Se preguntan dónde acabaron muchos cruceros del mundo tras el COVID y dan con el 'cementerio de cruceros'
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Se preguntan dónde acabaron muchos cruceros del mundo tras el COVID y dan con el 'cementerio de cruceros'

Al menos 35 cruceros fueron desmantelados en apenas dos años en este astillero. 

Vista aérea tomada con un dron donde se observan cinco cruceros de lujo siendo desmantelados para obtener chatarra en el puerto de reciclaje de barcos de Aliaga el 2 de octubre de 2020 en Izmir, Turquía.Getty Images

El estallido de la pandemia del Covid-19 supuso, además de una crisis sanitaria global, un duro golpe para el sector del turismo. Uno de los más afectados en este sentido fueron los cruceros, a los que la pandemia (como al resto) les pilló desprevenidos. 

De hecho, el crucero británico Diamond Princess tuvo que ponerse en cuarentena frente a las costas de Japón durante dos semanas y más de 700 pasajeros y tripulantes contrajeron la enfermedad, lo que se traduce en una de cada cinco personas a bordo infectadas. 

Además de ello, al menos 35 cruceros fueron desmantelados en apenas dos años, entre 2020 y 2022, pues mantener estas embarcaciones inutilizadas en el puerto resultaba demasiado caro, por lo que muchos optaron por desmantelarlos o abandonarlos.

El proceso de desmantelamiento es sencillo. Primero, los trabajadores desmantelan el equipo de navegación, después el resto de objetos, como pueden ser las camas, las sillas o los pianos, se venden a tiendas de segunda mano. Aquellas estructuras de mayor dimensión se desmontan primero e inmediatamente después van los suelos, ventanas y barandillas. Por último, se desmonta el casco del barco, una de las operaciones más difíciles de todo el proceso. 

El astillero que se encargó de esta misión fue, principalmente, el de Aliaga (en Izmir, Turquía) , un lugar que se ha convertido en una especie de vertedero de cruceros, como es el caso de los buques Fantasy, Imagination o Inspiration, de la compañía Carnival. El proceso, sin embargo, no fue corto. De hecho, mientras que para un carguero se necesitan unos seis meses, en un crucero se necesita aproximadamente el doble, un año. 

Una vez se recoge el material este es trasladado a una planta de reciclado que se encuentra a apenas unos kilómetros de los astilleros, con el objetivo de reciclarlos y de darle una segunda vida en el sector de la construcción, así como de obtener algo de ingresos extra. Cabe destacar que aunque la técnica es bastante similar en casi todas las instalaciones, en el caso de los países en desarrollo hay algunas lagunas en cuestiones como la seguridad laboral o el impacto medioambiental, tal y como recogen desde Xataka

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