Llevas toda la vida jugando mal al UNO: la empresa explica el fallo más común
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Llevas toda la vida jugando mal al UNO: la empresa explica el fallo más común

No puedes fastidiarle la partida a tus compañeros.

Seguramente hayas jugado más de una vez al UNO. El juego de cartas clásico para las esperas en colas de conciertos, picnics y también para echar el rato en la playa o la piscina.

Pues bien, para el que no lo conozca, el juego consiste en quedarse sin cartas y cuando queda única se grita ”¡Uno!”. Para ello, existen varias cartas con números y colores, y cartas de acción, que mueven el sentido del juego, hacen que el siguiente jugador tenga que quedarse con cartas del mazo o hacer saltar el siguiente turno.

La mecánica parece sencilla, pero estamos cometiendo un error al utilizar la carta del +4. Lo que hemos hecho siempre es echar otra carta de acción (por ejemplo, otro +4 o un +2) y que el siguiente jugador tenga que coger seis cartas. Pero esto no está permitido.

Si alguna vez te encuentras con que alguien suelta un +4 tienes que coger cuatro cartas y perder tu turno, nada de poner otra con un +2 y hacer que el siguiente jugador tenga que coger más cartas. Eso mismo aclaró la empresa este sábado en su cuenta de Twitter.

“Si alguien pone una carta +4, debes robar 4 y se salta tu turno. No puedes poner un +2 para hacer que la siguiente persona se lleve 6. Sabemos que lo has probado”, escribieron en su tuit, que acumula cerca de 70.000 me gusta en cuatro días.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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