Se pone a quitar las malas hierbas y hace un descubrimiento horrible sobre la plaga letal para perros
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Se pone a quitar las malas hierbas y hace un descubrimiento horrible sobre la plaga letal para perros

Se la conoce como 'oruga del infierno'.

La procesionaria del roble (Thaumetopoea processionea), en una imagen de archivoOrlando Mouchel / 500px vía Getty Images

Un jardinero danés que estaba quitando malas hierbas cerca de una guardería situada en la ciudad de Horsens ha realizado un descubrimiento horrible. El hombre ha hallado en un roble a la llamada 'oruga del infierno', una plaga que es letal para los perros.

En declaraciones al canal de televisión danés TV Midtvest, el jardinero, llamado Bastian Bunch Bertelsen, ha explicado que "lo vi enseguida. No eran ni ácaros, ni barrenadores del manzano, ni ninguno de los otros insectos que solemos ver en los árboles".

Lo que encontró el jardinero fue una sospechosa telaraña en un roble recién plantado. Bertelsen no tuvo ninguna duda, se trataba de la temida procesionaria del roble (Thaumetopoea processionea). El hombre ha contado que rápidamente "me puse en contacto con el municipio y ellos enviaron una empresa de control de plagas que eliminó inmediatamente las telarañas y las larvas".

En relación al hallazgo del jardinero, Hans Peter Ravn, profesor emérito de la Universidad de Copenhague especializado en zoología, ha detallado que esa telaraña es la polilla procesionaria del roble.

La misma "es temida porque sus tres etapas larvarias más antiguas están provistas de microscópicos pelos ardientes. Estos se liberan durante la muda y contienen una proteína altamente alergénica para humanos y perros", ha advertido el experto.

El profesor universitario ha precisado que los ejemplares de esta plaga viven juntos en una red comunitaria (o nido) ubicada en troncos o ramas. Cuando las larvas se desplazan entre los árboles o de un árbol a otro, suelen hacerlo en una formación compacta, formando una larga procesión. De ahí procede ese nombre de procesionaria del roble.

"Su capacidad natural de dispersión es muy limitada. Las hembras no vuelan lejos, por lo que lo más probable es que la larva haya llegado aquí en forma de huevos en robles importados", ha explicado Hans Peter Ravn.

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