En una remota isla de 65 habitantes pagan 500 euros al mes de ayuda durante 3 años a los que se muden
"Queremos gente que venga con sus hijos y traiga vida y alegría", afirma su alcalde.

En España, Italia y otros países europeos, proliferan las iniciativas que buscan dar vida a pueblos y aldeas que se vacían lentamente. Desde casas a precios simbólicos hasta ayudas económicas directas, los programas de repoblación intentan frenar el éxodo rural y atraer familias jóvenes que devuelvan dinamismo a comunidades que corren el riesgo de desaparecer.
En Italia, por ejemplo, se han ofrecido viviendas por un euro, mientras que en España algunos algunos municipios han lanzado campañas para atraer nuevos vecinos. La fórmula varía, pero el objetivo es común: recuperar la población perdida y garantizar la supervivencia de tradiciones y territorios.
Una isla en busca de futuro
En medio del mar Egeo, la pequeña isla de Anticitera se suma a esta tendencia con una propuesta singular. Con apenas 65 habitantes en verano y solo 24 residentes permanentes, la comunidad local ha decidido ofrecer una ayuda mensual de 500 euros durante tres años a las familias que se instalen allí. En total, el incentivo alcanza los 18.000 euros, una cifra que pretende ser lo suficientemente atractiva para quienes buscan un cambio de vida.
La iniciativa cuenta con el respaldo de la Iglesia Ortodoxa Griega, que se ha comprometido con la revitalización de este enclave."Queremos gente que venga con sus hijos y traiga vida y alegría a Anticitera", explica a Roadster Andreas Harhalakis. La isla, que hace cuatro décadas albergaba a unas 300 personas, se enfrenta hoy a un declive demográfico que amenaza su continuidad.
El programa ya ha comenzado a dar frutos. Según Greek Reporter, la escuela local, cerrada durante 24 años, reabrió sus puertas el año pasado gracias a la llegada de una joven familia. Además, Greek City Times informó que otras cuatro familias eligieron Anticitera como su nuevo hogar en 2023.
Los solicitantes que cuentan con profesiones útiles para la economía local, como pescadores, panaderos o trabajadores de la construcción, tienen mayores posibilidades de ser seleccionados. La idea es que la repoblación no solo incremente el número de habitantes, sino que también fortalezca la autosuficiencia de la isla.
Vida sencilla en un entorno único
La vida cotidiana en Anticitera es modesta pero completa. Existe una única cafetería abierta todo el año, que también funciona como tienda de comestibles, y un pequeño albergue para visitantes. La isla, de apenas 23 km², ofrece paisajes de gran belleza: colinas suaves, arbustos silvestres, acantilados de piedra caliza y playas escondidas de arena y guijarros. Potamos, el único pueblo y puerto, concentra la actividad comunitaria y es el corazón de la vida social.
El acceso a la isla se realiza en ferry desde Kythera o desde el puerto de Kissamos, en Creta. Las viviendas previstas en el programa aún están en construcción, y el proceso de solicitud, que incluye entrevistas, no ha comenzado, según la inmobiliaria griega Elxis.
La experiencia de Anticitera refleja el desafío común de Europa de mantener vivas las comunidades rurales frente al envejecimiento de su población y la emigración de los jóvenes hacia las ciudades. Las ayudas económicas, las casas baratas y los proyectos de revitalización cultural son herramientas que buscan revertir la tendencia.
