El mérito fue para Newton, pero la ley de la gravedad ya fue estudiada siglos antes por el hombre más brillante de la historia
Aunque muchos conocemos la historia de que le cayó una manzana en la cabeza, el físico inglés no fue el primero en hacer estos estudios sobre la gravedad.

Su nombre ya dice todo. Isaac Newton (1642-1727) estableció las leyes científicas que rigen el 99% o más de nuestras experiencias cotidianas. El explicó también nuestra relación con el universo a través de sus leyes del movimiento y su teoría de la gravitación universalm consideradas por muchos como las leyes más importantes de toda la ciencia física.
Newton fue el primero en ver que los fenómenos aparentemente tan diversos como un satélite que se mueve cerca de la superficie de la Tierra y los planetas girando alrededor del Sol, operan por el mismo principio: la fuerza es igual a masa multiplicada por la aceleración, o F = ma.
Es decir, nuestras vidas cotidianas se ven influenciadas por las diferentes fuerzas: por ejemplo, la Tierra ejerce una fuerza sobre nosotros que nosotros llamamos la gravedad.
Aunque muchos conocemos la historia de que le cayó una manzana en la cabeza, el físico inglés comenzó sus estudios sobre la teoría gravitacional en 1655. Sin embargo, alguien se le adelantó mucho tiempo antes.
Hablamos de Leonardo Da Vinci, quien diseñó y ejecutó experimentos para comprender la naturaleza de la gravedad. Según destaca xataka.com, el genio renacentista logró demostrar que la gravedad es una forma de aceleración, por lo que anticipó conceptos fundamentales de la física moderna. Incluso, logró calcular la constante de la gravitación universal con una sorprendente precisión del 97%.
¿De qué manera? De un modo muy básico. Da Vinci vertió una jarra de agua a lo largo de una trayectoria horizontal y agregó lentamente una sustancia. La finalidad de ello era observar si la velocidad con la que caía era constante. En sus notas, Da Vinci concluyó que no fue así, sino que se aceleraba a medida que descendía.
"Leonardo observó que, cuando la sustancia no era manipulada por él, no experimentó ninguna aceleración en dirección horizontal. Esto lo llevó a deducir que la aceleración vertical observada era provocada por la gravedad, lo que representó un gran avance en su comprensión de este fenómeno natural", señala el medio.