El Azol son los "peligrosos" polvos de los nazis que hoy permanecen en el catálogo de medicamentos
Un histórico de los botiquines familiares y farmacológicos de hace medio siglo, a examen.
Forman parte de la memoria farmacológica de España y otros países hace medio siglo. Tiempos de cierto descontrol en los botiquines familiares en los que se hicieron protagonistas los conocidos como "polvos de azol".
Este elemento, proveniente de la familia de las sulfamidas, llegó en los años 60 y aunque hoy continúan apareciendo en el catálogo de medicamentos, ya han desaparecido de los almacenes y estantería de las farmacias", apunta Pilar Labat, vocal del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza en declaraciones recogidas por el Heraldo de Aragón.
En su momento, tiempos de guerra incluso, se utilizaron para curar heridas de los soldados en el frente, pero pasadas las guerras, llegó a los escaparates de farmacias de múltiples lugares.
La vocal del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza añade al citado medio que estos polvos "se espolvoreaban directamente sobre las heridas, la cuales se tapaban para dejar que los polvos trabajasen sobre las bacterias. Actuaban como un antibiótico".
Pero también tienen su particular leyenda negra. Como reconoce El Correo, los nazis los probaron con prisioneros de los campos de concentración. A estos les rompían huesos del cuerpo para comprobar los supuestos efectos restituyentes de los polvos de Azol, pero estos, evidentemente, no ayudaban a soldar los huesos rotos.
