Los expertos recomiendan acostumbrar a tu perro a estos hábitos para ayudarle a tener una vida larga
Los perros que interactúan con otros animales y humanos presentan menos problemas de salud.
¿Y si la longevidad de tu perro dependiera de pequeños gestos cotidianos? Esa es la pregunta que se plantean los investigadores del Dog Aging Project, una iniciativa científica que estudia cómo mejorar la calidad y duración de vida de los perros. Aunque el objetivo a largo plazo es desarrollar tratamientos innovadores, los expertos ya han identificado hábitos sencillos que pueden marcar una gran diferencia.
1. Ejercicio diario y constante. La actividad física regular no solo previene la obesidad, sino que también mejora la salud cognitiva y reduce el riesgo de enfermedades como la diabetes o la osteoartritis. Lo importante no es la intensidad, sino la constancia: los “guerreros del fin de semana” —perros sedentarios que hacen ejercicio intenso solo ocasionalmente— son más propensos a sufrir lesiones.
2. Vida social activa. Los perros que interactúan con otros animales y humanos presentan menos problemas de salud. Las relaciones sociales estimulan su mente y pueden retrasar el deterioro cognitivo, según los estudios.
3. Esterilización o castración. Esta práctica reduce significativamente el riesgo de ciertos tipos de cáncer y problemas de comportamiento, además de evitar accidentes relacionados con la búsqueda de pareja.
4. Alimentación basada en evidencia. Dietas caseras o crudas pueden ser peligrosas si no están bien equilibradas. Los expertos recomiendan optar por alimentos que cumplan con los estándares nutricionales de la AAFCO, y evitar el sobrepeso, que puede acortar la vida del perro hasta en 2,5 años.
5. Visitas veterinarias regulares. Un chequeo anual —o semestral en perros mayores— permite detectar enfermedades a tiempo y prevenir complicaciones.
6. Higiene dental. Cepillar los dientes del perro, aunque sea unas pocas veces por semana, puede prevenir infecciones graves y mejorar su salud general.
En definitiva, no se trata solo de que vivan más, sino de que vivan mejor. Como señala uno de los investigadores: “Un perro puede alcanzar los 20 años, pero si sus últimos tres son un sufrimiento, no es lo que queremos. La clave está en una vida larga y saludable”.