Europa acelera la carrera por reforzar su defensa aérea. Tiene como objetivo desarrollar una cúpula antiaérea propia capaz de neutralizar misiles, drones y amenazas hipersónicas. A diferencia de esfuerzos pasados, esta vez el escudo contará con un componente clave que además llevará el sello español.

La iniciativa, respaldada por el Fondo Europeo de Defensa con más de 20 millones de euros, busca tener operativas para 2030 las primeras armas láser europeas totalmente autónomas de 100 kilovatios de potencia. El proyecto representa un punto de inflexión en la estrategia de defensa continental, dejando atrás modelos divididos en favor de un enfoque conjunto.

Una de las protagonistas es la empresa sevillana Edair Technologies, que participa en el desarrollo de arquitecturas para fuentes láser junto a otros socios europeos. Se encargará de la tecnología de energía dirigida que impulsa el proyecto TALOS-TWO. El objetivo es construir un sistema capaz de detectar amenazas aéreas mediante sensores avanzados y neutralizarlas con láseres de alta precisión antes del impacto.

Más allá del escudo tradicional

“El contexto de inseguridad en las fronteras europeas ha demostrado a Europa que ningún país puede defenderse por sí solo”, afirmó Antanas Laurutis, director ejecutivo de la compañía lituana Altechna, uno de los socios del programa, en declaraciones a The Engineer. “TALOS-TWO es prueba de ello", añade. 

Según Laurutis, al desarrollar armas de energía dirigida por láser, se refuerza la capacidad de Europa para disuadir amenazas como una fuerza cohesionada”. Europa apuesta por una solución terrestre y modular inspirándose en modelos como la Cúpula de Hierro israelí, pero busca dotarse de autonomía tecnológica y operativa frente a amenazas modernas. 

Con sello español

España, por su parte, ya cuenta con sistemas antiaéreos como Nasams y Patriot, capaces de hacer frente a misiles de crucero y aeronaves avanzadas. No obstante, la integración de armas de energía dirigida marcará una nueva era en defensa, permitiendo neutralizar amenazas con rapidez, sin proyectiles convencionales y con mínima intervención humana.

El consorcio TALOS-TWO trabaja actualmente en demostradores físicos, como fuentes láser de 1 µm y simulaciones con láseres de 2 µm, diseñados para mejorar tanto la puntería como la penetración atmosférica. Se espera que estos sistemas puedan desplegarse en plataformas móviles, ampliando su adaptabilidad táctica.

Europa acelera la carrera por reforzar su defensa aérea. Tiene como objetivo desarrollar una cúpula antiaérea propia capaz de neutralizar misiles, drones y amenazas hipersónicas. A diferencia de esfuerzos pasados, esta vez el escudo contará con un componente clave que además llevará el sello español.

La iniciativa, respaldada por el Fondo Europeo de Defensa con más de 20 millones de euros, busca tener operativas para 2030 las primeras armas láser europeas totalmente autónomas de 100 kilovatios de potencia. El proyecto representa un punto de inflexión en la estrategia de defensa continental, dejando atrás modelos divididos en favor de un enfoque conjunto.

Una de las protagonistas es la empresa sevillana Edair Technologies, que participa en el desarrollo de arquitecturas para fuentes láser junto a otros socios europeos. Se encargará de la tecnología de energía dirigida que impulsa el proyecto TALOS-TWO. El objetivo es construir un sistema capaz de detectar amenazas aéreas mediante sensores avanzados y neutralizarlas con láseres de alta precisión antes del impacto.

Más allá del escudo tradicional

“El contexto de inseguridad en las fronteras europeas ha demostrado a Europa que ningún país puede defenderse por sí solo”, afirmó Antanas Laurutis, director ejecutivo de la compañía lituana Altechna, uno de los socios del programa, en declaraciones a The Engineer. “TALOS-TWO es prueba de ello", añade. 

Según Laurutis, al desarrollar armas de energía dirigida por láser, se refuerza la capacidad de Europa para disuadir amenazas como una fuerza cohesionada”. Europa apuesta por una solución terrestre y modular inspirándose en modelos como la Cúpula de Hierro israelí, pero busca dotarse de autonomía tecnológica y operativa frente a amenazas modernas. 

Con sello español

España, por su parte, ya cuenta con sistemas antiaéreos como Nasams y Patriot, capaces de hacer frente a misiles de crucero y aeronaves avanzadas. No obstante, la integración de armas de energía dirigida marcará una nueva era en defensa, permitiendo neutralizar amenazas con rapidez, sin proyectiles convencionales y con mínima intervención humana.

El consorcio TALOS-TWO trabaja actualmente en demostradores físicos, como fuentes láser de 1 µm y simulaciones con láseres de 2 µm, diseñados para mejorar tanto la puntería como la penetración atmosférica. Se espera que estos sistemas puedan desplegarse en plataformas móviles, ampliando su adaptabilidad táctica.

Europa acelera la carrera por reforzar su defensa aérea. Tiene como objetivo desarrollar una cúpula antiaérea propia capaz de neutralizar misiles, drones y amenazas hipersónicas. A diferencia de esfuerzos pasados, esta vez el escudo contará con un componente clave que además llevará el sello español.

La iniciativa, respaldada por el Fondo Europeo de Defensa con más de 20 millones de euros, busca tener operativas para 2030 las primeras armas láser europeas totalmente autónomas de 100 kilovatios de potencia. El proyecto representa un punto de inflexión en la estrategia de defensa continental, dejando atrás modelos divididos en favor de un enfoque conjunto.

Una de las protagonistas es la empresa sevillana Edair Technologies, que participa en el desarrollo de arquitecturas para fuentes láser junto a otros socios europeos. Se encargará de la tecnología de energía dirigida que impulsa el proyecto TALOS-TWO. El objetivo es construir un sistema capaz de detectar amenazas aéreas mediante sensores avanzados y neutralizarlas con láseres de alta precisión antes del impacto.

Más allá del escudo tradicional

“El contexto de inseguridad en las fronteras europeas ha demostrado a Europa que ningún país puede defenderse por sí solo”, afirmó Antanas Laurutis, director ejecutivo de la compañía lituana Altechna, uno de los socios del programa, en declaraciones a The Engineer. “TALOS-TWO es prueba de ello", añade. 

Según Laurutis, al desarrollar armas de energía dirigida por láser, se refuerza la capacidad de Europa para disuadir amenazas como una fuerza cohesionada”. Europa apuesta por una solución terrestre y modular inspirándose en modelos como la Cúpula de Hierro israelí, pero busca dotarse de autonomía tecnológica y operativa frente a amenazas modernas. 

Con sello español

España, por su parte, ya cuenta con sistemas antiaéreos como Nasams y Patriot, capaces de hacer frente a misiles de crucero y aeronaves avanzadas. No obstante, la integración de armas de energía dirigida marcará una nueva era en defensa, permitiendo neutralizar amenazas con rapidez, sin proyectiles convencionales y con mínima intervención humana.

El consorcio TALOS-TWO trabaja actualmente en demostradores físicos, como fuentes láser de 1 µm y simulaciones con láseres de 2 µm, diseñados para mejorar tanto la puntería como la penetración atmosférica. Se espera que estos sistemas puedan desplegarse en plataformas móviles, ampliando su adaptabilidad táctica.

Europa acelera la carrera por reforzar su defensa aérea. Tiene como objetivo desarrollar una cúpula antiaérea propia capaz de neutralizar misiles, drones y amenazas hipersónicas. A diferencia de esfuerzos pasados, esta vez el escudo contará con un componente clave que además llevará el sello español.

La iniciativa, respaldada por el Fondo Europeo de Defensa con más de 20 millones de euros, busca tener operativas para 2030 las primeras armas láser europeas totalmente autónomas de 100 kilovatios de potencia. El proyecto representa un punto de inflexión en la estrategia de defensa continental, dejando atrás modelos divididos en favor de un enfoque conjunto.

Una de las protagonistas es la empresa sevillana Edair Technologies, que participa en el desarrollo de arquitecturas para fuentes láser junto a otros socios europeos. Se encargará de la tecnología de energía dirigida que impulsa el proyecto TALOS-TWO. El objetivo es construir un sistema capaz de detectar amenazas aéreas mediante sensores avanzados y neutralizarlas con láseres de alta precisión antes del impacto.

Más allá del escudo tradicional

“El contexto de inseguridad en las fronteras europeas ha demostrado a Europa que ningún país puede defenderse por sí solo”, afirmó Antanas Laurutis, director ejecutivo de la compañía lituana Altechna, uno de los socios del programa, en declaraciones a The Engineer. “TALOS-TWO es prueba de ello", añade. 

Según Laurutis, al desarrollar armas de energía dirigida por láser, se refuerza la capacidad de Europa para disuadir amenazas como una fuerza cohesionada”. Europa apuesta por una solución terrestre y modular inspirándose en modelos como la Cúpula de Hierro israelí, pero busca dotarse de autonomía tecnológica y operativa frente a amenazas modernas. 

Con sello español

España, por su parte, ya cuenta con sistemas antiaéreos como Nasams y Patriot, capaces de hacer frente a misiles de crucero y aeronaves avanzadas. No obstante, la integración de armas de energía dirigida marcará una nueva era en defensa, permitiendo neutralizar amenazas con rapidez, sin proyectiles convencionales y con mínima intervención humana.

El consorcio TALOS-TWO trabaja actualmente en demostradores físicos, como fuentes láser de 1 µm y simulaciones con láseres de 2 µm, diseñados para mejorar tanto la puntería como la penetración atmosférica. Se espera que estos sistemas puedan desplegarse en plataformas móviles, ampliando su adaptabilidad táctica.

Europa acelera la carrera por reforzar su defensa aérea. Tiene como objetivo desarrollar una cúpula antiaérea propia capaz de neutralizar misiles, drones y amenazas hipersónicas. A diferencia de esfuerzos pasados, esta vez el escudo contará con un componente clave que además llevará el sello español.

La iniciativa, respaldada por el Fondo Europeo de Defensa con más de 20 millones de euros, busca tener operativas para 2030 las primeras armas láser europeas totalmente autónomas de 100 kilovatios de potencia. El proyecto representa un punto de inflexión en la estrategia de defensa continental, dejando atrás modelos divididos en favor de un enfoque conjunto.

Una de las protagonistas es la empresa sevillana Edair Technologies, que participa en el desarrollo de arquitecturas para fuentes láser junto a otros socios europeos. Se encargará de la tecnología de energía dirigida que impulsa el proyecto TALOS-TWO. El objetivo es construir un sistema capaz de detectar amenazas aéreas mediante sensores avanzados y neutralizarlas con láseres de alta precisión antes del impacto.

Más allá del escudo tradicional

“El contexto de inseguridad en las fronteras europeas ha demostrado a Europa que ningún país puede defenderse por sí solo”, afirmó Antanas Laurutis, director ejecutivo de la compañía lituana Altechna, uno de los socios del programa, en declaraciones a The Engineer. “TALOS-TWO es prueba de ello", añade. 

Según Laurutis, al desarrollar armas de energía dirigida por láser, se refuerza la capacidad de Europa para disuadir amenazas como una fuerza cohesionada”. Europa apuesta por una solución terrestre y modular inspirándose en modelos como la Cúpula de Hierro israelí, pero busca dotarse de autonomía tecnológica y operativa frente a amenazas modernas. 

Con sello español

España, por su parte, ya cuenta con sistemas antiaéreos como Nasams y Patriot, capaces de hacer frente a misiles de crucero y aeronaves avanzadas. No obstante, la integración de armas de energía dirigida marcará una nueva era en defensa, permitiendo neutralizar amenazas con rapidez, sin proyectiles convencionales y con mínima intervención humana.

El consorcio TALOS-TWO trabaja actualmente en demostradores físicos, como fuentes láser de 1 µm y simulaciones con láseres de 2 µm, diseñados para mejorar tanto la puntería como la penetración atmosférica. Se espera que estos sistemas puedan desplegarse en plataformas móviles, ampliando su adaptabilidad táctica.