La heroica paloma mensajera que el ejército español condecoró por su gran misión
Animales
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La heroica paloma mensajera que el ejército español condecoró por su gran misión

Fue un símbolo de resistencia en la Guerra Civil.

La heroica paloma mensajera que el ejército español condecoró por su gran misión

Fue un símbolo de resistencia en la Guerra Civil.

La heroica paloma mensajera que el ejército español condecoró por su gran misión

Fue un símbolo de resistencia en la Guerra Civil.

La heroica paloma mensajera que el ejército español condecoró por su gran misión

Fue un símbolo de resistencia en la Guerra Civil.

La heroica paloma mensajera que el ejército español condecoró por su gran misión

Fue un símbolo de resistencia en la Guerra Civil.

Una bandada de palomas contra el cielo azul.Jose Antonio Bernat Bacete

Entre los pasillos del Museo del Ejército de España, en el imponente Alcázar de Toledo, se exhiben reliquias que narran la historia militar del país. Uniformes, armamento, documentos históricos y, entre ellos, un pequeño pero significativo protagonista, la paloma mensajera 46415. Su cuerpo disecado está expuesto en homenaje a su última y fatídica misión durante la Guerra Civil española.

Esta animal formó parte de la Sección Colombófila del Ejército de Tierra, un servicio militar que,  desde 1879 estuvo durante 129 años, utilizando palomas entrenadas para transportar mensajes en situaciones críticas. A pesar de que dejaron de usarse en 2008, la historia de la 46415 destaca entre todas por su valentía en uno de los episodios más duros del conflicto. 

Una misión bajo fuego enemigo

Entre septiembre de 1936 y mayo de 1937, unos 200 guardias civiles sublevados, liderados por el Capitán Santiago Cortés González, junto a un millar de civiles, resistieron en el santuario el asedio del Ejército republicano. Aislados del exterior, su única vía de comunicación eran las palomas mensajeras, que transportaban mensajes al Gobierno Militar de Córdoba, permitiendo coordinar aprovisionamientos y estrategias de resistencia.

La paloma 46415 fue una de esas mensajeras. En su último vuelo, cuando regresaba al santuario con un mensaje crucial, fue alcanzada por una bala enemiga en pleno vuelo. Gravemente herida, logró completar su misión y entregar el mensaje a su destino, falleciendo instantes después.

Su reconocimiento 

A pesar de su valentía, aquel último mensaje no cambió el destino del ejército. El 1 de mayo de 1937, tras 256 días de asedio, el santuario cayó en manos republicanas. No obstante, la historia de la paloma mensajera 46415 se convirtió en un símbolo de heroísmo y sacrificio para el Bando Nacional, que decidió condecorarla póstumamente en 1937. Como homenaje, su cuerpo fue disecado y colocado en exposición en el Museo del Ejército, como símbolo de que en tiempos de guerra, incluso un pequeño animal puede jugar un papel clave en la historia.

Entre los pasillos del Museo del Ejército de España, en el imponente Alcázar de Toledo, se exhiben reliquias que narran la historia militar del país. Uniformes, armamento, documentos históricos y, entre ellos, un pequeño pero significativo protagonista, la paloma mensajera 46415. Su cuerpo disecado está expuesto en homenaje a su última y fatídica misión durante la Guerra Civil española.

Esta animal formó parte de la Sección Colombófila del Ejército de Tierra, un servicio militar que,  desde 1879 estuvo durante 129 años, utilizando palomas entrenadas para transportar mensajes en situaciones críticas. A pesar de que dejaron de usarse en 2008, la historia de la 46415 destaca entre todas por su valentía en uno de los episodios más duros del conflicto. 

Una misión bajo fuego enemigo

Entre septiembre de 1936 y mayo de 1937, unos 200 guardias civiles sublevados, liderados por el Capitán Santiago Cortés González, junto a un millar de civiles, resistieron en el santuario el asedio del Ejército republicano. Aislados del exterior, su única vía de comunicación eran las palomas mensajeras, que transportaban mensajes al Gobierno Militar de Córdoba, permitiendo coordinar aprovisionamientos y estrategias de resistencia.

La paloma 46415 fue una de esas mensajeras. En su último vuelo, cuando regresaba al santuario con un mensaje crucial, fue alcanzada por una bala enemiga en pleno vuelo. Gravemente herida, logró completar su misión y entregar el mensaje a su destino, falleciendo instantes después.

Su reconocimiento 

A pesar de su valentía, aquel último mensaje no cambió el destino del ejército. El 1 de mayo de 1937, tras 256 días de asedio, el santuario cayó en manos republicanas. No obstante, la historia de la paloma mensajera 46415 se convirtió en un símbolo de heroísmo y sacrificio para el Bando Nacional, que decidió condecorarla póstumamente en 1937. Como homenaje, su cuerpo fue disecado y colocado en exposición en el Museo del Ejército, como símbolo de que en tiempos de guerra, incluso un pequeño animal puede jugar un papel clave en la historia.

Entre los pasillos del Museo del Ejército de España, en el imponente Alcázar de Toledo, se exhiben reliquias que narran la historia militar del país. Uniformes, armamento, documentos históricos y, entre ellos, un pequeño pero significativo protagonista, la paloma mensajera 46415. Su cuerpo disecado está expuesto en homenaje a su última y fatídica misión durante la Guerra Civil española.

Esta animal formó parte de la Sección Colombófila del Ejército de Tierra, un servicio militar que,  desde 1879 estuvo durante 129 años, utilizando palomas entrenadas para transportar mensajes en situaciones críticas. A pesar de que dejaron de usarse en 2008, la historia de la 46415 destaca entre todas por su valentía en uno de los episodios más duros del conflicto. 

Una misión bajo fuego enemigo

Entre septiembre de 1936 y mayo de 1937, unos 200 guardias civiles sublevados, liderados por el Capitán Santiago Cortés González, junto a un millar de civiles, resistieron en el santuario el asedio del Ejército republicano. Aislados del exterior, su única vía de comunicación eran las palomas mensajeras, que transportaban mensajes al Gobierno Militar de Córdoba, permitiendo coordinar aprovisionamientos y estrategias de resistencia.

La paloma 46415 fue una de esas mensajeras. En su último vuelo, cuando regresaba al santuario con un mensaje crucial, fue alcanzada por una bala enemiga en pleno vuelo. Gravemente herida, logró completar su misión y entregar el mensaje a su destino, falleciendo instantes después.

Su reconocimiento 

A pesar de su valentía, aquel último mensaje no cambió el destino del ejército. El 1 de mayo de 1937, tras 256 días de asedio, el santuario cayó en manos republicanas. No obstante, la historia de la paloma mensajera 46415 se convirtió en un símbolo de heroísmo y sacrificio para el Bando Nacional, que decidió condecorarla póstumamente en 1937. Como homenaje, su cuerpo fue disecado y colocado en exposición en el Museo del Ejército, como símbolo de que en tiempos de guerra, incluso un pequeño animal puede jugar un papel clave en la historia.

Entre los pasillos del Museo del Ejército de España, en el imponente Alcázar de Toledo, se exhiben reliquias que narran la historia militar del país. Uniformes, armamento, documentos históricos y, entre ellos, un pequeño pero significativo protagonista, la paloma mensajera 46415. Su cuerpo disecado está expuesto en homenaje a su última y fatídica misión durante la Guerra Civil española.

Esta animal formó parte de la Sección Colombófila del Ejército de Tierra, un servicio militar que,  desde 1879 estuvo durante 129 años, utilizando palomas entrenadas para transportar mensajes en situaciones críticas. A pesar de que dejaron de usarse en 2008, la historia de la 46415 destaca entre todas por su valentía en uno de los episodios más duros del conflicto. 

Una misión bajo fuego enemigo

Entre septiembre de 1936 y mayo de 1937, unos 200 guardias civiles sublevados, liderados por el Capitán Santiago Cortés González, junto a un millar de civiles, resistieron en el santuario el asedio del Ejército republicano. Aislados del exterior, su única vía de comunicación eran las palomas mensajeras, que transportaban mensajes al Gobierno Militar de Córdoba, permitiendo coordinar aprovisionamientos y estrategias de resistencia.

La paloma 46415 fue una de esas mensajeras. En su último vuelo, cuando regresaba al santuario con un mensaje crucial, fue alcanzada por una bala enemiga en pleno vuelo. Gravemente herida, logró completar su misión y entregar el mensaje a su destino, falleciendo instantes después.

Su reconocimiento 

A pesar de su valentía, aquel último mensaje no cambió el destino del ejército. El 1 de mayo de 1937, tras 256 días de asedio, el santuario cayó en manos republicanas. No obstante, la historia de la paloma mensajera 46415 se convirtió en un símbolo de heroísmo y sacrificio para el Bando Nacional, que decidió condecorarla póstumamente en 1937. Como homenaje, su cuerpo fue disecado y colocado en exposición en el Museo del Ejército, como símbolo de que en tiempos de guerra, incluso un pequeño animal puede jugar un papel clave en la historia.

Entre los pasillos del Museo del Ejército de España, en el imponente Alcázar de Toledo, se exhiben reliquias que narran la historia militar del país. Uniformes, armamento, documentos históricos y, entre ellos, un pequeño pero significativo protagonista, la paloma mensajera 46415. Su cuerpo disecado está expuesto en homenaje a su última y fatídica misión durante la Guerra Civil española.

Esta animal formó parte de la Sección Colombófila del Ejército de Tierra, un servicio militar que,  desde 1879 estuvo durante 129 años, utilizando palomas entrenadas para transportar mensajes en situaciones críticas. A pesar de que dejaron de usarse en 2008, la historia de la 46415 destaca entre todas por su valentía en uno de los episodios más duros del conflicto. 

Una misión bajo fuego enemigo

Entre septiembre de 1936 y mayo de 1937, unos 200 guardias civiles sublevados, liderados por el Capitán Santiago Cortés González, junto a un millar de civiles, resistieron en el santuario el asedio del Ejército republicano. Aislados del exterior, su única vía de comunicación eran las palomas mensajeras, que transportaban mensajes al Gobierno Militar de Córdoba, permitiendo coordinar aprovisionamientos y estrategias de resistencia.

La paloma 46415 fue una de esas mensajeras. En su último vuelo, cuando regresaba al santuario con un mensaje crucial, fue alcanzada por una bala enemiga en pleno vuelo. Gravemente herida, logró completar su misión y entregar el mensaje a su destino, falleciendo instantes después.

Su reconocimiento 

A pesar de su valentía, aquel último mensaje no cambió el destino del ejército. El 1 de mayo de 1937, tras 256 días de asedio, el santuario cayó en manos republicanas. No obstante, la historia de la paloma mensajera 46415 se convirtió en un símbolo de heroísmo y sacrificio para el Bando Nacional, que decidió condecorarla póstumamente en 1937. Como homenaje, su cuerpo fue disecado y colocado en exposición en el Museo del Ejército, como símbolo de que en tiempos de guerra, incluso un pequeño animal puede jugar un papel clave en la historia.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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