Esta reflexión sobre las embarazadas te hará pensártelo dos veces antes de opinar sobre su barriga

Esta reflexión sobre las embarazadas te hará pensártelo dos veces antes de opinar sobre su barriga

"La única vez que deberías preocuparte de si algo es demasiado grande o demasiado pequeño es cuando nazca y le compres el pastel y las flores".

Getty Images/iStockphoto

Las opiniones de la gente sobre el físico de otras personas no son casi nunca bienvenidas, menos aún cuando estas se refieren a una mujer embarazada y a la persona que hay en su interior. La bloguera Laura Mazza ha publicado en su cuenta de Facebook —en la que se hace llamar Mom on the Run (Mamá a la fuga)— una reflexión sobre los comentarios que hace la gente en fotografías de evolución del embarazo o las de antes y después de las madres, haciendo también un llamamiento a las futuras mamás a que hagan caso omiso a los comentarios que reciban sobre su físico.

Mazza publicó junto a su texto dos fotografías: en la de la izquierda aparece en la semana 14 de su primer embarazo, y en la de la derecha, en la tercera de su tercer hijo. "Me encantan las fotos de comparativas, pero nunca son lo suficientemente correctas para la sociedad", comienza diciendo la bloguera. "En la imagen de la izquierda [...] pensaba que estaba enorme, me daba vergüenza de lo hinchada que estaba, me pasaba el tiempo escondiendo mi estómago, aunque la gente supiera que estaba embarazada", continúa Mazza.

La bloguera cuenta en su publicación que tenía la necesidad de "llegar al tamaño correcto" del bebé y que se avergonzaba de que su marido tuviese que aguantar comentarios de la gente que le decía que le iba a costar "mucho trabajo" volver a su cuerpo de "antes del embarazo" o que "mejor no comiese demasiado".

"Veo constantemente mujeres embarazadas que están comentando que su barriga es demasiado pequeña o demasiado grande [...] Comentar está bien, pero dejad crecer a vuestro bebé libremente", añade Mazza. La bloguera destaca que, en su segundo embarazo, la gente le preguntaba si iba a tener gemelos debido al gran tamaño que tenía su barriga apenas con un mes de gestación. "No, no son gemelos, pero gracias por ayudarme a sentirme positiva sobre mi cuerpo en un momento de tantos cambios hormonales", señala.

La foto de la derecha es una instantánea actual de Mazza, embarazada de nueve semanas de su tercer hijo, que dobla casi el tamaño de su primer embarazo. "No hay músculo allí", recalca la bloguera. "No perdí peso después del primer niño, ni del segundo, y después de este tampoco pienso hacerlo", detalla Mazza. "No parece una barriga de nueve semanas, pero no me importa. No esconderé mi pequeña bolsa. Está creciendo un bebé ahí dentro y debería estar orgullosa".

Mazza bromea sobre su peso añadiendo que en esa barriga hay "un bebé del tamaño de un guisante, un kilo de sandía y algunos noodles". Pese a las críticas que le puedan llover, se muestra orgullosa de su cuerpo, algo que antes no hacía. "Este cuerpo ha pasado por mucho ¿cómo puedo esconderlo? Los cuerpos cambian: Este ha traído niños al mundo, ha superado batallas, ha tenido amagos de cáncer por bultos en mis senos, ha combatido una enfermedad mental, ha luchado sin dormir y ha sido el hogar de tres niños. Preocuparse por lo grande que me veo es una injusticia", defiende en su publicación.

La bloguera concluye su publicación con una reflexión sobre el físico de todas las personas, estén embarazadas o no y sobre las opiniones que se vierten libremente sobre el físico. "Soy madre y soy mujer. Puede que esté hinchada, pero al fin y al cabo, seré una buena madre", concluye. "Por favor, a las personas que sienten la necesidad de comentar sobre el cuerpo de una mujer embarazada o no: la única vez que deberías preocuparte de si algo es demasiado grande o demasiado pequeño es cuando nazca y le compres el pastel y las flores", concluye.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

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Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

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Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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