Contratan a un detective privado por el viaje diario que hace un empleado y descubren el gran fraude
Un trayecto que habría supuesto cuatro horas y media de viaje diario.

Un caso rutinario de revisión administrativa terminó revelando un fraude laboral. Ha ocurrido en Zagreb, Croacia. Un jubilado de 64 años, identificado por las iniciales M.S., fue acusado por la fiscalía de haber mentido durante tres años en su trabajo —una conocida empresa estatal— al simular que viajaba diariamente desde la isla de Krk hasta Zagreb para trabajar.
La distancia entre ambos puntos es de unos 350 kilómetros, un trayecto que habría supuesto alrededor de cuatro horas y media de viaje diario, algo que, según los investigadores, nunca ocurrió. De acuerdo con la acusación, entre el 1 de junio de 2017 y el 30 de julio de 2020, M.S. declaró falsamente que residía en Šilo, en la isla de Krk, cuando en realidad vivía cómodamente en el barrio de Trnje, en Zagreb.
Gracias a esta falsificación, el hombre consiguió recibir de su empresa una compensación por gastos de transporte, lo que le permitió embolsarse 24.540 kunas (aproximadamente 3.257 euros) de forma indebida. Sin embargo, el señor M.S. insistió en su inocencia: “Vivo en Šilo, trabajo en Zagreb y viajo diariamente de Krk a Zagreb para trabajar. Por lo tanto, no vivo en Trnje”, afirmó, negando las acusaciones.
La investigación que destapó el engaño
Su relato comenzó a desmoronarse cuando la empresa, sospechando irregularidades, contrató a una agencia de detectives privados para verificar la veracidad de su domicilio, según informó un medio local.
El caso fue asignado a una agencia de detectives de Zagreb, dirigida por Ivan M., un exagente del Servicio de Seguridad e Inteligencia (SOA). Aplicando las disposiciones de la Ley de Detectives Privados, el investigador realizó una vigilancia discreta, observaciones y fotografías en lugares públicos.
Durante el periodo de seguimiento, el detective constató que M.S. residía permanentemente en Zagreb, donde era una persona plenamente integrada en su comunidad. De hecho, conocía a la mayoría de sus vecinos y llevaba una vida estable en Trnje, algo incompatible con la supuesta rutina de viajes diarios de cientos de kilómetros.
“En la dirección de Trnje, M.S. no es un residente temporal cualquiera, sino alguien adaptado al entorno. Este tipo de relaciones son imposibles de forjar mediante estancias breves”, señaló el informe del detective.
La acusación y las consecuencias legales
Con las pruebas reunidas, la fiscalía de Zagreb presentó una acusación formal por fraude contra M.S. y solicitó una pena de ocho meses de prisión, con una sentencia suspendida de tres años, además de la devolución del dinero obtenido ilegalmente.
Antes de presentar la acusación, el Ministerio Público también interrogó a dos testigos clave: un miembro del consejo de administración de la empresa estatal afectada y el jefe de la oficina de control interno, quienes confirmaron las irregularidades en los registros de residencia y transporte del acusado.
