La actriz Marina Salas cuenta lo que pasó en el concierto de Leiva en Madrid y muchos alucinan porque no es habitual
"Dije: esto es excepcional”

Hay gestos que parecen imposibles en 2025, incluso cuando quien los propone es Leiva y lo hace en el Movistar Arena, en Madrid, en el que no cabe un alfiler: 17.000 personas. La actriz Marina Salas, conocida por su participación en series como Yo, adicto, Hache o El barco, contó hace unos días en el podcast Decir las cosas, que produce la revista Vanity Fair para la cadena Gran Meliá, lo que tuvo la suerte de vivir en el último concierto del ex de Pereza. En mitad del repertorio, cuando estaba solo en el escenario, con su guitarra acústica, pidió al público que apagara los móviles. Lo insólito es que todos lo hicieron.
Salas no disimula la emoción al recordarlo. "Te lo juro, me puse a llorar", dice la actriz en el clip difundido por la propia revista en TikTok. “Porque éramos 17.000 personas. Todo a oscuras. Nadie sacó el móvil. Y dije: esto es excepcional", cuenta con la voz temblorosa, aún emocionada por lo que pasó aquella noche en el Movistar Arena. Porque más que la petición de Leiva, lo que le conmovió fue que el público respondiera con un silencio casi absoluto y respetara lo que el artista había planteado. Porque en una era en la que todo se registra o se comparte, miles de personas decidieran, simplemente, mirar y escuchar.
Aun con todo, reconoce que su primer impulso fue el mismo que habría tenido cualquier persona hoy en día: desenfundar el teléfono. “Lo quiero grabar. Lo quiero registrar”, pensó en ese momento y precisamente fue ese gesto automático, casi reflejo, lo que le hizo ser aún más consciente del momento único que había vivido. “Me di cuenta de que tenía el impulso de sacar el móvil cuando él nos había pedido no hacerlo. Y fue precioso”, añade. Esa contradicción entre querer capturar el instante o simplemente vivirlo es, quizá, lo que más ha conectado con quienes han visto el vídeo.
La conversación ha circulado con rapidez en redes sociales y ha provocado decenas de comentarios, muchos de ellos sorprendidos de que algo así pueda pasar hoy en día. “No se disfruta igual si estás pendiente de grabar”, escribe una usuaria. “A veces son más bonitos los recuerdos que se guardan en el corazón que un vídeo que seguramente ves una vez y luego olvidas”. Otros, más escépticos, lo resumen con una frase seca: “¿Grabar para qué? Para no verlo nunca”. No hay imágenes de ese momento. Solo el recuerdo de quienes estuvieron allí y, entre ellos, el testimonio emocionado de una actriz que, por una vez, se permitió estar del todo presente.
