porque tenemos sufrimiento mental. Sí, somos a las que nos duele todo el cuerpo a todas las horas y nos duele la vida a todos los días.

Somos los que venimos de los barrios y venimos de familias humildes y que gracias a la Democracia hemos podido llegar donde hemos llegado.

Somos los maricas y las bolleras, las trans y los que asumimos nuestros cuerpos y nuestros deseos. Los que tenemos claro lo que supone nuestro cuerpo y el deseo y somos también quienes no lo tenemos claro.

Somos los que tenemos dificultad para llegar a fin de mes. Y los que tenemos dificultad para llegar al final de la vida.

Somos los perdedores de largo recorrido. A los que nos gusta estar del lado de los perdedores porque nos enseñaron de pequeños - sentándonos mirando el mar- que siempre vamos a perder. Y que lo que nos vamos a llevar es volver de vencer en todas las derrotas.

Somos las que dudamos. Los que a veces no tenemos claras las cosas, pero tratamos de seguir hacia adelante. Pero pese a las dudas somos los que nos empeñamos en sacar leyes para avanzar en derechos universales. De hecho, somos las que llegamos a desatascar leyes que estaban atascadas.

Somos los pequeños y las minorías, pero somos también las mayorías de las industrias y la herencia de las minas, y de los montes y la pesca y las universidades y la tienda del barrio y el bar y el kiosco de la esquina y los sindicatos y las escuelas y los centros de salud y los hospitales desvelados y las mareas y los que limpian las calles o llevan los correos.

Somos las que amamos las cosas que a nadie le importan.

Somos los que hablamos todas las lenguas del mundo que no son las suyas.

Somos los restos de los naufragios, lo que resiste del colonialismo y del capitalismo, del patriarcado y de todos los pusilánimes y faltosos que nos han querido robar durante siglos. Desde diferentes siglas o instituciones nos han venido robando durante siglos.

Somos los incoherentes, los tímidos, las calladas y las que tenemos miedo. Los que a veces tenemos mucho miedo.

Somos incluso los que también les votan a ustedes porque no tenemos certidumbres en nosotros mismos. Porque nos han engañado. Porque no entendemos a los analistas esos tan listos que han leído tanto y que explican todo tan bien, pero que no les entiende ni dios.

Somos las que cuidamos de la ciudad y del país. Somos las que limpiamos las casas, las escaleras y los portales, los que les abren las puertas y les hacemos pasar controles. Somos las que ponemos los carteles en los baños donde ustedes orinan y les decimos que por favor los dejen limpios después de utilizarlos porque suelen mear salpicando y no tiran de la cadena.

Somos las que limpiamos el culo de sus padres y de sus madres y a los que nos dan las gracias en privado, pero luego nos quieren echar del país cuando están sentados en el Congreso.

Somos las que cuidan a sus hijos en las playas del norte y nos ponen una bata blanca para dejar claro quiénes son los señoritos y quienes son las trabajadoras.

Somos las que no somos blancas. Los que tenemos todos los colores del mundo, todas las culturas y hemos nacido en todos los países.

Somos los que sabemos que las únicas patrias son los zapatos de cada uno. Y que sabemos también que si alguien huele mal es porque otros huelen bien.

Somos los que hemos llegado en cayuco o saltando una valla.

Y somos también todos los que nos hemos muerto en los océanos.

Somos los niños y niñas palestinas que asesinaron los políticos que ustedes apoyan. Somos los niños y niñas de todas las violencias.

Y somos todas sus madres y todos sus padres.

Y somos todas las madres de todos los Cristos asesinados por los Imperios de la Historia. Los bisnietos de los pesebres y de los exilios y de los censos de los poderosos.

Somos los que creemos en que hay desigualdades y que el género es uno de ellos y que ser mujer sigue estando penalizada en nuestra sociedad. Y que si además de ser mujer, eres negra, pobre, puta o presa estás más penalizada aún.

Somos las que utilizamos el artículo “las” porque nos sale de donde nos sale y somos quienes creemos en eso de que todas cuidamos de todas.

Y escuchen, miren, esto puede parecer extraño, pero es lo más importante:

Somos también ustedes y ustedes son también nosotros. Somos también los que pensamos diferente y distinto, somos a los que tanto nos cuesta ponernos de acuerdo, pero ahora, y escuchen esto bien, ahora mismo escuchen esto porque es lo más importante: es imprescindible, aquí y ahora es imprescindible ponernos de acuerdo: Vamos a dejarnos de babayadas y vamos a intentar hacer un país y un mundo mejor, más bueno, más justo y más ancho.

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Rafa Cofiño es diputado del Grupo Parlamentario Sumar

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