Muy cerca de España, los agricultores se hartan del turismo masivo y toman una fuerte medida para dejarlos sin fotos bonitas
"Esto es un grito de auxilio", declaró George Rampancer, exdeportista y propietario de uno de los prados afectados. "Recibimos a cientos de personas todos los días y las autoridades no hacen nada. Así que decidimos tomar medidas por nuestra cuenta".

Cansados del turismo descontrolado que invade sus terrenos privados en los Alpes italianos, un grupo de agricultores ha decidido actuar por cuenta propia: instalar torniquetes y cobrar entrada a quienes quieran acceder a algunas de las zonas más fotografiadas del país. La medida, adoptada en regiones como Seceda y los icónicos picos de Drei Zinnen (Tres Cimas), ha generado un amplio debate entre las autoridades, los ecologistas y los usuarios de las redes sociales, tal y como recogen la CNN y IN.
Cada verano, miles de personas —muchas impulsadas por las tendencias en Instagram y TikTok— acuden en masa a estas zonas de montaña en busca de la foto perfecta. En algunas jornadas, se han registrado colas de hasta 4.000 personas diarias. Muchos de ellos cruzan sin permiso terrenos privados, dejando basura, dañando cultivos o saliéndose de los caminos marcados.
"Esto es un grito de auxilio", declaró George Rampancer, exdeportista y propietario de uno de los prados afectados, al medio local italiano. "Recibimos a cientos de personas todos los días y las autoridades no hacen nada. Así que decidimos tomar medidas por nuestra cuenta".
Los agricultores han empezado a cobrar 5 euros por persona para atravesar sus tierras. El objetivo, según ellos, no es tanto obtener beneficio económico como disuadir el acceso indiscriminado y forzar una reacción de las administraciones locales. Por el momento, no han recibido sanciones ni advertencias oficiales.
Aunque la legislación italiana garantiza el libre acceso a parques naturales como los Dolomitas, la situación se complica cuando los turistas deben cruzar terrenos privados para llegar a ciertos puntos de interés. Esta grieta legal es la que aprovechan ahora los propietarios para imponer sus condiciones.
"Las montañas no son un parque temático"
Carlo Zanella, presidente del Club Alpino Alto Adige, apoya la medida. Asegura que la masificación está destruyendo el espíritu del senderismo de montaña: "Antes, quienes venían estaban preparados. Ahora vemos turistas en chanclas, sin mapas, subiendo con paraguas y sin consultar los horarios del teleférico. Así no deberían ser las montañas".
Zanella incluso propone subir la tarifa: "Yo la pondría en 100 euros. Y cerraría las cuentas de los influencers". Considera que las redes sociales han creado una dinámica de imitación masiva que pone en riesgo tanto a los ecosistemas como a los propios visitantes.
Desde el Patronato de Turismo de Santa Cristina, una de las zonas afectadas, se intenta contener la situación con más personal: han contratado guardaparques para vigilar senderos, evitar vuelos de drones y garantizar el respeto a las normas básicas de convivencia. "La situación ha mejorado", asegura su presidente, Luca Demetz, "aunque seguimos atentos".
