Brigitte, una mujer que lleva décadas viviendo en Viena, se enfrenta ahora a una batallar legal inesperada con las autoridades de la capital austriaca. 

El motivo, un pino que Brigitte decidió plantar en su propio jardín cuando se mudó. Pasado un tiempo, optó por podarlo ante el temor de que el árbol se estropeara por un crecimiento excesivo.

Evidentemente, explica, ella no hizo el trabajo, sino que llamó a personal especializado para hacerlo con garantías. Sin embargo, su decisión le ha terminado saliendo mal, porque se topó con la visita de unos 'inspectores' municipales. 

Los mismos decidieron que la poda era demasiado fuerte y que el árbol ahora estaba 'permanentemente dañado'.

Así, Brigitte recibió una carta en la que se le exigía pagar una indemnización de 40.000 euros (aproximadamente 300.000 coronas danesas) o bien plantar ocho árboles nuevos como compensación.

Aunque la mayoría de la gente probablemente optaría por plantar los ocho árboles, hay un problema, añade la prensa danesa. El jardín de Brigitte no es lo suficientemente grande para albergar ocho árboles, así que se enfrenta a una muy cuantiosa multa ahora.