Un anciano de 85 años dice "basta", se burla de los estafadores, llaman a la puerta y es la policía con un mensaje muy corto
Todo comenzó con una llamada de las conocidas como “de choque”, una modalidad muy extendida en Alemania y otros países europeos.

A veces la mejor defensa frente a una estafa no es colgar el teléfono, sino seguir el juego con sangre fría. Eso es exactamente lo que hizo un vecino de Ingolstadt, en Baviera, que a sus 85 años logró engañar por segunda vez a una red de estafadores telefónicos que se hacían pasar por policías. El caso, recogido por el semanario alemán Spiegel, ha llamado la atención de las autoridades por la astucia del afectado y la rápida reacción de su familia.
Todo comenzó con una llamada de las conocidas como “de choque”, una modalidad muy extendida en Alemania y otros países europeos. Al otro lado del teléfono, un supuesto agente alertó al anciano de que una familiar cercana estaba implicada en un accidente mortal y que debía pagar una fianza urgente para evitar su ingreso en prisión. En esta ocasión, los estafadores aseguraban que se trataba de su nieta. Le pidieron que preparara 10.000 euros en efectivo y varias monedas de oro.
Lejos de dejarse llevar por el pánico, el hombre decidió aparentar que aceptaba las condiciones. Mientras fingía organizar la entrega del dinero, su hija avisó a la policía real. El plan funcionó. Cuando un joven de 20 años acudió al punto acordado para recoger el supuesto botín, fue detenido en el acto. El sospechoso permanece en prisión preventiva.
No era la primera vez que padre e hija actuaban de este modo. Según explica Spiegel, en septiembre de 2024 ya habían vivido una situación casi idéntica. Entonces, otro falso policía logró convencer al hombre, que tenía 84 años, de que debía entregar más de 60.000 euros para proteger a una sobrina. De nuevo, la hija alertó a las autoridades y una mujer de 40 años fue arrestada en el lugar de la entrega. También acabó en prisión preventiva.
La policía ha calificado el comportamiento del anciano y su hija de “ejemplar”. En ambos casos, los delincuentes utilizaron el mismo patrón narrativo, jugando con el miedo y la urgencia. Este tipo de estafas sigue causando enormes pérdidas económicas. Cada semana, según las autoridades alemanas, se roban cientos de miles de euros mediante llamadas fraudulentas, especialmente dirigidas a personas mayores.
No obstante, también hay avances en la lucha contra estas redes. A principios de diciembre, los investigadores lograron identificar más de 3.500 números de teléfono utilizados para estas estafas, en su mayoría alemanes. Todos ellos han sido desconectados, junto con más de 350 números austriacos, gracias a la cooperación con las autoridades de Viena.
El caso de Ingolstadt demuestra que la prevención pasa por la información y la coordinación familiar. Mantener la calma, desconfiar de las llamadas urgentes y avisar de inmediato a la policía puede marcar la diferencia entre perder los ahorros de toda una vida o convertir a los estafadores en los verdaderos engañados.
