Por qué nunca verás el tubo de tinta de un boli Bic lleno

Por qué nunca verás el tubo de tinta de un boli Bic lleno

Y aún así puede durarte años.

blue pen on white backgroundGetty Images/iStockphoto

Todos hemos usado alguna vez un boli Bic, incluso muchos lo hacemos a diario desde que íbamos al colegio. El clásico Bic Cristal tiene más de 65 años y ha permanecido prácticamente igual desde que se creó, con su capuchón azul y su tubo hexagonal transparente.

Entre apuntes, exámenes y trabajo seguro que te has fijado en que el tubo de tinta de su interior nunca está lleno del todo. ¿Por qué? No, no es para que cueste menos, ni para que tengas que comprar más, es para que la tinta tenga espacio suficiente para expandirse con el calor. Este recorte en la tinta no tiene ninguna consecuencia aparente en su duración. De hecho, si escribiésemos seguido con un Bic Cristal Medium podríamos llenar una línea de 3 kilómetros.

El Bic se ha convertido en su más de medio siglo de existencia además de un objeto de oficina, en una obra de arte. Incluso en el MoMa de Nueva York y el Centre Pompidou de París exponen este objeto dentro de sus colecciones permanentes.

Desde que se lanzó en 1950, la única alteración la ha sufrido un capuchón, en el que se ha incluido un orificio para evitar la asfixia en caso de atragantamiento u obstrucción de traquea. Seguro que la próxima vez que escribas ya no mirarás tu boli igual.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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