Desconcierto de los expertos al desconocer por qué estos reyes marinos se sumergen a las profundidades oceánicas
Un equipo de investigadores ha observado inmersiones que alcanzaron los 1.250 metros, cuando anteriormente la profundidad máxima registrada era de 670 metros.

Las profundidas de los océanos están aún repletas de incógnitas, y una de ellas está relacionada con las matarrayas. Un equipo de investigadores ha observado ahora inmersiones de estos animales que alcanzaron los 1.250 metros, cuando anteriormente la profundidad máxima registrada era de 670 metros, según han publicado en la revista especializada Frontiers in Marine Science.
"Demostramos que las mantarrayas son capaces de sumergirse a más de 1.200 metros de profundidad en alta mar, mucho más de lo que se creía", ha explicado el autor principal, Calvin Beale, de la Universidad Murdoch en Perth, según ha publicado el medio nTV. "Estas inmersiones, acompañadas de un aumento subsiguiente de la locomoción horizontal, podrían desempeñar un papel importante para que las mantarrayas recopilen información sobre su entorno y naveguen en mar abierto", ha agregado.
El grupo de científicos equipó con sensores a 24 mantarrayas gigantes (Mobula birostris) en el este de Indonesia, frente a la costa de Perú y frente a la costa norte de Nueva Zelanda, que permitieron rastrear la ubicación y el momento de la llegada de los animales. Los sensores se programaron para desprenderse de los animales al cabo de unos meses. Ocho de ellos fueron recolectados del océano y analizados exhaustivamente, mientras que los demás transmitieron resúmenes de sus mediciones vía satélite.
Tras analizar casi 47.000 movimientos de mantarrayas, identificaron únicamente 79 descensos a más de 500 metros de profundidad, según detalló Infobae. Los animales pasaron poco tiempo en profundidades extremas, pero esto no indica que escapar de los depredadores fuera el detonante, según los autores del estudio. En estos viajes extremos no se observaron rastros del comportamiento típico de alimentación, como permanecer mucho tiempo en el fondo o moverse verticalmente en busca de presas, según remarcan.
Este comportamiento parece deberse más al interés de estos animales a las diferencias en los niveles de oxígeno, la temperatura o incluso la exposición a la luz. "Al sumergirse y 'detectar' estas señales, pueden crear un mapa mental que les ayuda a navegar por vastas y monótonas extensiones del océano abierto", ha afirmado Beale.
Una especie amenazda
En áreas con fuerte presión pesquera, la mantarraya gigante fue revisada como una especie que muestra un fuerte declive, según explica la página web del Centro de Actividad Regional para Especies y Áreas Especialmente Protegidas del Caribe. "Se sospecha que la mantarraya gigante ha sufrido una reducción de población de entre el 50 al 79% durante las últimas tres generaciones (87 años) y una reducción en el área de ocupación debido a presuntas extinciones locales y regionales", aclara.
En áreas donde están protegidas las mantarrayas gigantes las tendencias de avistamiento parecen estables. Esto se debe a que la Manta birostris se clasificó como "En peligro de extinción" ante el descenso de la población, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
