Demolerán su casa, granja y sustento para construir una autopista y dan con un plan B de última hora: "Desplacen la ruta unos metros"
La familia sostiene que la indemnización prevista es insuficiente para reconstruir tanto la vivienda como la empresa.
La familia Maressa, residente en el municipio de Andali desde hace cinco décadas, vive horas de angustia ante el avance del proyecto de la nueva carretera estatal 106, que prevé el derribo de su vivienda y de la empresa agrícola que constituye su único medio de vida.
Según el documento, serán expropiadas la casa familiar —en la que aún vive todo el núcleo—, los almacenes y el pequeño caseificio que sostiene la actividad de la histórica explotación. "Solo el establo se salvará", lamenta Emanuela Maressa, hija de los propietarios, que desde meses atrás viene pidiendo una alteración del trazado.
La familia sostiene que la indemnización prevista es insuficiente para reconstruir tanto la vivienda como la empresa. "No hemos firmado el acta y recurriremos al TAR. Con lo que quieren pagarnos no levantamos ni siquiera una casa", afirma Emanuela tras la reunión mantenida con los técnicos. La propuesta que han puesto sobre la mesa es sencilla: desplazar el trazado apenas 30 o 40 metros, no para modificar toda la autopista, sino para salvar la zona exacta donde se asientan la vivienda y las estructuras productivas.
Lo que más indigna a la familia es que, pese a que la campiña ofrece extensiones enteras de terreno libre, el proyecto sitúa el paso de la carretera justo en el punto donde el patriarca, Eliodoro Maressa, decidió construir su hogar y levantar su empresa agrícola hace medio siglo. "Perderemos todo. Ya no dormimos por las noches", había confesado la hija en anteriores llamamientos públicos. Ahora, con el decreto de expropiación en marcha, la batalla se traslada a los tribunales administrativos.