Estas son las zonas del planeta donde los barcos apagan sus GPS para no ser vistos

Estas son las zonas del planeta donde los barcos apagan sus GPS para no ser vistos

Lo hacen para llevar a cabo actividades ilícitas o protegerse de los piratas.

Barco navegando en alta marShannon Fagan

Todos los barcos llevan un GPS para poder ser localizados en todo momento y evitar posibles colisiones. Sin embargo, hay algunos que lo apagan en ciertas zonas del océano porque este acto no supone ninguna penalización. Los motivos son varios: hay quienes lo hacen para llevar a cabo actividades ilícitas como pescar en zonas prohibidas y otros simplemente es para evitar ser asaltados por piratas. 

La organización Global Fishing Watch, junto con la Universidad de California y NOAA Fisheries han analizado más de 28.000 millones de posiciones de barcos entre los años 2017 y 2019. Y han descubierto que los GPS apagados corresponden al 6% de la actividad pesquera mundial. 

Las zonas donde apagan el GPS

Algunos barcos pesqueros apagan sus GPS cuando se aproximan a la zona económica exclusiva de otro país, tal y como indica el medio El orden mundial. Esto supone una extensión de 200 millas náuticas (unos 350 kilómetros) cuya explotación pertenece a dicho país. Y lo hacen para llevar a cabo prácticas de pesca ilegal.

Sin embargo, otras zonas en las que los buques evitar ser localizados para pescar de forma ilícita son el Pacífico noroccidental, las islas Galápagos y Perú. En el mar de Bering apagan el GPS para no dar pistas a otras embarcaciones sobre dónde hay bancos de peces. 

Y en otros lugares como el golfo de Guinea lo hacen para evitar asaltos de piratas. 

El principal motivo: pesca ilegal

Un ejemplo de esta situación es el barco surcoreano Oyang 77, que partió del puerto de Montevideo, en Uruguay, el pasado mes de enero. Su destino final eran los caladeros que se encuentran frente a las costas de Argentina.

Tal y como informa The Washington Post y recoge el citado medio, este buque apagó su radar nueve veces durante las tres semanas que duró la travesía. Nadie sabía dónde se encontraba el barco cada vez que apagaba el GPS hasta que una patrulla costera de Argentina decidió escoltar el barco al puerto. 

Al llegar a tierra firme descubrieron que cargaba 142 toneladas de merluza, abadejo, raya y calamar que habían sido pescadas de forma ilegal. La multa a la que se enfrentaron tras este acto ilegal fue de 600.000 dólares.