'Esas cosas que se dicen y son tan extrañas', así, sin más

'Esas cosas que se dicen y son tan extrañas', así, sin más

Dos personas experimentando el amor desde perspectivas diferentes.

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Esta es la historia de una cita a ciegas. La que se produce tras una invitación que llega de Buenos Aires a ver una obra que solo va a estar dos días en el Teatro 9Norte de Madrid, una de esas pequeñas salas off que hacen de la capital un verdadero hervidero teatral. Una obra con un título tan largo como Esas cosas que se dicen y son tan extrañas, escrita y dirigida por Macarena Trigo. Una española que lleva residiendo en Argentina 15 años, fruto de ese trasiego de profesionales del teatro que hay entre uno y otro lado del Atlántico. Una cita a ciegas en la que se produjo un enamoramiento a primera vista. El enamoramiento se debe a la indeleble impresión que causan su texto, su dirección, sus magníficos actores y su música que acompañará durante un tiempo largo a quien haya visto la obra.

Obra que cuenta la historia de una pareja, una de tantas, en una habitación cualquiera de un hotel cualquiera en Calafate. Han llegado allí porque ella, escritora, ha ganado un concurso de cartas de amor cuyo premio es una visita a esa maravilla natural que es el Glaciar Perito Moreno, que se resquebraja y al hacerlo es capaz de anular el motorcito que nos tiene todo el rato cuestionando, dudando, midiendo. Ella ha invitado al hombre que ama, que lleva amando desde hace 3 años. Él, el amado, no sabemos muy bien porqué está allí. Se sabe amado, pero no sabe qué hacer con ese amor. ¿Qué hacer con esa tensión en una pequeña habitación en la que les han dado una cama de matrimonio y no dos camas separadas como ella dice que pidió?

No esperen grandes respuestas a esta pregunta. Tampoco hay que esperar la brocha gorda. Todo es, como la música de la función, sutileza y normalidad. La necesidad de ella de retener su deseo, su instinto, para no perder al sujeto amado de su lado. La necesidad de él tal vez sea la de dejarse amar, y la de extrañarse por ser amado, él que nunca hizo menos para enamorar a alguien.

Del conflicto entre las dos necesidades surge, por supuesto, la confortable melancolía que recorre toda la pieza. La misma que suele recorrer esas películas norteamericanas que suceden en los lugares más recónditos de Estados Unidos. Sencillas historias de amor que ocurren en pueblos o pequeñas ciudades de las que se dice que votan a Trump. Un tipo de historias con las que comenzaría Isabel Coixet, de la que esta obra tiene cogido un aire.

Un aire intimo que va creciendo entre lo que sucede en escena y el público. Con esos apartes en los que los actores son capaces de convertir al espectador en el interlocutor de sus pensamientos, atrapándole de una forma sencilla, convenciéndole de que es, ni más ni menos, su colega y eso que acaban de (re)conocerse. Ya que estos dos magníficos actores, Jimena López y Fernando del Gener, son capaces de crear ese ámbito o espacio inmaterial para el que resulta perfecto el pequeño Teatro 9Norte. Donde un público atento es recorrido por los íntimos sentimientos, propios y ajenos, que suceden en escena.

Dos personas experimentando el amor desde perspectivas diferentes.

Unas emociones llenas de cotidianeidad. De lo comprensiblemente humano que nos hace desbarrancar por el precipicio del amor imposible. También, de lo ridículamente humano de donde surge el humor porque no necesitamos entender todas las palabras [del otro o de la otra], simplemente aprendemos a subtituarlo/a.

En este análisis dicho a cámara, es decir, al espectador, de una forma muy orgánica, verdadera, Macarena Trigo deja que se cuelen las sabias palabras de Carson McCullers. Esas que indican que el amante y el amado vienen de regiones distintas. Dos personas experimentando el amor desde perspectivas diferentes. El amante poniendo precio, apreciando, al amado. El amado agobiado por el amante siempre insatisfecho. Territorio común hecho para el equívoco y para el enfado. Territorio hecho para el agobio y para el fracaso. Cuando lo único que se quiere es vivir en el nombre del otro así como así/sin más. Pero no se puede tener todo, dicen aunque estos amantes tengan muchísimo. Quien quiera (com)probarlo todavía puede tener su cita a ciegas con esta obra y este elenco en Barcelona en la sala Porta 4 en el mes de julio.

* Los textos en cursiva proceden del texto original de Macarena Trigo

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Como el dramaturgo Anton Chejov, me dedico al teatro y a la medicina. Al teatro porque hago crítica teatral para El HuffPost, la Revista Actores&Actrices, The Theater Times, de ópera, danza y música escénica para Sulponticello, Frontera D y en mi página de FB: El teatro, la crítica y el espectador. Además, hago entrevistas a mujeres del teatro para la revista Woman's Soul y participo en los ranking teatrales de la revista Godot y de Tragycom. Como médico me dedico a la Medicina del Trabajo y a la Prevención de Riesgos Laborales. Aunque como curioso, todo me interesa.