Google no quiere más anuncios sexuales
Si quieres volver a saber como era la 'home' de Google cuando no tenía publicidad, busca pornografía o contactos sexuales. El buscador ha empezado a prohibir los anuncios con contenido sexual explícito o servicios íntimos con profesionales. Sin embargo, a sus censores aún se les escapan algunos.
La medida no es nueva, en marzo Google anunció cambios en su servicio de AdWords, los anuncios que aparecen en muchas páginas web y en especial en el buscador, destacados arriba, a la derecha o en la parte inferior del site y que son una de las principales fuentes de ingresos de la empresa. Esos cambios, que entran en vigor ahora, advertían de que todo anuncio con imágenes de contenido sexual explícito sería rechazado.
Pero también otros que, aún sin mostrar ninguna imagen, promocionen “servicios que podrían ser interpretados como el ofrecimiento de actos sexuales a cambio de una remuneración”. Así que las casas de citas, los gigolós profesionales o los masajes con final feliz ya no se pueden anunciar en Google.
De ahí que una búsqueda de, por ejemplo, los términos 'masajes Barcelona' devuelve una imagen como la siguiente, llena de anuncios por todos lados.
Sin embargo, si la búsqueda es más explícita y se escribe 'masajes sexuales Barcelona', el buscador devuelve una página prístina, tan limpia de publicidad como cuando nació hace tres lustros. No hay anuncios ni arriba, ni a la derecha ni abajo. Claro que eso no significa que los negocios que se dedican a las variadas ofertas de sexo hayan desaparecido de Google. De hecho, los 10 primeros resultados, lo que llaman resultados orgánicos, son de locales de masajes eróticos. Pero, y eso le honra, Google no saca tajada publicitaria.
Entre los anuncios ahora prohibidos los hay obvios, como los de contenido sexual con menores, el sexo no consentido o, para proteger a los más sensibles, la pornografía explícita. Más opinable le puede parecer a algunos que tampoco permitan la publicidad sólo textual de servicios de masajes íntimos o de prostitución. Lo que sí permiten son los masajes no íntimos, los anuncios de clubes de striptease o los de páginas de citas sexuales entre particulares, aunque estos últimos sólo aparecerán en el buscador si se tiene el filtro de contenidos inapropiados desactivado.
El problema es que la lengua, en particular la española, es lo suficientemente ambigua como para que a Google se le escapen algunos anuncios. Si se busca 'citas Madrid', los que aparecen son casi los mismos que si lo que buscamos es 'citas sexuales Madrid'. Sin embargo, si se cambia la palabra 'cita's por 'contactos', el buscador vuelve a quedar limpio de publicidad.
Cómo se controlan los anuncios
“Estos casos se pueden deber a que, en Estados Unidos, una de las palabras tenga una connotación sexual mas fuerte”, dice Manuel Chao, de la agencia de publicidad online Hello y experto en posicionamiento en buscadores. El mecanismo de creación de un anuncio AdWords es relativamente sencillo. Se crea el mensaje publicitario con una serie de palabras clave y después se puja por aparecer bien situado cuando un usuario hace una búsqueda que contenga algún término relacionado con aquellas palabras clave.
Además de la autoclasificación previa hecha por el anunciante, un sistema semiautomático analiza cada anuncio buscando que haya concordancia entre las palabras clave y el contenido real del anuncio y la página o servicio anunciado. Éste es también el mecanismo que se aplica para filtrar la publicidad con contenido sexual no permitido. Pero, al final, cada anuncio en sí es revisado por humanos, uno a uno.
“El problema de estas prohibiciones es que pueden esconder una gran doble moral”, opina Chao. “Por un lado, aprueban una política de AdWords muy restrictiva para contentar a determinados sectores de la población y, por el otro, la aplicación práctica de esa política conserva la suficiente ambigüedad como para dejar un hueco a los mensajes mas o menos encubiertos”, añade.
En todo caso, Chao aclara que, aunque las búsquedas de sexo son muchísimas, la publicidad de contenido pornográfico o de servicios sexuales no es tan habitual. En su agencia no tienen ningún cliente de este tipo, pero estima que no más del 10% de lo que genera AdWords proceda de estos anuncios. Google no hace públicos los ingresos con esta plataforma publicitaria y, menos aún, segmentados por tipo de anunciante.
Lo que pasa es que estos mensajes atraen más la atención por su contenido y, como dice el experto, “se trata de pequeños anunciantes, de una long tail [larga cola, en inglés] de muchos pequeños anuncios pero que no se pueden comparar con los grandes anunciantes”. Serán estos pequeños, los particulares que ofrecen su cuerpo a cambio de dinero, los más afectados.
Dos formas para venderse en Google
Existen dos mecanismos para venderse en Google. Uno es el marketing en buscadores (SEM, por sus siglas en inglés) y en esencia significa pagar por aparecer en la parte publicitaria del buscador. El otro es el posicionamiento en buscadores (Search Engine Optimization o SEO, en la terminología anglosajona). Una buena estrategia de SEO hace que tu página aparezca entre los primeros resultados de una búsqueda. Y esto es todo un arte al que las grandes empresas dedican muchos recursos para salir las primeras.
La prohibición de Google se enmarca dentro de un movimiento iniciado en la compañía de ir oscureciendo la presencia en el buscador del contenido pornográfico o a los que se dedican al comercio sexual. En 2012, ya realizó un cambio en su algoritmo de búsqueda de imágenes para, en principio, evitar que los que no buscaban fotografías subidas de tono se las encontraran a la menor búsqueda ambigua.
“Lo importante de estos cambios es que sólo afecta a Google y a sus ingresos y no al propio índice del buscador”, comenta Paula Ortiz, directora legal de IAB Spain, la asociación de la publicidad online y el marketing digital. Se trataría entonces de una decisión exclusivamente comercial.
Pero para Chao queda una pregunta en el aire. ¿Afectará todo esto a los propios resultados que devuelve el buscador de forma orgánica? Como él dice: “Espero que no se llegue al punto de prohibir este contenido en las búsquedas, pero con Google nunca se sabe”.