Le perdonan una deuda de 1,2 millones de euros a la mujer de un ganadero que se endeudó para salvar las franjas familiares
Una deuda millonaria surgida en un conflicto familiar.
El Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Lleida ha concedido la exoneración total de una deuda de más de 1,2 millones de euros a una mujer que actuó como avalista de los préstamos solicitados por su marido para mantener a flote una explotación avícola familiar. La resolución se ha dictado en aplicación del mecanismo de la Ley de Segunda Oportunidad, que permite a deudores de buena fe liberarse de cargas económicas insostenibles.
El origen del endeudamiento se remonta a 2014, cuando el marido de la beneficiaria constituyó una empresa dedicada a la cría de pollos. La inversión inicial obligó al matrimonio a hipotecarse, pero el proyecto prosperó y en 2016 se amplió con la construcción de una segunda granja.
Todo cambió en 2020, cuando los hermanos del ganadero reclamaron su parte del patrimonio, desatando un conflicto judicial prolongado. Para afrontar los gastos del procedimiento y mantener la actividad, el empresario recurrió a varios préstamos, todos ellos avalados por su esposa.
A pesar de que el matrimonio contaba con dos ingresos —la actividad avícola y el trabajo independiente de la mujer— los costes de abogados y las tensiones familiares provocaron un deterioro económico que acabó acumulando una deuda superior al millón de euros.
La abogada que ha llevado el caso, Marta Bergadà, subraya la importancia de comprender el alcance legal de firmar un aval. “Ser avalista no es un trámite simbólico. Supone responder con todo tu patrimonio presente y futuro si el titular del préstamo no puede pagar. Mucha gente asume esa firma sin saber que puede quedar atrapada en una deuda que ni siquiera ha generado”, afirma a este medio especializado.
Según Bergadà, esta resolución demuestra que la Segunda Oportunidad es una herramienta “real y eficaz” para quienes se endeudan sin mala fe y quedan atrapados por circunstancias ajenas a su control.
El tribunal ha concedido la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI), lo que libera por completo a la mujer de la deuda acumulada. Esta decisión permitirá al matrimonio iniciar una nueva etapa sin la carga financiera que amenazaba con arruinar su futuro económico tras años de litigios y tensiones familiares.