Se fuga al paraíso europeo de la medicina y aconseja a los españoles seguir su paso: "Estoy superorgullosa"

La historia de Ana María parece infinita a su corta edad. Mientras estudiaba Bachillerato decidió, tras mucho pensarlo, optar por el camino de la Medicina, unos estudios díficiles de comenzar por la altísima nota requerida. No pudo ser, pero ella tenía clara la intención de dedicarse a algo relacionado con el cuidado de los demás.

Encontró su camino en Psicología, una carrera "preciosa y con amplio abanico de oportunidades laborales" pero con un plan de estudios "excesivamente teórico sin un plan formativo práctico en un contexto real", como explica al medio Redacción Médica. 

Tras un año optó por cambiar, hacia Odontología. Tampoco salió bien, así que "cuando acabé el año volví a Psicología". El citado medio detalla que no lo hizo al uso, sino que decidió matricularse en más créditos para poder terminar la carrera en dos años, en vez de tres. El plan era "no perder más tiempo". 

Pero el camino guardaba más vericuetos estudiantiles. Mientras esperaba a las prácticas, se matriculó en un Master de Neuropsicología Clínica. Otra vez la 'llamada' de Medicina le llevó a intentar engancharse a 'su' carrera. Poco después enlazó con otros dos master para "complementar" su formación académica y adentrarse en el mundo de la investigación.

En esas vueltas de la vida, Ana María vio una opción diferente, el traslado de expediente desde el extranjero. Cuenta a Redacción Médica que "encontré la solución en un blog de internet en el que detallaban la vida de los estudiantes en la Universidad de Medicina y Farmacia Iuliu Hațieganu de Cluj-Napoca", en Rumanía, explica. "Su precio es muy competitivo comparado con otras universidades europeas y con la privada en España".

¿Suficiente? No para Ana María, que de Rumanía dio otro salto hacia Italia. Allí se presentó al 'MIR' nacional y logró un muy meritorio puesto 273 de los cerca de 14.000 aspirantes presentados. No le costó elegir lo que quería y el destino fue Cardiología en Bolonia, donde podrá "rotar" por varios hospitales para empaparse de todo.

"No fue fácil tomar la decisión, de hecho me pareció una locura", culmina, pero lo hace matizando inmediatamente lo "superorgullosa" que se siente de "haber salido de mi zona de confort" y hacerlo, además, en un lugar muy relevante.