Durante una inversión polar hace 41.000 años, el uso de ocre como protector solar y la ropa adaptada pudieron proteger a los Homo sapiens de la radiación solar extrema que contribuyó a la extinción de los neandertales. según un nuevo estudio publicado por The Times of London y que también recoge National Geographic.

El Sol emite una enorme cantidad de radiación hacia la Tierra, pero la mayor parte de la superficie del planeta está protegida porque su campo magnético canaliza esta radiación hacia los polos, en un fenómeno que crea las auroras boreales y australes. 

Sin embargo, durante el período en el que los polos magnéticos se invierten, el campo magnético de la Tierra se debilita (reducido a sólo el 10% de su intensidad habitual), aumentando así la cantidad de radiación que llega a las regiones no polares. 

Es lo que ocurrió hace ya 41.000 años. El campo magnético se debilitó y entró más radiación ultravioleta dañina desde el espacio. Casi al mismo tiempo, el Homo Sapiens comenzó a confeccionar ropa a medida y a utilizar cada vez más a menudo el ocre, un mineral con propiedades protectoras del sol cuando se aplica sobre la piel. 

"Estos comportamientos pueden haber contribuido a la propagación del Homo Sapiens por Europa y Asia, en un momento en el que la población de neandertales estaba disminuyendo", señalaron a The Times los científicos de la Universidad de Michigan que participaron en el estudio. 

Los neandertales llegaron al Viejo Continente hace unos 400.000 años, mientras que el Homo Sapiens lo hizo hace unos 54.000 años. Casi 14.000 años después, los neandertales habían desaparecido de la faz de la Tierra. 

No está claro si algún factor específico fue decisivo para su extinción, pero se cree que la competencia con los humanos modernos y su mayor susceptibilidad a las enfermedades y al cambio climático influyeron. Por el contrario, el Homo Sapiens mostró una mayor capacidad de adaptación a las nuevas condiciones climáticas.