En Hungría alaban las regiones más baratas de España en las que se puede conseguir vivienda por 300 euros
Se hacen eco de las zonas más baratas (también para los españoles).
España vuelve a despertar interés fuera de sus fronteras, pero esta vez no por sus playas más famosas ni por el atractivo de sus grandes ciudades. En medios húngaros se ha puesto el foco en las zonas más asequibles del país, donde todavía es posible alquilar una vivienda por unos 300 euros mensuales, una cifra impensable en Madrid o Barcelona.
Según los últimos datos citados por la prensa húngara, Jaén, Cádiz, Castilla-La Mancha, Galicia y Extremadura figuran entre las regiones más económicas. Mientras que en las grandes capitales los precios por metro cuadrado se mueven entre los 15 y 20 euros, en estas provincias el coste ronda apenas los 4 o 6 euros, lo que las convierte en un refugio para quienes buscan sol y tranquilidad sin arruinarse.
El interés no se limita a jubilados extranjeros con ganas de estirar su pensión. También nómadas digitales y teletrabajadores comienzan a mirar hacia el interior del país, atraídos por el bajo coste de vida, el menor tráfico y un ritmo cotidiano más relajado. Algunos cálculos indican que un extranjero puede vivir cómodamente con menos de 1.200 euros al mes, incluyendo vivienda, comida, suministros y transporte local.
Más allá de lo económico, muchos destacan la calidad de vida de estas zonas. “Aquí el tiempo corre de otra manera”, dicen los vecinos, que resaltan la cercanía entre la gente, el clima soleado y la posibilidad de disfrutar de un menú completo por apenas 12 euros. En los mercados aún se puede regatear y las distancias son cortas, algo que contrasta con el estrés urbano de la capital.
Claro que no todo son ventajas. Las carencias en transporte público, la limitada cobertura de internet de alta velocidad o la falta de escuelas internacionales son obstáculos que frenan a algunos. Pero para quienes buscan una vida sencilla y auténtica, estos inconvenientes se compensan con el ambiente local y el coste de vida reducido.
El británico Daniel Efford, residente en la Costa del Sol, recuerda que muchos extranjeros idealizan el país antes de instalarse. “Una cosa es venir de vacaciones y otra vivir aquí. El estilo de vida español es maravilloso, pero hay que adaptarse al ritmo lento, a la siesta y a las costumbres locales”, explicó al Daily Mail.
Su consejo para quienes sueñan con mudarse es claro: integrarse primero. Aprender el idioma, convivir con los vecinos y conocer la vida fuera de la temporada turística son pasos esenciales para descubrir que, en esas pequeñas ciudades españolas, la vida puede ser tan asequible como auténtica.