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Un chef, despedido por WhatsApp tras 3 meses de trabajo, acude a los tribunales y fallan completamente a su favor

Un chef, despedido por WhatsApp tras 3 meses de trabajo, acude a los tribunales y fallan completamente a su favor

El juez ha considerado que el cocinero actuó correctamente y que la empresa no aportó pruebas suficientes para justificar el despido.

Chef preparando un plato con precisión en la cocina de un restaurante.
Un chef se concentra en pulir los últimos detalles de un plato que acaba de preparar.Maskot

Lo que empezó como un contrato prometedor acabó en un mensaje de WhatsApp con sabor amargo. Un cocinero de 41 años contratado por Horeca Groep Limburg, en el sur de los Países Bajos, ha ganado una demanda contra la empresa después de ser despedido fulminantemente por el móvil, apenas tres meses después de empezar a trabajar. La justicia neerlandesa ha determinado que la compañía actuó de forma injustificada y le ha concedido una indemnización cercana a los 16.000 euros.

El chef había comenzado a trabajar el 1 de febrero con un contrato de siete meses y la posibilidad de quedarse en plantilla. Su destino inicial era un restaurante de la región de Zuid-Limburg, pero una avería provocada por un incendio obligó a trasladarlo temporalmente a otro local de la misma cadena, en el municipio de Eijsden-Margraten, cerca de Maastricht.

Ahí empezó el lío. Según el propio cocinero, su nuevo jefe apenas le dejaba cocinar y lo relegaba a tareas menores como limpiar o mover objetos. “Yo quería hacer lo que sé hacer: cocinar”, explicó durante el proceso. Sin embargo, esa actitud le costó caro.

“No te adaptas y no sigues las instrucciones”

El 9 de mayo, tras media hora de trabajo, un compañero le mandó a casa sin explicación. Al día siguiente, el cocinero esperó la llamada de su responsable, que nunca llegó. Lo que sí recibió fue un mensaje de WhatsApp del dueño de Horeca Groep Limburg:

“No te adaptas y no sigues las instrucciones de los jefes. No podemos continuar así. Nos vemos obligados a despedirte por negativa a trabajar. Suerte en tus próximos pasos.”

El chef se quedó helado. Insistió en que jamás se había negado a trabajar, que simplemente quería ocupar el puesto para el que lo habían contratado. Aun así, la empresa mantuvo su versión: que él solo quería cocinar y se negaba a realizar otras tareas básicas del restaurante, como limpiar o mover macetas.

Durante el juicio, los jueces desmontaron ese argumento. El restaurante no presentó ninguna prueba de que el cocinero hubiera rechazado órdenes concretas. Además, el despido no mencionaba su supuesta ausencia al día siguiente, un requisito legal indispensable.

La sentencia, publicada este fin de semana, fue tajante: no hubo “ninguna negativa al trabajo” y, por tanto, el despido resultó improcedente. Horeca Groep Limburg tendrá que pagar casi 16.000 euros en concepto de indemnización.

El chef, mientras tanto, ha pasado página. Ya trabaja en otro restaurante de la región y, a la vista de la experiencia, probablemente revisa dos veces cualquier mensaje que llega por WhatsApp.