La banda de la lotería se lleva 3 millones con un plan imparable y totalmente legal

Un grupo de apostadores suizos ha conseguido lo que parece imposible: ganar el bote de la lotería sin hacer trampas. Y no hablamos de una pedrea cualquiera, sino de 3,1 millones de francos suizos, unos 3,25 millones de euros. ¿Cómo lo hicieron? Con una estrategia quirúrgica, perfectamente organizada y totalmente dentro de la legalidad.

Un grupo de apostadores ha dejado en jaque a la Lotería Romande, entidad encargada de gestionar los juegos de azar en la parte francófona de Suiza, después de llevar a cabo una estrategia tan afinada como legal para llevarse el premio gordo del Joker: 3,1 millones de francos suizos, algo así como 3,25 millones de euros. La estrategia, que se ejecutó con una precisión milimétrica en el sorteo correspondiente al pasado 15 de enero, ha sacado los colores a un sistema que parecía a prueba de trampas.

El golpe tuvo lugar el pasado 15 de enero durante un sorteo del Joker, uno de los juegos que gestiona la Lotería Romande, la organización que administra los juegos de azar de la parte francófona de Suiza. Sus beneficios no van a bolsillos privados: los reparte entre proyectos sociales, culturales y deportivos. Pero eso no significa que cualquiera pueda ir a por el bote a lo loco. Salvo que tengas un plan.

Y ellos lo tenían. El diario La Tribune de Genève los ha descrito como jugadores en serie y lo cierto es que la definición les va al pelo: porque cada uno tenía una lista distinta con combinaciones únicas y sin repetir ninguna. El objetivo era claro: cubrir la mayor cantidad para asegurarse el premio. Entre todos, según Soud Ouest, llegaron a jugar cerca del 80% de todas las combinaciones posibles, tras invertir 1,6 millones de francos suizos. Solo se quedaron a las puertas del 100 % porque la propia entidad que gestiona las loterías se dio cuenta del movimiento y bloqueó el sistema durante casi un día.

Aún no han cobrado el premio, pero uno de los miembros del grupo ha querido dejar claro que todo el dinero era legal. “Se trata de blinder la legalidad de la operación, que se hace con dinero limpio, para evitar cualquier contestación por parte del operador”, ha dicho al diario suizo. También ha explicado por qué eligieron ese juego: el Joker apenas tiene jugadores, así que las probabilidades de tener que compartir el bote eran mínimas, y la relación entre lo invertido y lo que se podía ganar era muy favorable.

La maniobra ha levantado sospechas, claro. La Lotería Romande ha abierto una investigación y ha empezado a hacer preguntas por los puntos de venta. Algunos kiosqueros de Ginebra ya han declarado. Uno de ellos ha contado que los jugadores eran extranjeros, hablaban inglés y “eran muy educados y muy limpios en su comportamiento”. Otro ha zanjado el asunto sin rodeos: “No han hecho nada ilegal, solo han tirado de la fuerza de cálculo de la inteligencia artificial para llevarse el premio”.

La organización no ha detectado ninguna infracción, pero ha dejado caer que quizá haya que cambiar las reglas del juego tras lo ocurrido.