Estados Unidos despliega sus cazas de combate furtivos y se une al juego de guerra entre Corea del Norte y del Sur
La acción enfadó a Pyongyang, desde donde advirtieron que EEUU y Corea del Sur podrían "pagar un alto precio".

Corea del Norte se molestó notablemente la semana pasada con el despliegue de aviones de combate F-35 de Estados Unidos en Corea del Sur, enmarcado en el ejercicio militar conjunto anual Ulchi Freedom Shield 25 (UFS25). Pyongyang calificó esta acción como una muestra de "hostilidad" y de "su deseo de invadir" el territorio norcoreano.
Kim Yong Bok, primer vicejefe del Estado Mayor del ejército norcoreano, afirmó el martes que más de diez F-35 estadounidenses llegaron a Corea del Sur la víspera para participar en un intensivo programa de entrenamiento. Estos aviones, considerados de quinta generación y algunos de los más avanzados a nivel mundial, se suman a la flota surcoreana de F-35, fortaleciendo así la capacidad conjunta de ambos aliados frente a posibles amenazas provenientes del norte.
El Comando de las Fuerzas de Estados Unidos en la República de Corea afirmó el 24 de agosto que el ejercicio es "una operación regular y defensiva, sin ataque preventivo ni ofensiva", y que "no tiene como objetivo prepararse para la agresión, sino reforzar la disuasión". Sin embargo, Bok dijo que estas maniobras "rara vez se realizan por motivos de defensa".
"Todo el mundo sabe que no es algo defensivo, especialmente viniendo de un país que tiene el mayor arsenal nuclear", apostilló, en referencia a Estados Unidos. Por ello, aseguró en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA que ambos países "deberían tener presente que, si continúan con este tipo de ejercicios militares, se enfrentarán a una situación indeseable y deberán pagar un alto precio".
Un ejercicio militar muy completo
El ejercicio militar conjunto anual Ulchi Freedom Shield 25 (UFS25), llevado a cabo en la Base Aérea de Osan, concluyó el 28 de agosto, "reforzando la fortaleza y la preparación de la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur frente a las cambiantes amenazas a la seguridad regional".
Este ejercicio, que se realizó del 18 al 28 de agosto, integró simulaciones en vivo y constructivas en múltiples dominios, incluyendo el aéreo, terrestre, marítimo, espacial y cibernético, reforzando la preparación y capacidad de respuesta de ambas naciones.
“Cuando comienzan las operaciones de combate, el componente aéreo es el esfuerzo principal, lo que significa que al principio no ocurre mucho movimiento terrestre", explicó en un comunicado el teniente general retirado Andrew Croft, controlador aéreo sénior del Comando de Fuerzas Combinadas de la Séptima Fuerza Aérea.
El ejercicio involucró, entre otras fuerzas, al Comando de las Naciones Unidas, el Comando de Fuerzas Combinadas, las Fuerzas de los Estados Unidos en Corea, el Estado Mayor Conjunto de la República de Corea y el gobierno de la República de Corea. Además de las operaciones aéreas, el UFS25 incluyó misiones de evacuación de no combatientes, ejercicios de fuego real y operaciones para contrarrestar armas de destrucción masiva (CWMD).
UFS25, realizado como parte del compromiso con el Tratado de Defensa Mutua firmado entre Estados Unidos y Corea del Sur el 1 de octubre de 1953, es solo uno de los muchos entrenamientos que han evolucionado a lo largo de los años, reafirmando el firme apoyo de Estados Unidos a esta alianza.
"Como uno de los ejercicios de entrenamiento más grandes entre Estados Unidos y Corea del Sur, el UFS25 pone a prueba la alianza con desafíos complejos e incluye evaluaciones exhaustivas posteriores a la acción para garantizar la mejora continua. Este ejercicio anual iterativo fortalece la seguridad, la libertad y la estabilidad en la península de Corea y en todo el noreste asiático", concluyen las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
