Derecho a prostituirse

Derecho a prostituirse

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Por las mañanas, iba a clase. Por las tardes, ejercía la prostitución. "Y, entre cliente y cliente, estudiaba". Montserrat Neira, barcelonesa de 53 años, asegura que así se sacó la carrera de Ciencias Políticas y de la Administración. La trabajadora sexual cuenta que llegó a la universidad porque pensaba que su trabajo tenía fecha de caducidad. Pero no fue así: ha "fidelizado una clientela" y sigue ejerciendo.

Neira admite que tenía muchos "prejuicios" cuando empezó en el mundillo -con 29 años, "sola" y con un hijo al que mantener- y defiende que se reconozca la profesión, que se mueve en un marco alegal en España. Después de trabajar muchos años por cuenta ajena en clubs y locales, lo tiene claro: "La prostitución se tiene que ejercer en una cooperativa o siendo autónoma".

Ella eligió la última opción, pero en Ibiza, a 300 kilómetros de donde vive, se encuentra la primera cooperativa española de trabajadoras sexuales, Sealeer. La creación de la sociedad, que se inscribió en el Registro de Cooperativas de las islas Baleares en noviembre de 2013, plantea un interrogante: qué opciones laborales tienen las prostitutas hoy en día.

"ES UN TRABAJO COMO OTRO CUALQUIERA"

"Es un trabajo igual que otro cualquiera, como la mujer que va a limpiar", expone María José López, presidenta e integrante de la cooperativa de trabajo asociado que agrupa a diez prostitutas, empleo que ella no desempeña. "Queremos que tengan cobertura legal, que coticen, que pasen sus revisiones y apoyarlas en todos los sentidos".

La idea de crear la sociedad parte de su coordinador, Jaime Bonet, que leyó un trabajo de la juez decana de Lanzarote, Gloria Poyatos, que intentando demostrar que las prostitutas no podían darse de alta en la Seguridad Social, se topó con una realidad bien diferente, para su "sorpresa". La cooperativa consiguió inscribirse, con un capital inicial de 2.100 euros, y tras no pocos problemas burocráticos -dos años y un recurso acompañado de sentencias europeas y del Tribunal Supremo-.

"Estas mujeres ahora van al ginecólogo y acuden a cursos de formación impartidos por la mutua que las asiste, en los que se les advierte sobre las formas de evitar el contagio de enfermedades venéreas", expone Poyatos, inspiradora de la iniciativa pero contraria al proxenetismo coactivo (trata) o de lucro (clubs y burdeles).

El hecho de que sean pocas las que se dan de alta como autónomas o socias de una cooperativa tiene tres causas para la magistrada. "En primer lugar, están muy estigmatizadas. Además, la mayoría no conoce sus opciones. Y encima, muchas están en situación irregular".

PROSTITUCIÓN Y COOPERATIVAS

Hay diversas cifras en cuanto al dinero que mueven los servicios de prostitución en España, 50 millones de euros al día según un informe parlamentario de 2007 y 18.000 millones de euros al año, según el informe Los amos de la prostitución en España, del periodista Joan Cantarero. Un informe elaborado por la consultora Havocscope sobre el mercado negro en 52 países, sitúa la cantidad en 19.300 millones de euros al año.

El colectivo Hetaira, que defiende los derechos de las trabajadoras del sexo, aboga por reconocer la profesión como actividad económica. Respecto a las salidas actuales que tiene una prostituta, Cristina Garaizabal, cofundadora del colectivo, explica que "no todo el mundo tiene el dinero previo que se exige para montar una cooperativa".

El capital social mínimo que se exige para crear una cooperativa es competencia de la comunidad autónoma en la que se inscribe. Por ejemplo, en Islas Baleares y Madrid, hay que desembolsar 1.800 euros, mientras que en Andalucía o Cataluña, la cantidad inicial asciende a 3.000 euros. Algunas comunidades permiten, además, desembolsar de entrada solo un porcentaje de la cifra total.

"LA PROSTITUCIÓN EN SÍ MISMA NO ES DELITO"

Para el catedrático de derecho Administrativo Leopoldo Tolivar, y dejando a un lado su opinión sobre la creación de estas sociedades, "tendría que haber una ley que reconociese el ejercicio de esta profesión" para garantizar que montar una cooperativa de este tipo, "a la postre, no se quedara en nada".

Al margen de las ordenanzas o reglamentos de algunas ciudades, que imponen multas a las prostitutas o clientes, "la prostitución en sí misma no es delito en España, solo para quien obliga o coacciona" a alguien a ejercerla. Así lo asegura Manuel Cancio, catedrático de Derecho Penal y autor del artículo Prostitución y Derecho Penal.

"LAS AUTÓNOMAS O COOPERATIVISTAS PUEDEN AFILIARSE"

El catedrático de Derecho del Trabajo Jesús Cruz Villalón confirma que este punto es idéntico en el ámbito de la seguridad social. "En el trabajo por cuenta ajena la cosa es más discutible, pero como autónomas o cooperativistas, se pueden afiliar como cualquier trabajador". El experto añade que "por cuenta propia se intuye que hay más libertad" y que, además, para darse de alta en la seguridad social un trabajador sexual no tiene "por qué especificar con detalle su actividad", sino que puede inscribirse dentro del sector servicios.

Según Diana Zapata, psicóloga que documentó un sistema de ahorro que usaban las meretrices del barrio barcelonés del Raval, denominado El Cuadro, hay que dejar que estas profesionales "tomen sus propias decisiones", que se autorregulen, aunque se trata de un colectivo muy heterogéneo y "muchas no están de acuerdo entre ellas". En todo caso, piensa que son las que deben decidir cómo ejercer su profesión, y que no lo hagan en su lugar "ni el Estado ni la sociedad".