En el mundo habitan 4000 especies de serpientes: estas son las más venenosas y voraces del mundo
En Europa central, la víbora común (de color negro o rojizo) es la única especie venenosa relativamente habitual.
Durante al menos 120 millones de años, las serpientes han habitado la Tierra. Su veneno letal, su sorprendente camuflaje y su fuerza extraordinaria las han convertido en uno de los depredadores más eficaces del planeta. Según el diario alemán Stern, estos reptiles sin patas son “un ejemplo perfecto del éxito de la evolución”.
Existen unas 4.000 especies repartidas por todo el mundo: las hay de todos los colores (blancas, amarillas, rojas, verdes o negras), de todos los tamaños (desde apenas unos centímetros hasta casi diez metros), y con comportamientos que van desde la timidez hasta la agresividad. Algunas son completamente inofensivas, mientras que otras poseen un veneno capaz de matar en cuestión de minutos.
De símbolo diabólico a criatura fascinante
Desde la antigüedad, las serpientes han generado una mezcla de miedo, fascinación y respeto. En la Biblia, la serpiente engaña a Adán y Eva, empujándolos fuera del Paraíso. En la literatura, fue la hipnótica Kaa quien sedujo a Mowgli en El libro de la selva. Y en el universo de Harry Potter, Nagini, compañera de Lord Voldemort, se convirtió en un símbolo del poder y la oscuridad.
Quizás esta desconfianza ancestral tenga una explicación muy simple: las serpientes aparecen siempre de repente. Gracias a su camuflaje, pueden pasar desapercibidas incluso a pocos metros de distancia. “Cualquiera que haya intentado buscar una serpiente en un terrario y no la haya encontrado sabe lo bien que pueden volverse invisibles”, apunta Stern.
En Europa central, la víbora común (de color negro o rojizo) es la única especie venenosa relativamente habitual. Aun así, las muertes por su mordedura son extremadamente raras. “Por lo general, solo provocan dolor local y la parálisis es infrecuente”, explica el medio alemán.
En cambio, en regiones como África, Asia, Australia o América del Norte, hay especies cuyas mordeduras pueden ser mortales. Y aunque las serpientes provocan más accidentes que los tiburones, estos últimos suelen acaparar mucha más atención mediática.
Esenciales para el equilibrio natural
Más allá del miedo que inspiran, las serpientes son imprescindibles para los ecosistemas. Regulan las poblaciones de ratas, ratones, ranas y otros pequeños animales. Sin embargo, también pueden convertirse en un problema ecológico cuando se introducen fuera de su hábitat natural.
La pitón birmana, originaria de Asia, es el mejor ejemplo. Tras ser liberada por propietarios que no podían mantenerla, ha colonizado los Everglades de Florida, donde está diezmando la fauna local y resulta casi imposible de erradicar.
Entre la admiración y la explotación
A pesar de su importancia biológica, las serpientes siguen siendo víctimas del ser humano. En lugares como Filipinas, miles de serpientes marinas son capturadas cada año para fabricar cuero con sus pieles de colores brillantes.
Así, este reptil milenario continúa representando una relación ambivalente: símbolo de sabiduría y peligro, de respeto y destrucción, una criatura que, pese a su mala fama, ha sabido adaptarse y prosperar mucho mejor que nosotros.