El Partido Andalucista no volverá a concurrir a unas elecciones
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El Partido Andalucista no volverá a concurrir a unas elecciones

EFE

Este sábado, el Partido Andalucista (PA) ha celebrado su último congreso. Ya no habrá más. Ya nadie podrá votarlos en las próximas elecciones, porque los nacionalistas andaluces no se van a presentar a más comicios. Justo este año, cuando se iba a conmemorar el 50 aniversario del proyecto auspiciado por Alejandro Rojas Marcos, lo que llega es la "prejubilación", el "retiro", la "muerte".

La dirección nacional ha sometido a votación esta propuesta de no presentar más listas y de hacer desaparecer sus cuadros de dirección. Es el fin que eligen después de no haber obtenido escaños en el Parlamento andaluz en tres elecciones consecutivas. El PA, como organización, no desaparece, sino que se mantiene como una especie de gestora para dar cobertura legal y asistencia a los 319 concejales elegidos en las elecciones municipales del pasado 24 de mayo. Es puramente operativo. La formación histórica, esencial para entender la historia democrática de Andalucía y actor importantísimo en el proceso de autonomía, se acaba.

Los andalucistas llegaron a tener cinco diputados en el Congreso, pero también dos en el Parlamento de Cataluña y un eurodiputado en el Parlamento Europeo de Estrasburgo. Sevilla, la capital andaluza, ha contado en su historia con dos alcaldes andalucistas: Luis Uruñuela y Alejandro Rojas Marcos. Los andalucistas también lograron poder regional, ya que fue llave de Gobierno entre 1996 y 2004, un tiempo en el que firmó una alianza con el PSOE que permitió que Manuel Chaves presidiera Andalucía, a cambio de varias consejerías.

¿Qué fue lo que pasó para que el partido, que había tocado poder con consistencia, se fuera desvaneciendo? Claves fueron las pérdidas de dos alcaldías-talismán, las de Sevilla y Jerez de la Frontera (Cádiz). En las municipales de 2007 perdieron hasta los concejales en la capital andaluza, algo insólito. El momento que marca la caída en picado son las elecciones andaluzas de marzo del año 2008: el PA quedó fuera del Parlamento de las Cinco Llagas. Eso no había pasado nunca en la historia de la autonomía. El PA salió y ya nunca volvió a entrar.

En los comicios del pasado 22 de marzo, que ganó la socialista Susana Díaz, logró 60.645 votos (1,5% del total), según datos oficiales. Fue el séptimo partido más votado, arrinconado por la aparición de nuevas fuerzas como Ciudadanos y Podemos, sumada a su propia deriva. Antes, en las municipales del 24 de mayo, lograron unos resultados algo mejores, con 150.655 votos (3,9% de los sufragios), un apoyo que cristalizó en 319 concejales. El municipalismo ha sido el último refugio de los nacionalistas andaluces en los últimos años, con baluartes como Utrera (Sevilla).

Las elecciones locales, pese a la leve mejoría, constaban que no había vuelta de hoja, que el fin estaba cerca. Antonio Jesús Ruiz, el último secretario general, habló entonces por primera vez de que había que "resetear" la formación. Comenzó una ronda de reuniones, de citas para repensar el PA, hasta que en julio pasado los veteranos dieron el puñetazo definitivo en la mesa. Los fundadores. Alejandro Rojas Marcos, Luis Uruñuela, Miguel Ángel Arredonda, Diego de los Santos y Antonio Ortega, hicieron público un comunicado en el que reclamaban la disolución del partido, una "respuesta de dignidad coherente con nuestra razón de ser: declarar el final de la andadura del Partido Andalucista". Hablaron de "muerte digna" y pedían que no se intentase una refundación con alianzas con otros partidos -en los últimos meses han sido intensos los rumores de cierto acercamiento a Ciudadanos, por ejemplo-, ya que entienden que se perdería la esencia andalucista.

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El entonces líder de IU, Julio Anguita, con el que fuera alcalde de Sevilla por el PA, Alejandro Rojas Marcos, con el ex consejero andalucista Antonio Ortega en segundo plano. La foto es de 1996.

El motivo básico que nuevos e históricos ven para su adiós es que los ciudadanos hoy no se identifican con el nacionalismo andaluz, justo en un momento en el que otros nacionalismos, como el catalán, ganan terreno. El andalucismo siempre ha estado en una posición intermedia, sin abogar por la independencia, sino por la dignidad de los andaluces y la reclamación de sus derechos, algo más difícil de explicar al electorado. Hoy eso ha quedado arrollado por otros partidos y otras necesidades. Miembros del partido hablan de "suicidio político" al prestar su apoyo al PSOE en la Junta, lo que le ha costado simpatías también a Izquierda Unida. Tampoco fue entendida nunca la postura contraria, por ejemplo, a la reforma del Estatuto de Autonomía.

El PA ha sido ambiguo ideológicamente, pactando con la derecha y la izquierda, y también ha tenido que abordar no pocas divisiones internas. Y al no estar en grupo parlamentario alguno, cada vez ha llegado menos dinero y hacía falta para engrasar la maquinaria. Hoy el Partido Andalucista tiene deudas, al menos, por valor de 11 millones de euros, dice el Tribunal de Cuentas. Esa cifra era tal en 2007. No tienen acceso a créditos de bancos y van a tener que vender sus sedes y oficinas para parar a sus proveedores. Las cuotas de 3.800 militantes actuales sirven de poco.

-En los años 60, Alejandro Rojas Marcos funda Compromiso Político, que luego cambió a Alianza Socialista Andaluza.

-En 1976 la formación pasa a ser el Partido Socialista de Andalucía. En 1986 cambia a Partido Andalucista.

-En las generales de 1979 obtuvieron cinco escaños en el Congreso. En las primeras autonómicas lograron 3 diputados -se mantuvo entre los tres y los cinco en casi todas las elecciones, salvo en el año 1990, que obtuvo 10 escaños regionales-.

-En la década de los 90 lograron un escaño en el Parlamento Europeo, volvieron al Congreso a Madrid, y gobernaron ocho años en Andalucía con los socialistas (1996-2004).

-En 2007 dejan de tener ediles en la capital de Sevilla y se seguido salen del Parlamento andaluz, al no obtener ningún escaño.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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