'Dig Eat All': El futuro de la alimentación se cocina en Donostia

'Dig Eat All': El futuro de la alimentación se cocina en Donostia

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Cuando Marty McFly mantenía una conversación a distancia a través de una pantalla en Regreso al futuro 2 (1989) pensábamos que eso no llegaría nunca. Del mismo modo hubiésemos pensado que tampoco llegaríamos nunca a ver una máquina en la que introduciendo varias cápsulas de alimentos conseguiríamos cocinar un delicioso plato de raviolis a los cuatro quesos.

Si lo primero ya ha llegado a nuestros bolsillos, lo segundo existe desde finales de 2012. La impresora de alimentos 3D Natural Machines es uno de los tres proyectos españoles que se presentan en el Dig Eat All Food & Tech Living Lab celebrado en el Basque Culinary Center de Donostia. Este evento, que se inauguró el pasado 1 de septiembre y se prolongará hasta 4 de octubre, convertirá la ciudad vasca en lo que ellos han llamado "el Silicon Valley de la alimentación".

Durante cinco semanas, los 15 participantes en el evento tratarán de buscar soluciones a los problemas actuales relacionados con la comida. Y estos problemas van desde el hambre (uno de cada ocho habitantes del planeta está desnutrido por falta de acceso a alimentos) hasta los desechos alimenticios (casi la mitad de la comida disponible acaba en vertederos de basura) o las elevadas tasas de obesidad (cada año mueren 2,6 millones de personas en el mundo a causa de la obesidad o sobrepeso, según la OMS). Cada uno con un enfoque muy variado pero todos con el objetivo de cambiar la relación de los consumidores y la comida.

Además, los creadores podrán mejorar sus proyectos a través del asesoramiento de chefs de prestigio internacional, expertos en gastronomía, innovadores de la industria agroalimentaria y ejecutivos de multinacionales del sector. Todo culminará el día 4 de octubre cuando se celebre el Demo Day, en el que presentarán la versión mejorada de los proyectos ante un jurado que premiará la más interesante con 250.000 euros.

"Las propuestas son muy variadas. Hay de todo. Desde una empresa de Barcelona que hace la impresora de alimentos 3D hasta una australiana —Delayed Freeze Ice Cream— que ha creado un helado que se puede almacenar y transportar en estado líquido y congelar inmediatamente antes de su uso. Así no se necesita frío durante el transporte", explica a El Huffington Post Olivier Queró, cofundador de Yo Compro Sano, una de las tres españolas que participa en este programa Dig Eat All. Otras ideas llamativas son Ambronite, una bebida finlandesa que satisface todas las necesidades nutricionales del organismo sustituyendo a una comida completa en dos minutos, o la inglesa Pledge Fitness, cuyo objetivo es ayudar a la transformación corporal mediante formación y apoyo nutricional y deportivo de calidad.

Desde El Huffington Post nos hemos interesado en conocer la diversidad del evento a través de las tres propuestas españolas.

COMIDA IMPRESA

Emilio Sepúlveda, Lynette Kucsma y Álex Moreu son los fundadores de Natural Machines, una empresa que a finales de 2012 crearon una impresora de alimentos en tres dimensiones. El concepto suena a ciencia ficción pero ya es una realidad que se ha incorporado a las cocinas de algunos restaurantes y pastelerías, y que sus creadores están implementado con el fin de que en 2016 entre en nuestras cocinas. "Queremos que se pueda programar a distancia para que así cuando llegues a casa tengas la comida o cena lista para comer", cuenta Sepúlveda a El Huffington Post.

La máquina funciona a partir de cápsulas ("como ocurre con algunas cafeteras"). El cocinero sólo tiene que introducir tantas como requiera la receta y a partir de ahí la máquina se encarga de preparar desde pizzas a espaguetis con tomate o nuggets de pollo. Mira el vídeo para entender de qué estamos hablando:

"El objetivo final es que puedas cocinar en casa de manera sana [firman acuerdos con las empresas de alimentación para que las cápsulas no tengan aditivos] sin necesitar demasiado tiempo y sin tener conocimientos de cocina", explica Emilio Sepúlveda para el que esta máquina responde a las necesidades de la sociedad actual: "En 1920 la gente invertía una media de cinco horas y media en la cocina, mientras que la media actual es de media hora".

DEL HUERTO AL PLATO

¿Por qué comprar productos de otra comunidad autónoma o incluso de otro país si los hay en las huertas de la zona? Esa fue la pregunta que se plantearon Olivier Queró y Grégoire Destre a principios de 2013 y a partir de la que meses después nacería Yo Compro Sano. La idea de esta propuesta es fomentar el consumo de productos locales —desde verduras y hortalizas hasta quesos o mieles— sin tener que recurrir a los canales habituales de distribución como tiendas y supermercados.

"Existen los productos clásicos del supermercado, los ecológicos, los gourmet... y luego estaríamos nosotros, que abogamos por el concepto slow food, productos de proximidad y temporada", explica Queró. La idea es que los propios consumidores organicen mercadillos donde una vez a la semana o cada 15 días se lleven los productos locales ("nos fijamos un radio de 200 kilómetros a la redonda") donde sus socios acudirían a recoger el pedido que en los días anteriores han hecho a través de la web. En 10 meses tienen más de 50 puntos de distribución o pequeños mercados, de los cuales 37 están en Madrid y el resto en Valencia, Castellón, Zaragoza, Huesca, Girona...

COMPRAMOS POR IMPULSO

El sentido común no funciona cuando se trata de hacer compras. En esa situaciones nos movemos por impulsos: el 80% de las decisiones de compra se basan en emociones. Conocer cómo funcionan esas emociones es el objetivo de Bitbrain Technologies, "una spin off de la Universidad de Zaragoza que tras trabajar cuatro años en I+D entra ahora en el mercado", explica su cofundadora María López.

La empresa que fundó con Javier Mínguez presenta en Donostia su primer producto: un anillo que mide cómo varían nuestros niveles de sudoración y latidos del corazón ante distintos estímulos. "El objetivo es entender el funcionamiento del ser humano para hacer estudios de mercado sobre sus sentimientos", explica López, que aclara que su propuesta está orientada a las fábricas de alimentación y restauración y no a los consumidores. "Ahora mismo estamos en otros mercados y queremos que este invento pueda servir en el campo de la alimentación", añade.

BritBain muestra en Donostia su primera herramienta, pero no es la única. La otra es un gorro que mide las señales cerebrales. Aquí puedes ver cómo funciona.