Los exploradores se sumergen a 3.465 metros bajo las aguas profundas y se topan con una criatura de otra época
Han descubierto 14 nuevas especies marinas.
Las profundidades del océano, donde la presión es mil veces superior a la de la superficie y la luz del sol nunca llega, siguen revelando secretos de otro tiempo. A más de 6.400 metros bajo el nivel del mar, un grupo internacional de exploradores marinos ha encontrado criaturas que parecen sacadas de otra era geológica, entre ellas una especie de molusco considerada un auténtico fósil viviente.
El hallazgo ha sido liderado por la Alianza de Especies Oceánicas Senckenberg (SOSA), una red de científicos que estudia la biodiversidad marina más desconocida del planeta. Su investigación, publicada en la revista Biodiversity Data Journal, ha permitido descubrir y describir 14 nuevas especies, incluidos moluscos, gusanos y crustáceos que viven entre 1.000 y 6.465 metros de profundidad.
Un molusco ancestral
Entre los hallazgos más asombrosos destaca el Veleropilina gretchenae, un molusco descubierto en las profundidades de la fosa de las Aleutianas, cerca de Alaska. Vive a más de seis kilómetros bajo la superficie del océano y pertenece al grupo de los protomoluscos (Monoplacophora), organismos extremadamente primitivos que se asemejan a los primeros moluscos que habitaron la Tierra hace cientos de millones de años.
Según explican los autores del estudio, el Veleropilina gretchenae conserva rasgos anatómicos ancestrales que la conectan directamente con las primeras formas de vida marina compleja.
Otras especies
Pero el molusco no fue la única sorpresa. En la misma expedición se halló una almeja carnívora, denominada Myonera aleutiana, encontrada a más de 5.000 metros de profundidad. Gracias a la microtomografía computarizada (micro-CT), los científicos pudieron obtener más de 2.000 imágenes detalladas de su estructura interna, revelando un sistema digestivo especializado en capturar pequeñas presas.
Otro de los descubrimientos más curiosos es el de la avispa parasitoide Zeaione everta, una diminuta criatura que presenta en su dorso unas protuberancias con forma de palomitas de maíz. Además, los investigadores identificaron la Apotectonia senckenbergae, una especie encontrada en respiraderos hidrotermales de la Cordillera de Galápagos, donde la vida sobrevive en condiciones extremas de temperatura y toxicidad.
El gran desconocido
La biodiversidad de las profundidades marinas sigue siendo un misterio. A pesar de cubrir más del 70 % de la superficie terrestre, se calcula que menos del 5 % ha sido explorado directamente por el ser humano, y solo un 26 % del fondo marino ha sido mapeado con tecnología moderna de alta resolución. Esto significa que la inmensa mayoría de sus ecosistemas, especies y procesos físicos permanecen desconocidos.
En las últimas décadas, la explotación de estos recursos se ha incrementado notablemente. Gracias a los avances tecnológicos —como los satélites, los sumergibles operados a distancia, los observatorios submarinos o los sensores inteligentes— los científicos pueden observar zonas antes inaccesibles. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir.