La situación se vuelve aún más peligrosa cuando el reptil comienza a enroscar su cuerpo alrededor del torso y del cuello del guía, intentando estrangularlo.
Durante el otoño se produce el segundo celo que tienen al año la víbora hocicuda y la áspid, por lo que estos meses será más probable encontrarse con ellas.
Las pitones birmanas son ectotérmicas, lo que significa que su temperatura corporal depende del ambiente. Cuando hace frío, sus procesos biológicos, como la digestión, se ralentizan.