El Boeing 737-800 de la aerolínea rusa Smartavia preparado para despegar en el aeropuerto de Kaliningrado y con destino San Petersburgo contaba con una pasajera dispuesta a dar la nota. 

Según medios locales, una mujer "que había bebido demasiado" sintió de repente que la situación se estaba saliendo de control. Saltó y abrió la escotilla de emergencia que conduce al ala, para escaparse a toda prisa.

Nadie sabe por qué lo hizo, pero de inmediato la Policía recibió el aviso y procedió a detener a la 'pasajera a la fuga', cuya acción desató el caos en el avión. Ahora, se enfrenta a una pena leve de prisión.

Rápidamente, los operarios intervinieron de urgencia para soldar la escotilla y arreglar el desastre que había provocado la pasajera en estado de embriaguez.

Superado el susto, y con un retraso no demasiado elevado, el avión pudo despegar rumbo a San Petersburgo... aunque sin parte del pasaje, porque algunos decidieron quedarse en tierra por tener un "mal presagio". La mujer enfrenta hasta 15 días de prisión.