Un yate de lujo valorado en unos 1,2 millones de euros se hundió apenas quince minutos después de ser botado en el puerto de Zonguldak, en la costa del mar Negro. Por suerte, el propietario y la tripulación lograron ponerse a salvo nadando hasta la orilla mientras un vídeo grabado con un móvil mostraba cómo la embarcación se inclinaba hasta desaparecer bajo el agua. Las autoridades han abierto una investigación para aclarar si hubo errores sin detectar en la construcción o en la maniobra de botadura.