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El Vaticano investiga por pederastia al obispo de Cádiz cuando era cura en Madrid

El Vaticano investiga por pederastia al obispo de Cádiz cuando era cura en Madrid

Los abusos tuvieron lugar supuestamente cuando la víctima tenía entre 14 y 21 años. "Se metía en mi cama, me acariciaba y besaba", se lee en la denuncia del pasado verano. Es el primer caso en España de indagaciones en Roma contra un prelado. 

El obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, habla en un mensaje institucional para la Navidad de 2019.
El obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, en un mensaje institucional para la Navidad de 2019.Obispado de Cádiz y Ceuta / Youtube

Lo ha adelantado el diario El País este lunes: el Vaticano ha abierto una investigación contra el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, de 76 años, por presunta pederastia. El caso se remonta a los años 90, cuando pudo atacar a un menor "de manera continuada", cuando aún no había escalado en la jerarquía eclesiástica, sino que era cura en Getafe (Comunidad de Madrid) y dirigía el seminario de la diócesis. 

La víctima, indica la información del diario, envió el pasado verano una denuncia por correo al Dicasterio de Doctrina de la Fe, relatando los hechos y reclamando que se tomaran medidas. Si no lo hizo antes es porque se sentía paralizado por el miedo. Es la primera vez que en España se conoce públicamente que un obispo está siendo investigado canónicamente por un delito de pederastia. El caso estaría prescrito ante la justicia civil, por el tiempo que ha pasado.

Cuando hay una denuncia contra un obispo por un caso de esta naturaleza, el responsable sobre el que recae la investigación es el arzobispo metropolitano del que depende el acusado, que en este caso es el de Sevilla. Ni allí ni en la diócesis gaditana han querido valorar la información. 

"Escribo esta carta sólo con la intención de evitar que lo que me pasó a mí le pueda seguir pasando a otro niño", dice el denunciante en su misiva. En ella, señala a Zornoza de haber abusado de él cuando contaba con 14 años y hasta los 21 años. Los hechos se remontan a 1994, cuando el denunciado tenía 45 años y dirigía el seminario mayor de la diócesis de Getafe, creada tres años antes tras la división de la archidiócesis de Madrid en varios obispados.

Tras años de pelea consigo mismo, ahora aquel niño explica lo ocurrido. "Desde los 14 hasta los 18 años iba casi todos los fines de semana al Seminario Mayor del Cerro de los Ángeles. Durante este tiempo abusó de mí. Era por las noches cuando venía a la habitación y sufría los abusos. Se metía en mi cama, me acariciaba y besaba. Por las mañanas también me despertaba del mismo modo. En esos momentos nunca le dije nada, la parálisis me controlaba", indica la carta, consultada por El País. "Los abusos denunciados -tocamientos, caricias en partes íntimas y besos en la boca- también tuvieron lugar en convivencias y campamentos", ahonda la noticia, firmada por Julio Núñez e Íñigo Domínguez, que llevan años investigando los abusos a menores en el seno de la Iglesia Católica.

A comienzos de la década de los 2000 aún seguían los abusos, siendo el joven mayor de edad. Tras cumplir los 18, el denunciante ingresó en el seminario mayor. "Al mismo tiempo, le reconocí mi homosexualidad. Rafa me permitió acceder al seminario y me llevó a una terapia de conversión para ‘curar’ mi homosexualidad", explica en la misiva el antiguo seminarista. En los dos años que pasó en ese seminario, asegura, Zornoza se metía en su cama "casi todas las noches y mañanas" para besarle y tocarle sus partes íntimas. "En varias ocasiones reclamé a Rafa que aquello que hacíamos no estaba bien. Él siempre me decía que era una amistad íntima", escribe. También le decía que "malinterpretaba su amistad".

Además de los abusos físicos, en la carta expone que Zornoza supuestamente "tenía una alta capacidad de manipulación" sobre él. "Sabía absolutamente todo de mí y yo me fiaba ciegamente de lo que me decía", escribe. "Otro ejemplo de capacidad de manipulación y control sobre mí eran las confesiones", prosigue. En ellas, el denunciante señala que tenía un gran sentimiento de culpa "y él me hacía ver que yo no era capaz de amar ni entender una amistad". "Tras confesarme de mis actos homosexuales yo me iba a la cama y a los pocos minutos él se metía en mi cama y me acariciaba", afirma.

El prelado, entonces, utilizó igualmente su posición de poder para engañarle, abusar de él y culpabilizarle de lo que sucedía. "Me convenció de entrar al seminario y me dijo que ‘mi herida’ (así se refería a mi homosexualidad) no me dejaba ver las cosas y que confiara en él. También me convenció de ir a un psiquiatra dos veces por semana para curar mi herida, mi homosexualidad. Ni mi homosexualidad ni que iba a terapia me permitió compartirlo con nadie, ni con mis padres, familia o amigos […]", ahonda.

El denunciante, al final, abandonó su vocación y el seminario, pero incluso después de esos años no tenía conciencia de haber sido abusado. Sólo al ir a terapia se le reveló la gravedad de lo que había sufrido. "Cuando tenía 32 años le escribí un mail donde le decía que abusó de mí. Nunca recibí respuesta y, desde ese día, jamás volvió a ponerse en contacto conmigo", dice el afectado. Este año, detalla el afectado, quedó con el actual obispo de Cádiz. "Esta vez en persona le volví a decir que había abusado de mí desde los 14 hasta los 21 años. Simplemente me dijo que nunca fue su intención, aunque me reconoció la manipulación y abusos", escribe en la misiva.

La respuesta esperada 

El obispado de Cádiz y Ceuta, tras conocer esta noticia, ha negado las acusaciones de abusos sexuales y ha anunciado la suspensión temporal de la agenda de Zornoza, "para el esclarecimiento de los hechos y para atender el tratamiento de un cáncer agresivo que está recibiendo". Una enfermedad que no había trascendido hasta ahora. 

En un comunicado remitido a los medios, el obispado ha afirmado que "las acusaciones que se hacen, referidas a hechos que tuvieron lugar hace casi 30 años, son muy graves y además falsas", y ha señalado que el caso ha sido introducido la semana pasada en el tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España.

La diócesis ha expresado también su "plena confianza en la justicia" y ha asegurado que colaborará "en todo lo que sea requerido", al tiempo que ha recordado “el respeto a la presunción de inocencia que asiste a todas las personas”. También ha indicado que no hará “posteriores declaraciones hasta conocer la decisión del tribunal eclesiástico”.

El proceso

El País expone que ahora el tribunal que instruirá el caso toma declaración al acusado, víctima (o víctimas) y a posibles testigos o personas informadas de los hechos. A esto se le conoce como investigación previa, que una vez concluida se envía al Vaticano. Después se decide si abrir o no un procedimiento que finalizará con un juicio canónico y una sentencia. La resolución se envía a Doctrina de la Fe para ser ratificada, en este caso inédito en nuestro país. Es la primera vez que se conoce en España que la Iglesia ha abierto una investigación contra un obispo por una acusación de abuso de menores, como ya se han dado en Perú o Estados Unidos.

Zornoza nació en 1949 en Madrid y fue ordenado sacerdote en la misma ciudad en 1975. Comenzó como vicario parroquial en San Jorge, bajo las órdenes de Francisco José Pérez y Fernández, párroco que luego ocuparía el cargo de obispo auxiliar de Madrid y primer obispo de Getafe.

En los años 80, Zornoza ocupó varios cargos relevantes en el episcopado de Madrid y ya en los años noventa, tras la desmembración de la archidiócesis madrileña, se incardinó en la nueva diócesis de Getafe como secretario de su primer obispo. En 1994, ocupó el puesto de director del seminario y en 2005 fue nombrado obispo auxiliar de Getafe. Durante ese periodo, según aparece en la web de la Conferencia Episcopal Española (CEE), estuvo implicado en la pastoral de juventud, creó medios para la formación de jóvenes y fue promotor de actividades de tiempo libre. De hecho, fue el fundador de la Asociación Juvenil Llambrión y de la Escuela de Tiempo Libre Semites. En 2011, el papa Benedicto XVI lo ascendió a obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta.

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