Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
María (74), jubilada, muy preocupada por su situación personal: "No soy una persona sin hogar, pero me estoy convirtiendo en una"

María (74), jubilada, muy preocupada por su situación personal: "No soy una persona sin hogar, pero me estoy convirtiendo en una"

A la mujer le duplicaron el alquiler en un periodo de tan solo tres meses.

Una mujer mayor andando con un bastón, en una imagen de archivoGetty Images

El del acceso a la vivienda no es un problema exclusivo de España. En Francia, también hay personas que están atravesando serias dificultades para encontrar un hogar en el que vivir.

Es lo que le ocurre a María (nombre ficticio), una jubilada de 74 años que ha concedido una entrevista al medio de comunicación francés Midi Libre para denunciar la delicada situación personal en la que se encuentra.

La mujer ha contado que los propietarios de las viviendas cada vez ponen requisitos más exigentes. En ese sentido, María ha alertado que "no soy una persona sin hogar, pero me estoy convirtiendo en una".

La jubilada lleva seis meses viviendo en condiciones precarias en la comuna francesa de Alès. En concreto, María vive a día de hoy entre su coche, las casas de sus amigos y la de una mujer de 80 años.

De 400 euros a casi 1.000 de alquiler en solo tres meses

El problema para la mujer, cuya pensión es bastante pequeña, es que el precio del alquiler de la vivienda en la que residía comenzó a incrementarse hasta el punto de llegar a duplicarse en un periodo de tan solo tres meses.

"Me di cuenta de que, poco a poco, mi casero estaba aumentando la factura del alquiler, todo ello por motivos de renovación térmica", ha explicado María. El resultado fue que el alquiler pasó de unos 400 euros mensuales a poco menos de 1.000 euros.

"Ya no podía asumir el gasto con mi pequeña pensión", lamenta la jubilada. Ante esa situación, la mujer trató de encontrar un nuevo piso para vivir. Pero se ha convertido en una misión imposible. "Muchas veces me han pedido un avalista. No tengo hijos y no quiero pedirles a mis amigos que me avalen. Siempre pago mis facturas. ¡Siempre he pagado! Pero eso no les vale a los propietarios", ha subrayado María.

"Todavía no soy una vagabunda, pero estoy en camino de convertirme en una. Me siento mal. Mal porque mi ropa está esparcida por todas partes", ha expresado la jubilada.

¡Mantente al día con El Huffpost! Sigue todas las noticias desde tu móvil en nuestra APP. Puedes descargarla tanto para Android como iOS.