Mónica García: "Hay una línea de puntos que une a Ayuso, Moreno Bonilla y Mañueco y tiene que ver con la negligencia. Hay personas que podían haberse salvado"
Entrevistamos a la médica anestesióloga, portavoz de Más Madrid y ahora ministra de Sanidad, quien cree que la vivienda es "el sumidero por el que se está yendo la igualdad de oportunidades y la justicia social".

Mónica García no podía creerse lo que veía. Los consejeros y consejeras de Sanidad del Partido Popular, en plena crisis por los cribados del cáncer de mama en Andalucía, se levantaban de la mesa del último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. "¿Qué estáis haciendo? Esto es una absoluta falta de respeto", dijo la ministra de Sanidad cuando estos abandonaron una reunión en la que el Ministerio les pidió datos de unos cribados fundamentales para anticiparse al cáncer. Días después, mientras García intervenía en el Senado, Javier Arenas (Partido Popular) se puso a vapear desde su escaño. Todo esto son, para la también médica anestesióloga y portavoz de Más Madrid, ejemplos que demuestran que el PP entiende las instituciones "como si fueran El Ventorro". "Creen que son su cortijo", denuncia la ministra en esta entrevista.
- Junts acaba de anunciar que presentarán enmiendas a la totalidad a todas las leyes que presente el Gobierno. ¿Qué le parece esta decisión? ¿Cree que lo harán incluso si se presenta normas con las que podrían estar de acuerdo?
- Tengo esa inquietud... ¿Van a votar en contra, por ejemplo, de los 500 millones de la ley ELA? ¿Van a votar en contra de las leyes de universalidad de la gestión pública? ¿De todo lo que sustenta las mejoras sociales? Ya veremos en qué se materializa esa amenaza, pero me cuesta creer que vayan a votar en contra de leyes que no es que sean del Gobierno, sino leyes para la mejora social de nuestro país, incluida Cataluña. Sería más interesante que se pusieran con cada una de las leyes y propusieran alternativas.
- ¿Qué ha sucedido exactamente con los cribados de cáncer de mama en Andalucía?
- Lo que ha pasado es que el Gobierno de Juanma Moreno Bonilla ha perdido el control de los programas de cribado en una actitud incompetente que ha derivado en una actitud negligente con respecto a las mujeres que estaban dentro del programa. Han perdido el control porque han troceado el procedimiento en aras de privatizarlo y, siempre que se externalizan partes de nuestro sistema sanitario, se pierde el control. Lo más preocupante es que llevan años perdiéndolo. Las mujeres del programa llevan denunciando esto desde 2021. Son muchos años de incompetencia e indolencia. Es muy grave. Actualmente solo hay tres programas de cribado, para los cánceres de mama, colon y cérvix. Ojalá tuviéramos cribados para todos los tipos de cáncer, pero solo tenemos tres y son sagrados, son el núcleo y el alma mater de nuestro sistema de protección de la salud. Son los únicos cánceres a los que te puedes anticipar. Lo que hizo el Gobierno de Moreno Bonilla fue anticiparse y, cuando tuvo el resultado y encontró ese pequeño porcentaje de cánceres de mama, abandonó a las mujeres. Es de una gravedad extrema y tiene que ver con el desprecio al sistema público de salud y un desprecio a las mujeres. Para nosotras, es sagrado. Es una de las pocas veces en las que la sanidad pone el foco en nosotras, en patologías que tenemos nosotras, aunque también haya hombres con cáncer de mama. Las mamografías son sagradas. Nuestro sistema sanitario también lo es y el señor Moreno Bonilla lo ha hecho saltar por los aires. ¿Y cuál es la consecuencia de esto? Una desconfianza en unos programas que son fundamentales. Igual esta es la pretensión del Partido Popular, porque para hacer negocio con la sanidad, primero tienes que conseguir que la gente desconfíe del sistema público. A esta desconfianza se han sumado el resto de consejeros y consejeras del Partido Popular. Han decidido sumarse o bien para encubrir al señor Moreno Bonilla o por ocultar sus propios datos, generando todavía más desconfianza en aquellas comunidades gobernadas por el PP.
- Hace unos días, los consejeros y consejeras del PP se levantaron de la mesa del Consejo Interterritorial en la que se aprobarían millones para los programas de prevención del cáncer. Desde el Gobierno habéis enviado un requerimiento formal para que envíen los datos de sus programas de cribado. ¿Por qué cree que se levantaron? ¿Por qué no quieren abordar el tema?
- Fue un momento absolutamente kafkiano. El deber del Ministerio de Sanidad es pedir datos y velar por la protección de la salud de la población de manera equitativa en todo el territorio. El problema del Partido Popular es que solo tiene una estrategia en materia de sanidad, solo una. Primero, esconder sus errores, y segundo, intentar desgastar al Ministerio de Sanidad y a la ministra de Sanidad. Esa es su única estrategia. Para llevarla a cabo, hacen cosas completamente incomprensibles, como levantarse de un Consejo Interterritorial en el cual se iban a aprobar dos millones de euros para los cribados neonatales, para el cribado del cáncer de colon y para la vigilancia epidemiológica del cáncer. Para que podamos hacer la vigilancia epidemiológica, desde el Ministerio de Sanidad necesitamos los datos de las Comunidades Autónomas. Además, esos datos no son de su posesión. Los datos no son del señor Moreno Bonilla, ni de la señora Ayuso ni del señor Mañueco. Los datos son de la ciudadanía y para que la gente pueda confiar en sus gobiernos y en el sistema sanitario público, necesita que los consejeros y consejeras sean transparentes y que no monten un circo en cada una de las comisiones interterritoriales. Dicho esto, hemos convocado otro Consejo para retomar los asuntos que no se pudieron acordar, y para pedirles nuevamente los datos de cribado.
- ¿Y cree que en ese nuevo Consejo sí los darán? ¿No se volverán a levantar?
- Pues como su estrategia es intentar desgastar al Ministerio y a la ministra de Sanidad, quién sabe cuál de sus diferentes tácticas van a usar. Yo ya les digo que lo siento mucho, pero soy una ultra defensora del Sistema Nacional de Salud. No me van a desgastar. Sé de sistemas sanitarios y sistemas públicos más que ellos, y quiero cuidar el nuestro más que ellos. Mi misión y mi competencia es velar por la salud de todos los ciudadanos y ciudadanas, y eso está por encima de cualquier estrategia partidista o de cualquier interés espurio que pueda tener el Partido Popular.
- ¿Conocemos el alcance y la gravedad que supone el fallo en el cribado?
- Yo creo que sí lo conocemos. Ha fallado uno de los elementos nucleares de protección de la salud de nuestro país. Más allá de lo cuantitativo, que se habla ya de más de 2000 mujeres, la parte cualitativa es la consecución de una negligencia. Un programa de cribado es relativamente sencillo: tú invitas a una población diana; un porcentaje contesta y, de esos que responden, detectas un número de cánceres que por suerte es bajo. Cuando detectas ese porcentaje bajo, lo que no puedes hacer es lo que ha hecho el señor Moreno Bonilla, que es abandonar a las mujeres y meterlas de nuevo en el saco de 'no hemos visto nada'. Eso es como rebatir toda la ciencia. Cuando tú detectas un cáncer a tiempo das posibilidad a tratamientos menos agresivos. Pero lo que han hecho es abandonarlas y escudarse en excusas de mal gobernante.

- Imagino que está siguiendo el juicio al fiscal general. ¿Qué le parece el proceso, pero también las declaraciones de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, diciendo que solo tenía la opción de irse o suicidarse, cuando han pasado apenas unos días del Día Mundial para la Prevención del Suicidio?
- El juicio al fiscal general del Estado es un despropósito desde el principio hasta el final. Ha quedado claro por la declaración de los periodistas que tenían acceso a la información y a la filtración antes que el fiscal. Eso debería suponer el fin del juicio. Y luego, las declaraciones que estamos escuchando son esperpénticas. Escuchar al jefe de Gabinete de la señora Ayuso decir que él es periodista, no notario, y que por lo tanto tiene la potestad de difundir bulos... Porque no hay que olvidarlo nunca. Es él quien empezó el bulo y quien puso el foco en la pareja de la señora Ayuso. Es un despropósito. Y escuchar al señor González Amador amenazar con un problema tan importante como son el suicidio y los trastornos de salud mental... Como si él fuera la víctima y hubiera una conspiración en todo el mundo o en todo nuestro país. Supuestamente, en la izquierda hemos conspirado para que este señor se forre con las mascarillas en plena pandemia siendo su pareja la presidenta de la Comunidad de Madrid; en la izquierda hemos conspirado para que este señor viva en un ático de lujo con la presidenta de la Comunidad de Madrid, sin saber quién ha pagado; en la izquierda hemos conspirado para que este señor cometa un fraude fiscal; hemos conspirado para que el señor Miguel Ángel Rodríguez difunda bulos... Al final, nos encontramos con lo mismo que con el señor Mazón. Nos encontramos con víctimas, como el señor González Amador. Son las víctimas de sus propios actos y cuando se les piden responsabilidades tienen la poca vergüenza de utilizar, tanto el señor González Amador como el señor Mazón, la salud mental como un elemento de su victimización. No solo me parece frívolo, sino una nueva humillación a todas las personas que realmente han sufrido algún problema de salud mental o casos de suicidio. Es el mismo manual que el Partido Popular ha ido repitiendo en todas y cada una de las crisis, y tiene que ver con eludir sus responsabilidades, con culpar a la izquierda, al Gobierno central, al Ministerio o al presidente del Gobierno.
- Ha mencionado el caso de Carlos Mazón. ¿Qué le pareció su discurso?
- Fue la cara y la voz de la indignidad política y yo creo que en esto coinciden tanto izquierdas como derechas. Es algo objetivo, claramente objetivo. Volvió a utilizar el libro blanco del manual de crisis y negligencias provocadas por el Partido Popular, en las que el señor Mazón, el señor González Amador, la señora Ayuso o el señor Moreno Bonilla se presentan como víctimas cuando no lo son. En este caso se llegó a frivolizar nuevamente con una baja médica del señor Mazón, porque es él quien ha vivido una situación insostenible, poniéndose por delante de la situación absolutamente dramática que habían vivido las familias de las víctimas, las víctimas y todas las personas que vivieron en primera persona aquel 29 de octubre. El Partido Popular no nos sorprende. Es la misma actuación, los mismos pasos que da el PP desde el 11M. Desde el 11M llevan utilizando esta misma estrategia, esta misma táctica en la que no solo se desprecia a la verdad y su responsabilidad política, sino que hay un desprecio, un acoso y una humillación a las víctimas, sean estas de un cribado de cáncer de mama, de la mala gestión de una crisis climática como la DANA o de las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid. Siempre se les acusa de ser de izquierdas, como si eso les restara la capacidad de ser víctimas. Las víctimas no son otra cosa más que víctimas. Solo con pedir perdón y con una gestión empática de su duelo, valdría, pero es que el PP es incapaz. Ya lo ha dicho el señor Aznar: nunca hay que dar el brazo a torcer, nunca hay que asumir que la responsabilidad de las diferentes crisis es del PP. Yo el otro día lo decía en el Senado y los senadores del PP se escandalizaron. Hay una línea de puntos que una a la señora Ayuso, al señor Moreno Bonilla y al señor Mañueco, que tiene que ver con la negligencia. Hay personas que podían haber salvado su vida. Esto en medicina lo tenemos muy claro, también la evidencia científica lo dice muy claro. Se llaman muertes evitables. Y se escandalizaron. Pero es así. La política, cuando se ejerce de manera negligente, cuesta vidas. Y la política bien ejercida salva vidas.
- Ahora que habla de evidencia científica, ¿cómo se combate el negacionismo? ¿Cómo se compite contra alguien que dice que cualquier evidencia científica es mentira?
- El negacionismo lo está impulsando la ultraderecha y el Partido Popular. Lo manifestó por ejemplo el señor Arenas, que dijo 'no, no, yo no estaba vapeando, solo tenía un vaper en la boca'. Ese negacionismo en cierta medida considera que los ciudadanos somos idiotas. Yo creo que es programado y sistemático. Forma parte de una estrategia de la ultraderecha que ha copiado la derecha. Es un negacionismo científico, un negacionismo de todo aquello que pueda dar certezas, un negacionismo de todo aquello que te pueda sacar de la incertidumbre. La ciencia nos da certezas, la ciencia salva vidas. La ciencia es un elemento en el que los ciudadanos necesitamos confiar para poder seguir confiando en avanzar en un futuro como sociedad. También es un negacionismo institucional: 'Las instituciones no funcionan, el Gobierno no funciona, el Gobierno es ilegítimo'. Y un negacionismo social. Te dicen que no hay nada que ofrezca certezas. Una vez que no tienes certezas, cualquier teoría vale. Estamos volviendo casi a la edad medieval, y no es casual. Cuando la señora Ayuso dice que no va a cumplir la ley, por ejemplo, está desmontando un sistema democrático del que nos hemos dotado en el que las leyes nos dan certeza para seguir conviviendo. Cuando ella dice que no va a cumplir la ley o cuando el PP dice que el Gobierno es ilegítimo, que todo aquello que no son ellos no vale, como la Conferencia Hidrográfica, Sanidad, la AEMET... Cuando hacen eso, transmiten a la población que no hay nada que los pueda salvar. Es el sálvese quien pueda, el lejano Oeste, y quien mejor se mueve ahí es la ultraderecha.
- ¿Cree que había un objetivo político detrás del gesto de Arenas vapeando cuando hablabas en el Senado, posicionarse contra la ley antitabaco o había solo una intención de interrumpir?
- Es un buen reflejo de cuál es la actitud del Partido Popular, que se creen que están todo el día en El Ventorro. Creen que el Senado es su cortijo. No solo vapean o usan un cigarrillo electrónico para faltarme el respeto como ministra de Sanidad, también a los ciudadanos y a las instituciones, sino que demuestran la impunidad que creen tener. Al señor Arenas le faltaba poner los pies encima de la mesa. Les falta ir con un batín al Senado porque consideran que las instituciones son su cortijo. No creo que hubiera una intencionalidad explícita, pero sí implícita, un decir 'este es mi lugar, yo me pongo el vapeador en la boca cuando quiero'. Pero es que esa cosa marciana de que alguien a quien acabas de pillar te diga 'no, no... No lo estaba haciendo'. Es muy revelador el gesto de su compañera del PP, que le dice 'quita, quita, que te están viendo'. Este es el Partido Popular. Es una imagen absolutamente reveladora, una compañera que, lejos de reprenderle, le dice eso.

- ¿Cómo está la ley antitabaco? ¿Cree que podrá salir?
- Si tú le preguntas a cualquier cardiólogo sobre el primer factor de riesgo que quitaría para eliminar las enfermedades cardiovasculares te diría, sin dudarlo, que el tabaco. El tabaco provoca 50.000 muertes al año, 140 muertes al día. Y contra esto tenemos una ley para regular los espacios que tienen que estar libres de humo. Yo creo que en eso hay un consenso social casi abrumador entre los no fumadores, pero también entre los fumadores, que nos dicen: 'Pues sí, mira, yo lo quiero dejar, pero como buena adicción, es complicado, pero cuanto más limites los lugares donde pueda hacerlo, pues mejor'. Y luego está el Real Decreto que regula los nuevos dispositivos, como los que usa el señor Arenas, ya sean vapeadores o cigarrillos electrónicos. Se han vendido como dispositivos para dejar de fumar, pero, si fuera así, habría que prescribirlos. Son una puerta de entrada a la adicción. Como la evidencia científica nos dice que no es verdad que sirvan para dejar de fumar y que es la puerta de entrada al tabaco para los más jóvenes, lo regularemos como si habláramos de tabaco. Con respecto a la ley antitabaco, pues esperamos que el Congreso de los Diputados, con todos los grupos parlamentarios, se haga cargo del sentir de una sociedad que siempre va por delante de las instituciones. Un consenso según el cual queremos vivir libres de humo y queremos una generación libre de humo. Esto, por supuesto, y como ya se demostró en el año 2010, no va en detrimento de la salud económica de ningún establecimiento de la hostelería.
- ¿No le parece una paradoja que la Comunidad de Madrid haga una potente cruzada contra las drogas, pero luego hagan campaña con la libertad para tomarse una caña? No es que sea una droga, pero...
- Sí se considera una droga legal, es un psicoactivo. Esta semana presentamos los datos del estudio que hacemos desde el Plan Nacional contra las Drogas, una encuesta que hacemos a más de 30.000 jóvenes de entre 14 y 18 años y la droga más consumida es el alcohol. Clarísimamente. Contrasta mucho una supuesta política contra las drogas de la señora Ayuso frente a una publicidad explícita que hace la propia señora Ayuso y todo el Gobierno de la Comunidad de Madrid con respeto al alcohol. Viene a decirles a los jóvenes que esto es normal, banal, que no tiene riesgos para la salud. En la última encuesta hemos visto un descenso en el consumo de alcohol. Las nuevas generaciones son conscientes del riesgo, pero aun así tenemos datos muy preocupantes. La mitad de los jóvenes de entre 14 y 18 años dicen haber bebido alcohol. Aunque también hemos logrado bajar las cifras, sigue habiendo uno de cada cinco jóvenes que beben en la modalidad de binge drinking, bebida por atracón. A raíz de un caso dramático de una niña que murió tras un coma etílico por esta modalidad de beber por atracón, comenzamos a trabajar en una ley de alcohol y menores que ya hemos presentado y llegará al Congreso.
- ¿Considera, como ha dicho Gabriel Rufián, que la vivienda puede suponer el fin de este Gobierno?
- Creo que la vivienda es el problema de nuestra sociedad, el problema por el que se están yendo todos los avances sociales, todas las mejoras sociales en materia de subida de salarios, de protección... Es el sumidero por el que se nos está yendo la igualdad de oportunidades y la justicia social. Eso está clarísimo. Desde la parte de coalición de Sumar, hace dos semanas presentamos un Real Decreto que complementa unas medidas que a nuestro juicio se han quedado cortas, que tienen que ver con la construcción y la vivienda pública. Necesitamos topar los precios, que las familias no sean expulsadas de sus barrios. Necesitamos no solamente que los jóvenes se puedan independizar, que por supuesto es un drama de primer orden, pero precisamos que las familias puedan vivir, que no se las eche de los barrios donde están arraigadas, donde se han criado. Necesitamos expulsar, como dice el artículo 47 de la Constitución Española, la especulación. Hay que hacer muchas cosas a la vez y yo lo siento mucho, pero hay que ser radical y drástico en todas y cada una de ellas. No solamente hay que construir, no solo hay que proporcionar más vivienda social, es que hay que topar los precios clarísimamente, intervenir en el mercado. Los ministros de Sumar estamos empujando y queremos que el Gobierno ponga todo este abanico de posibilidades encima de la mesa, no solamente las clásicas, de construir más y dar ayudas a aquellos que quieran comprar o alquilar...
- Esas ayudas acaban beneficiando a los caseros y rentistas.
- La evidencia científica pura y dura nos dice que no acaban de funcionar del todo. Ahora mismo, de verdad tenemos un problema y no es solo de las clases bajas, es un problema también de las clases medias, es un problema social de primer orden. Ni con un buen sueldo puedes tener un techo digno, ni en compra ni en alquiler. No sé si se llevará la legislatura o no, pero lo que sí se lleva son todas las mejoras sociales y progresistas que estamos consiguiendo y conquistando.
- ¿Temen que la gente os señale a los ministros de Sumar como responsables si finalmente no se logra solucionar el problema de la vivienda?
- El problema es tan grande que la gente tiene el derecho a manifestar su malestar en todos los ámbitos, pero sin perder de vista que las grandes competencias en vivienda las tienen las comunidades autónomas. La Ley de Vivienda tenía de alguna manera agujeros competenciales. Algunas comunidades los han rellenado o bien con una Ley de Vivienda propia o cumpliendo la norma y declarando zonas tensionadas. Eso es lo primero que debe hacer una Comunidad. En Madrid, el Gobierno es incapaz de hacerse cargo del problema porque considera que la vivienda es un bien especulatorio del cual la presidenta hace gala, hace un mercadeo explícito y anima a la gente, a los fondos buitre y a los fondos de inversión a que vengan a comprar. A ellos no les incomoda que haya barrios absolutamente destrozados por la incursión de fondos extranjeros y del turismo, que haya desaparecido la esencia de barrios fundamentales. ¿No les preocupa al Partido Popular? Porque a nosotros, sí. En Madrid se han perdido barrios enteros, se ha expulsado a la gente. Hay muchos hijos que no pueden vivir donde vivían sus padres, que no pueden ni soñar siquiera con adquirir una casa como la que han vivido durante toda su vida. Esa expulsión, ese desarraigo, tiene unas consecuencias sociales absolutamente incalculables: niños y niñas que tienen que dejar de ir al cole, familias que tienen que irse del barrio donde cuidan a sus mayores... Hace poco estuvimos en un barrio céntrico de Madrid, en la plaza de Santa Ana, y una asociación de vecinos nos decía que ahí ya no había vecinos... En un lugar tan emblemático, tan castizo, tan madrileño, en las inmediaciones de la Puerta del Sol, quedan solo diez vecinos. Todo lo demás son pisos turísticos. Por supuesto, todos los locales que había han desaparecido y ya solo hay grandes firmas, grandes franquicias.
- Desde que se firmó ese llamado plan de paz de Donald Trump para Gaza, ya no se habla tanto del genocidio, aunque siga habiendo bombardeos. Desde el Ministerio de Sanidad han llevado a cabo un programa de acogida de niños gazatíes para que puedan ser tratados por la sanidad pública española. ¿Cómo fue todo ese proceso?
- Si de algo me siento orgullosa como ministra de Sanidad es de ese programa que iniciamos en Europa desde España en colaboración con la Organización Mundial de la Salud. Creo que merece la pena toda una legislatura solo por este tipo de programas. Cuando comenzó esa celebración del alto el fuego con bombardeos nosotros estábamos en Jordania, a donde fuimos a buscar a los niños a la frontera, a esos niños y niñas con sus familias, unas familias absolutamente devastadas. Niños con situaciones tan dramáticas que son inenarrables. Una niña pequeña tenía las dos piernas y un brazo amputados, niños con tumores totalmente desbocados porque no se han podido tratar, enfermedades sanitarias que se han agudizado por el mínimo sustento sanitario en Gaza. Todo eso es parte de ese genocidio. Niños desnutridos, familias desnutridas y, sobre todo, una mirada de deshumanización, miradas vacías. Para que os hagáis una idea, en el vuelo vinieron 21 niños y niñas y sus familias, y no se oyó ni un solo llanto. Fueron casi siete horas de vuelo en un avión militar y los niños no lloraban. Los niños de Gaza ya no lloran. Esto tiene que ver con que ya no confían en que una llamada de auxilio, o un llanto, tenga una respuesta humanitaria al otro lado. A España hemos traído ya a más de 50 niños y niñas con sus familias. Qué menos que una mínima ayuda humanitaria en este genocidio, en esta deshumanización de una comunidad internacional que sigue viviendo a espaldas de la mayor crisis humanitaria que estamos viendo en prime time en el siglo XXI.
- ¿Cree que, desde la derecha y la extrema derecha, que se reían por ejemplo del viaje de su diputada Jimena González en la Flotilla, cambiarían de opinión si pudieran mirar a los ojos y conocer la historia de estos niños y niñas?
- Si no conocen la historia ya es porque no quieren. Es más, la conocen porque yo personalmente les he dado tanto al señor Abascal como al señor Feijóo dosieres con imágenes e historias clínicas de palestinos y palestinas que han pasado por hospitales y que han sido documentadas por un anestesista español, Raúl Ortiz, quien me pidió que por favor se lo diera para que no pudieran decir que no sabían lo que pasaba.
- ¿Le respondieron?
- No, no me respondieron nada. Es que yo creo que la crueldad es parte de la estrategia mundial de la ultraderecha. El ser cruel es un ejercicio de poder, ya sea Netanyahu o Trump, que dicen: 'Somos crueles porque podemos, porque somos impunes a la crueldad'. No se puede ejercer por supuesto la medicina, pero tampoco la política, si no eres empático, si no eres capaz de poner un minuto de tu vida en los zapatos de las personas que más sufren. Deberías estar inhabilitado para ejercer la política. Yo creo que el Partido Popular está inhabilitado para ejercer la política en este aspecto.

- Se cumplen 50 años de la Marcha Verde hacia el Sahara. Hace poco, Naciones Unidas dio el visto bueno al plan marroquí. ¿Ha abandonado España a los saharauis, muchos de ellos todavía con DNI español?
- Históricamente, España no ha estado a la altura del pueblo saharaui. Nosotras tenemos una diputada, Tesh Sidi, que es saharaui y reivindica toda esa historia en la que España se tenía que haber hecho cargo y no lo ha hecho. Yo estoy muy orgullosa de toda la labor que está haciendo nuestra diputada en el Congreso, defendiendo día a día al pueblo saharaui.
- También se cumplen 50 años del fin de la dictadura. Hace poco, una encuesta del CIS mostró que el 20% de los jóvenes veía con buenos ojos la dictadura. ¿Por qué?
- Los jóvenes son muy sensibles a la desinformación en la era en la que estamos, y la ultraderecha y la derecha están ahondando en esa desinformación. Tenemos una derecha que es heredera del franquismo, incluso nostálgica del franquismo, y lo demuestran con eso de 'con Franco se vivía mejor' o del 'no te metas en política'. Es lo que decía al principio. Hay un negacionismo democrático, un negacionismo institucional contra todo aquello que nos daba certezas. Por ejemplo, han pasado también 40 años de la ley del aborto del 85 y si nos daba certeza un derecho conquistado, la derecha nos dice que no. Si nos daba certezas la democracia, nos dicen también que no, y ponen la duda de que la dictadura era mejor. Todo tiene que ver con la misma estrategia, la desestabilización en base a la cultura de la desinformación, una muy obscena, nada oculta. Tenemos que luchar en varios frentes. Uno es el de la información veraz, que está recogida en la Constitución, que tampoco nos vamos a inventar nada.
- ¿Qué le parece la batalla que quiere dar Ayuso contra el Gobierno por la placa en la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid recordando que en ese edificio se cometieron torturas y asesinatos durante la dictadura?
- La lucha de los simbolismos es una lucha cultural que llevan dando desde el principio. Lo mismo que con el Senado, la señora Ayuso se cree que la Puerta del Sol es El Ventorro. Se cree que la Real Casa de Correos es suya y que puede eliminar todo vestigio de la historia que no favorezca a su reedición de la historia. Y no, mire, señora Ayuso, las instituciones son lugares de memoria, porque un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro. La Real Casa de Correos no es suya y por eso vamos a poner la placa.
- Aunque Más Madrid se circunscriba a la Comunidad de Madrid, no sé cómo estáis viviendo las elecciones en Andalucía, Castilla y León y Andalucía. ¿Cómo creen que debe presentarse la izquierda? ¿Qué candidaturas apoyarán?
- Aunque somos una fuerza regional, nos hacemos cargo del sentir popular, del espectro progresista de todo nuestro país, y siempre hemos estado ahí para defender que solo las políticas progresistas valientes y ambiciosas funcionan. Eso vale para empujar a todos los grupos políticos, PSOE incluido, para convencerles de que solo el progresismo tiene una verdadera materialización en la sociedad. Nosotras siempre tendemos la mano a cualquier átomo progresista que haya en este país. Siempre tendrá nuestra fraternidad y nuestra connivencia.
- ¿Sería un error que la izquierda se presentara por separado?
Yo creo que el 23 de julio entendimos que necesitamos la fraternidad de los grupos progresistas. A mí nunca me habréis oído ninguna crítica ni ningún insulto a ningún compañero progresista, sea de donde sea, tenga las siglas que tenga y tenga la historia y el ADN que tenga. El espectro progresista está formado por la diversidad. ¿Qué es lo que nos caracteriza a la izquierda? La diversidad, la pluralidad y la defensa de esa diversidad y de esa pluralidad. Siempre que tengamos un objetivo común y rememos todas en la misma dirección, bienvenidos seamos. La derecha tiene un objetivo común y es que nunca gobierne la izquierda y no se implanten medidas progresistas. Ese es su aglutinador y el nuestro debe ser todo lo contrario, sin complejos.
- No deja de resultar curioso que desde España se celebre la unión de la izquierda y posterior victoria en Francia o Irlanda, pero luego aquí se vean disputas ególatras.
Pues mira, te voy a negar la mayor, porque el 23 de julio ocurrió lo que ahora teóricamente estamos envidiando que pasa fuera. El 23 de julio conseguimos que quince fuerzas progresistas fuéramos juntas. ¿Para qué? Para conseguir tener un gobierno progresista. Nos tenemos que quitar ese complejo de que fuera se hace mejor que aquí. Cada uno con sus siglas, con su ADN, con su historia, con su realidad y con su militancia, pero vamos en el mismo barco y en la misma dirección. Eso lo conseguimos el 23 de julio. Luego una fuerza se salió, vale, pero el resto seguimos ahí y seguimos remando. Y tenemos que defender también, que a veces nos da complejo, que somos el único gobierno progresista ahora mismo. ¿Por qué nos tiramos piedras sobre nuestro propio tejado cuando realmente nos estamos haciendo cargo de ese sentimiento que ha habido durante años, de una fragmentación de la izquierda? Las fuerzas progresistas estamos trabajando conjuntamente, con las que están en la coalición y con las que no están en la coalición. ¿Tienes un remo progresista? Vente a este barco. Eso es lo que tenemos que hacer y lo hemos hecho. Y hemos conseguido que ahora mismo el señor Abascal no sea vicepresidente de este país. Sintámonos orgullosos y no tengamos complejos en seguir avanzando en esta dirección.
- ¿Está en su cabeza el volver a la Comunidad de Madrid para competir de nuevo contra Ayuso? Hace unos días, el diputado de Más Madrid Emilio Delgado dijo en una entrevista que no descartaba luchar por el liderazgo del partido. ¿Hay debate ya en la formación sobre futuras candidaturas?
- No, en Más Madrid no estamos pensando a dos años vista. No estamos pensando en las elecciones. Yo creo que somos una fuerza que ha demostrado que no se mira el ombligo, sino que mira siempre hacia afuera. Yo tengo dos almas, o dos vocaciones: una es Madrid y la otra es Sanidad. Ahora soy ministra de Sanidad y estoy centrada en velar por un sistema público en el que creo, del que estoy absolutamente enamorada y que es una pieza y un eje fundamental de nuestro Estado de Bienestar. Con respecto a Madrid, Emilio es un compañero, un amigo desde hace muchos años, hemos vivido mil y una batallas y las vamos a seguir viviendo. Es una de toda una constelación de personas talentosas, de personas comprometidas, con vocación pública: Rita, Manuela, Edu, Jimena, Carla... Toda una constelación de personas que formamos diría que el grupo político más talentoso y comprometido con el progresismo de todo el espectro español. Y tenemos una máxima, que es que no hablamos de nosotros mismos, no nos miramos el ombligo, encaramos los debates de manera fraterna y, por supuesto, tendremos el debate de cómo nos presentamos a las elecciones en todas sus manifestaciones. Pero ahora mismo no estamos en ello. Yo voy a seguir ahora mismo centrada en un ámbito que creo que tenemos que defender desde el punto de vista progresista. Todas las fuerzas progresistas tendrían que poner parte de ese impulso para defender uno de los pocos gobiernos progresistas que hay en toda Europa y que es punta de lanza en defensa de los derechos humanos, los derechos sociales y los derechos civiles. Cometeremos errores, claro que sí, pero el avance que estamos haciendo en este país son absolutamente inéditos y hay que defenderlos con uñas y dientes. En eso estamos centradas ahora.
