Por qué nadie se creyó la trágica muerte de Hemingway, el escritor que amó España
Sufría de hemocromatosis, una enfermedad genética que causa la acumulación de hierro en el cuerpo y puede llevar a la depresión y otros problemas de salud mental.

El 2 de julio de 1961, el mundo se despertó con la impactante noticia de que Ernest Hemingway, el laureado escritor estadounidense, había muerto en su casa de Ketchum, Idaho. Según los informes oficiales, Hemingway se disparó con una escopeta, un acto que muchos encontraron difícil de creer. La incredulidad no solo se debió a la naturaleza del acto, sino también a la imagen pública que Hemingway había cultivado a lo largo de su vida.
Hemingway había regresado recientemente de la Clínica Mayo, donde había recibido tratamientos de electrochoque para su depresión severa. Estos tratamientos, que eran bastante comunes en la época, se realizaban con la esperanza de aliviar los síntomas de trastornos mentales graves. Sin embargo, en el caso de Hemingway, parecían haber exacerbado su estado mental. A pesar de esto, la noticia de su suicidio fue recibida con escepticismo, especialmente por aquellos que lo conocían bien y por sus admiradores en España.
En España, Hemingway era más que un escritor; era un símbolo de la lucha y la resistencia. Su amor por el país y su participación en la Guerra Civil Española como corresponsal de guerra le habían ganado un lugar especial en el corazón de los españoles. La idea de que un hombre tan fuerte y valiente pudiera quitarse la vida era difícil de aceptar. Además, su esposa, Mary Welsh, inicialmente declaró que la muerte de Hemingway había sido un accidente mientras limpiaba su arma, lo que solo aumentó las dudas y especulaciones.
Los trámites posteriores a su muerte también fueron objeto de escrutinio. La policía local de Ketchum, Idaho, fue la primera en llegar a la escena. Según los informes, no se encontraron elementos de limpieza de armas en el lugar, lo que contradecía la versión inicial de Mary Welsh. Esta discrepancia alimentó aún más las teorías de conspiración. Algunos sugirieron que Hemingway había sido víctima de un complot, posiblemente relacionado con sus problemas con el FBI, que lo había estado vigilando debido a sus simpatías comunistas y su amistad con figuras de la izquierda.
La incredulidad también se vio alimentada por la personalidad pública de Hemingway. Era conocido por su amor por la aventura y el peligro, desde la caza de grandes animales en África hasta la pesca de marlines en el Caribe. Su imagen como un hombre de acción y valentía parecía incompatible con la idea del suicidio. Además, Hemingway había sobrevivido a múltiples accidentes y heridas a lo largo de su vida, incluyendo dos accidentes aéreos en África, lo que solo reforzaba su imagen de invulnerabilidad.
Los detalles del procedimiento de su muerte también fueron cuestionados. Hemingway se había levantado temprano esa mañana, se había vestido con su bata favorita, conocida como "la túnica del emperador", y había bajado al sótano donde guardaba sus armas. Eligió una escopeta Boss de calibre doce, subió las escaleras y se sentó en la sala de su casa. Luego, se disparó en la boca. Este acto, meticulosamente planeado, parecía contradecir la versión del accidente.
A lo largo de los años, han surgido varios datos relevantes que han arrojado luz sobre el estado mental de Hemingway en sus últimos días. Sufría de hemocromatosis, una enfermedad genética que causa la acumulación de hierro en el cuerpo y puede llevar a la depresión y otros problemas de salud mental. Además, su familia tenía un historial de suicidios; su padre, su hermana y su hermano también se habían quitado la vida. Estos factores, combinados con su alcoholismo y los efectos secundarios de los tratamientos de electrochoque, pintan un cuadro de un hombre profundamente atormentado.
La fecha de su muerte, el 2 de julio de 1961, se convirtió en un día de luto para sus admiradores en todo el mundo. En España, donde Hemingway había encontrado una segunda patria, la noticia fue recibida con una mezcla de tristeza e incredulidad. Su legado, sin embargo, perdura, y su amor por España sigue siendo una parte integral de su historia.
La trágica muerte de Ernest Hemingway sigue siendo un tema de debate y especulación. Aunque los informes oficiales concluyeron que se trató de un suicidio, las dudas y teorías de conspiración persisten. Hemingway, el escritor que amó España, dejó un legado literario inmenso y una vida llena de aventuras y desafíos que continúan fascinando a generaciones de lectores.
