La higiénica razón por la que las moscas se frotan las patas
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La higiénica razón por la que las moscas se frotan las patas

La limpieza les permiten eliminar las partículas que se pegan a sus pelos

Un olivo mediterráneo afectado las moscas.Getty Images/iStockphoto

La clave está en que tienen las patas llenas de pelos. Y a ellos se pegan todo tipo de partículas, ya que, como bien sabemos, las moscas tienen la costumbre de posarse por todas partes, incluso sobre lugares poco salubres. La cuestión es que cuando las vemos frotarse las patas es por una cuestión de higiene, por muy paradójico que resulte.

Se hayan posado donde sea, llega un momento en el que la mosca necesita limpiarse las patas. Y su forma de hacerlo es frotándose una contra otra. De esta manera lo que hacen es desprender las partículas que se hayan quedado adheridas a sus patas debido a la gran cantidad de pequeños pelos que tienen en ellas.

Otra utilidad de sus patas tienen también que ver con su limpieza. Las utilizan para limpiarse el resto del cuerpo. Por eso es muy común ver a las moscas frotándose paradas en cualquier parte frotándose con las patas. 

Todo ese pelaje les sirven para diversas funciones, entre ellas, el proteger su cuerpo y el repeler las gotas de agua y para poder volar aunque les estén cayendo encima.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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