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Lleva a los pequeños pájaros del patio de su vecino a los tribunales por poner en peligro su salud con el canto

Lleva a los pequeños pájaros del patio de su vecino a los tribunales por poner en peligro su salud con el canto

La justicia finlandesa desestima la denuncia de un vecino de Helsinki que pedía retirar cuatro nidos de gorriones por los supuestos daños a su salud

Un gorrión, posado en la rama de un árbol.Alper Tuydes

En el barrio de Malminkartano, en Helsinki, un vecino ha decidido plantar cara a los gorriones que anidan bajo el alero del edificio colindante, llevándolos directamente a los tribunales. Según su denuncia, el canto constante de estas aves no solo es una molestia insoportable, sino que pone en peligro su salud y la de otros residentes. «Los animales voladores y con alas no respetan los límites de parcela; a medida que su número crece, se extienden cada vez más», afirmó con contundencia. Además, exigió que la comunidad de vecinos retirase los cuatro nidos que, según él, amplifican la contaminación acústica y el perjuicio.

Antes de acudir a la justicia, el denunciante había agotado la vía administrativa reclamando al Ayuntamiento de Helsinki y a la comisión de licencias que intervinieran. Sin embargo, las autoridades municipales respondieron que, pese a las reparaciones realizadas en el edificio para impedir que las aves accedieran a su interior, el trino de los pájaros no supera los niveles de decibelios que puedan considerarse nocivos para la salud pública. También subrayaron que la presencia de cuatro nidos no es excepcional en una ciudad que cuenta con parques, jardines y áreas boscosas cercanas, lugares donde la convivencia con la fauna es inevitable.

Finalmente, el Tribunal Administrativo de Helsinki resolvió que los sonidos de los gorriones no constituyen un riesgo sanitario que requiera intervención por parte de las autoridades. Además, señaló que ni el Ayuntamiento ni la comunidad de propietarios tienen la obligación ni la capacidad de impedir que aves silvestres aniden en sus terrenos. La sentencia concluyó que el vecino deberá hacerse cargo de las costas judiciales, aunque aún puede solicitar permiso para presentar un recurso ante el Tribunal Supremo. Por ahora, los gorriones mantienen su derecho a cantar libremente sin que nada pueda silenciarlos.

Este caso, recogido por el diario Helsingin Sanomat, pone sobre la mesa un dilema común en muchas ciudades europeas: cómo gestionar la presencia de la fauna silvestre en entornos urbanos. En un mundo cada vez más dominado por el ruido y la contaminación, la presencia y el canto de los pájaros representan un recordatorio constante de que la naturaleza no desaparece del todo, aunque algunas personas la perciban como una amenaza. La justicia finlandesa ha dejado claro que en esta convivencia la tolerancia es la única vía.

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Aunque pueda parecer una cuestión menor, el caso ha despertado atención internacional por lo inusual de llevar a los tribunales a unos pájaros por su canto. El denunciante, que no vive en el edificio afectado, insistió en calificar a los gorriones como «animales dañinos» y defendió que el ruido provocado «puede constatarse de forma objetiva» como una molestia que daña la salud. Sin embargo, el sistema judicial finlandés no ha considerado procedente su petición y, con esta sentencia, pone fin a un litigio en el que la naturaleza ha ganado la partida.