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El pueblo de Madrid que lleva dos años sin agua potable: "Hay gente que se ha podido contaminar por beber del grifo"

El pueblo de Madrid que lleva dos años sin agua potable: "Hay gente que se ha podido contaminar por beber del grifo"

Aldea del Fresno sufrió una riada producida por una DANA en 2023. Puentes y campos enteros fueron derruidos por la tormenta, aunque se recuperaron rápida y eficazmente. Sin embargo, los grifos y duchas de los vecinos siguen sin verter agua potable, lo que les obliga a recorrer todo el pueblo con garrafas para rellenarlas en los camiones cisterna.

La tormenta se desató de la forma más brutal posible aquel 4 de septiembre de 2023 en Aldea del Fresno, una pequeña localidad al suroeste de la Comunidad de Madrid. Los aluviones arrasaron tres de los puentes que conectan al pueblo con el resto del mundo y algunos vecinos se vieron encerrados en sus vehículos por la corriente despiadada que creaba el agua. "Fue como el fin del mundo", asegura María a El HuffPost, una vecina de 82 años que ha pasado la mayor parte de su vida entre las calles y campos que rodean la aldea. Sin embargo, y después de presenciar la fuerza de la naturaleza, el pueblo se recuperó a una velocidad vertiginosa y casi en tiempo récord, pero la reconstrucción se olvidó de uno de los ingredientes fundamentales del desarrollo de una vida cotidiana: el agua potable. Pese a ello, en este mes de septiembre parece que asoma un pequeño rayo de esperanza al que los vecinos dudan si aferrarse. 

Instantes después de que la DANA arrasara todo, los grifos de Aldea del Fresno empezaron a verter agua enturbiada, como si emergiese del barro más oscuro y profundo de la región. "Era chocolate", afirma Santos Suena, otro de los vecinos para los que la desesperación después de dos años ya le supone insoportable. Las reformas de Aldea comenzaron días después de la tormenta y, con ello, la reconstrucción de los tres puentes. Fue entonces cuando, en las excavaciones y por un error técnico, el manganeso —un metal denso que imposibilita la potabilidad del agua— empezó a brotar. "A partir de ahí empezaron los problemas con el agua porque, según algunos técnicos, hubo algunas filtraciones al cimentar y se debió romper una meta de hierro manganeso que es lo que daña el agua de Aldea. Se perdió mucho tiempo y no se atacó el problema de forma seria", nos explica Rafael, vecino y fundador de la asociación que trata de resolver todos los problemas de la localidad madrileña. 

El resultado se traduce en que, entre el agua enturbiada que produjo la DANA y la impotabilidad causada por el manganeso, los habitantes de Aldea del Fresno llevan dos años sin poder beber agua del grifo e inmersos en una travesía semanal para poder llenar las garrafas en las dos cisternas colocadas por el Ayuntamiento en diferentes puntos del pueblo. "Llevamos dos años que estamos como hace 60 años, viniendo todos los días a la fuente a por agua, los que podemos. Los que no pueden o se gastan la pasta o tienen que ir a alguien que vaya a por agua. Si no, no pueden beber", explica Santos para reflejar la realidad del pueblo y la de aquellos que no tienen las facilidades para recorrer kilómetros de distancia entre sus hogares y el preciado líquido. 

  Garrafas de agua en una de las dos cisternas que se encuentran en Aldea del Fresno.Sergi González

Desde la DANA, el agua de Aldea del Fresno ha pasado por diferentes momentos: desde el barro que emergía de los grifos, hasta momentos de poca claridad y, finalmente, desde diciembre de 2024 la decretación por parte de las autoridades de la impotabilidad del agua. Por ello, desde El HuffPost hemos hablado con Guillermo Celeiro, Concejal Delegado de Economía, Hacienda, Sanidad, Turismo y Servicio de Atención al Ciudadano. "En tiempo récord —en 10 meses— la Comunidad de Madrid y el Gobierno central construyeron todos los puentes, pero esas excavaciones —que requerían de hasta los 30 metros de profundidad— provocó que se rompiera la mina de manganeso y entró inevitablemente en el pozo de captación del agua municipal. La Navidad pasada el metal se elevó hasta superar el límite del agua de consumo y tuvimos que declarar como no potable", asegura el concejal.

"Lo que está claro es que el agua no era potable desde el momento en el que salía como si fuera chocolate. Vamos, no sé si alguien se la ha bebido, pero desde luego ni yo ni mi familia lo hemos hecho, ni creo que nadie se la pueda beber, con lo que no era potable. No porque tuviera un metal u otro, sino porque era mierda", asegura Santos que desconoce el porqué el Ayuntamiento de Aldea del Fresno tardó tanto en decretar la impotabilidad del agua. Mariluz y Rafael, creadores de la asociación, se encuentran ante la misma tesitura. 

"El problema es que estábamos ante la turbidez del agua y no estaba diagnosticada la situación. Al no tener conciencia el pueblo de lo que estaba pasando pues la gente decía que no era potable, el Ayuntamiento no decía nada, pero claro, no te bebes esa agua", afirma Rafael. Mariluz por su lado recuerda la acción institucional después de la DANA. "El Ayuntamiento nos dio agua después de la tormenta durante unas semanas y después dejaron de hacerlo", afirma matizando que, desde entonces hasta que se decreta como impotable "el ciudadano no sabía lo que se estaba bebiendo". "El agua salía a veces clara, otras con tierra, a veces salía, a veces no... Los vecinos no sabíamos nada".

"En septiembre se instalará la potabilizadora que elimina el problema del manganeso que es lo que provoca el problema del agua"
Guillermo Celeiro

"En el mes de abril de este año licitamos a la empresa mediante un proceso de emergencia en el que se encargó la construcción de una estación depuradora para el manganeso. Es una planta contenerizada, son 16 filtros en total que lo que provocan es una decantación para extraer el metal. A estas alturas en muchas de las analíticas cumple, pero cercano al límite máximo permitido. La planta potabilizadora se instalará en este mes de septiembre", explica Guillermo Celeiro para poner en relieve la situación actual que se prevé que pueda llegar a solucionarse a lo largo de este mes, principios de octubre "si hay alguna demora que siempre puede surgir en estos procesos". Por parte de la institución también afirma que "se ha hecho todo lo que estaba en su mano". "Esto no depende de nosotros, los políticos, sino que los técnicos nos dan los informes en el mes de diciembre e inmediatamente se comunicó la impotabilidad del agua. Acto seguido pusimos los camiones cisternas y la gratuidad de la factura del agua mientras nos encontremos en esta situación", afirma. 

  Un hombre rellena una garrafa de agua en Aldea del Fresno en una de las cisternas.Sergi gonzález 

Este mes de septiembre se ha convertido en el rayo de esperanza para toda la localidad madrileña. Sin embargo, y cogiendo de antecedentes todo lo que ha sucedido en los últimos dos años, los vecinos son escépticos a que de verdad el problema se pueda solucionar definitivamente. "No ha habido transparencia nunca. Pero no de ahora: nunca. El bando no lo lee nadie, debería haber otra manera de hacer las cosas y las redes sociales no es un sistema", afirman desde la asociación. María tampoco es optimista ante la perspectiva: "Estamos desesperados, no vemos una solución a corto plazo. Esperemos en septiembre... Lo dudo bastante, la verdad. Nos han dicho que el agua era potable cuando no lo era y nos hemos podido envenenar". Santos, por su lado, también es escéptico: "Visto lo visto, la verdad es que no me lo creo. Nos han dado explicaciones que luego no se han llevado a cabo. Ojalá que esté lista en septiembre y todos tan contentos, pero hasta que no lo vea no me lo creeré". 

No vemos una solución a corto plazo. Esperemos en septiembre... Lo dudo bastante, la verdad.
María, vecina de 82 años

El mal estado del agua no sólo ha dañado la cotidianidad de todo Aldea del Fresno, también sus electrodomésticos y aparatos que requieran de ella para su funcionamiento. "Se han estropeado termos, a mí se me rompió el lavavajillas... Es un sedimento que va quedando en las tuberías y a la larga habrá muchos más", afirma Mariluz. "Además de que el agua no es para beber, la porquería que ha estado saliendo estos años se ha cargado lavadoras, calentadores... Si no hay solución para la potabilidad del agua, imagínate para los electrodomésticos que se van a joder", respalda Santos analizando uno de los muchos problemas que ha generado esta situación. Ambos coinciden en que, desde el Ayuntamiento, no hay medidas planteadas ni puestas en marcha para solventar de forma económica el daño. 

La realidad cotidiana de Aldea del Fresno

Hugo´s Pizza es uno de los locales recurrentes para todos los vecinos. Al tratarse de un pueblo en el que mucha gente pasa las vacaciones, la comida rápida es una garantía para salir del paso. Sus dependientas nos atienden en su momento de descanso para explicarnos la situación laboral a la que tienen que hacer frente diariamente. "Nuestro jefe compra todos los días 10 garrafas de 8 litros todos los días. Eso sólo nos da para hacer la masa de la pizza, el resto nos apañamos como podemos para limpiar platos o incluso lavarnos las manos", afirma una de ellas sentada en la terraza del establecimiento. "Ya ves lo que pone en la puerta 'agua no potable", prosigue riéndose de la dramática situación. Ellas, al igual que otros locales de la zona, han renunciado a dar agua a los clientes que la pidan. "No es que no queramos dar agua, es que no podemos. A los clientes no les queda otra que pedir una botella grande o algún refresco", concluyen. 

  Abrir el grifo de la cisterna para poder tener agua potable en Aldea del Fresno.

Beber del grifo es sólo la punta del iceberg de los problemas que representan la impotabilidad del agua. Además de los electrodomésticos, lavarse los dientes, ducharse, ir a por el agua o incluso cocinar se ha vuelto en un reto común para los vecinos de Aldea. María es consciente de su situación. Con 82 años y 40 viviendo en el pueblo le da lástima en lo que se ha convertido su hogar. "Esto antes no era así, ahora ves la suciedad, la porquería, ni siquiera hay agua... Yo tengo la edad que tengo y, pese a que conduzca, he tenido que cargar todas las semanas con garrafas que son muy pesadas. He tenido la ayuda de mis hijos, pero ¿y cuando no? Hay gente que se ha podido contaminar", explica. La asociación expone que el de María es un escenario muy común en la localidad. "Sé de vecinos que no disponen de coche y van a las cisternas con garrafas de 10 litros. Imagina qué haces con 10 litros para una familia. Y gente mayor que directamente no está a su alcance. Yo he escuchado de algunos que incluso están bebiendo agua del grifo", comenta Mariluz.

Ducharse también ha sido una travesía para todos ellos: desde calcular cuándo entrar bajo el agua en el momento que menos suciedad tuviera, hasta tener que ir a Villamanta —un pueblo cercano— para poder hacerlo sin preocupaciones. Es el caso de Santos y su familia: "Ha sido muy difícil la forma de llevarlo. Yo tengo nietas y muchas veces desde que estaban aquí hasta que se han ido no se han duchado. Mi mujer y yo nos hemos tenido que ir a un pueblo cercano donde tenemos familiares para poder ducharnos. Aquí no iba a hacerlo porque salía barro y hay alguno que se ha duchado con agua negra". 

Después de dos años a la espera de poder volver a abrir el grifo, literalmente, los vecinos de Aldea del Fresno toman con cautela la llegada de la nueva potabilizadora que solucionará el manganeso. Todos y cada uno de ellos esperan que así sea, pero mientras tanto cargan de nuevo con sus garrafas para poder llevar algo de agua a casa. Cada uno con su historia, sus vivencias y circunstancias, pero a todos les une el mismo hilo. Un hilo que conecta a todo el pueblo desde aquella DANA de septiembre de 2023. Desde la asociación de vecinos nos advierten a El HuffPost: las potabilizadoras que van a instalar son exclusivamente para remediar el problema del metal. Los nuevos inconvenientes que pueden surgir nadie los puede determinar.  

El agua de Aldea del Fresno, además, ha sido históricamente seña de identidad de la localidad madrileña. Está exenta de la gestión del Canal de Isabel II, que llega justo hasta la frontera. Conectarlo al pueblo llevaría una gestión de hasta 5 años según nos ha informado el concejal, Guillermo Celeiro. "Yo sólo quiero que volvamos a tener el agua que teníamos, la vida que teníamos", nos explica otra de las vecinas del pueblo. Aldea se encuentra ante las semanas decisivas que determinarán si, como esperan sus habitantes, vuelven a la normalidad o siguen incrustados a la vida de hace 60 años, aquella en la que había que ir a la fuente a beber algo o al río para poder lavar la ropa.

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