Un experto sorprende al revelar la distancia a la que tienes que alejar una víbora de tu jardín para que no regrese
Actuar de forma rápida es clave.
Encontrarse con una víbora en el jardín puede causar alarma, especialmente si se trata de la única serpiente venenosa presente en la naturaleza de muchos países del norte de Europa. Aunque no suelen representar una amenaza directa, su presencia genera inquietud, sobre todo cuando hay niños pequeños o mascotas en casa.
El experto en reptiles Joonas Gustafsson recuerda que las víboras no atacan a personas ni a animales domésticos de forma intencionada. Su actividad es más frecuente durante la primavera y el otoño, mientras que en verano suelen refugiarse en praderas o bordes de bosques, alejadas del bullicio humano.
Aun así, si una víbora aparece en tu terreno y no es posible convivir con ella, puede ser reubicada. Ahora bien, no basta con moverla unos metros: para evitar que regrese, hay que trasladarla a una distancia mínima de entre 2 y 4 kilómetros, explica Gustafsson.
Eso sí, no se trata solo de llevarla lejos. El nuevo lugar debe ofrecer las condiciones adecuadas: refugio, alimento como roedores, y posibilidades de hibernación, como grietas entre rocas. En caso contrario, la serpiente podría no sobrevivir al invierno.
El especialista aconseja reubicarla en zonas donde ya se sepa que hay presencia de víboras, como áreas rocosas junto a campos o claros del bosque. Así, la probabilidad de que se adapte al nuevo entorno es mucho mayor.
¿Cómo mover a una víbora de forma segura? De acuerdo con lo que explica Gustafsson, las mejores formas son las siguientes:
- Mantén una distancia de seguridad: utiliza herramientas de jardinería con mango largo (rastrillo, escoba) para dirigirla hacia un cubo.
- Protección personal: usa guantes gruesos y botas altas.
- Transporte adecuado: el cubo debe tener tapa segura y orificios de ventilación. Las serpientes más grandes requieren un cubo más alto para evitar que escapen.
- Traslado inmediato: lleva a la víbora directamente a su nuevo hábitat sin demoras.
¿Y si vuelve? El problema se encuentra en que alejar una víbora no garantiza que no aparezca otra. "Si hay otras en la zona, es probable que una nueva ocupe su lugar", advierte Gustafsson. Por eso, además de reubicar, es clave prevenir.
Mantener el jardín ordenado y libre de escondites -como montones de leña o vegetación densa- reduce el atractivo para estos reptiles. También es importante evitar que el entorno atraiga a roedores, su principal fuente de alimento. Por ejemplo, los comederos de aves pueden esparcir semillas en el suelo, lo que a su vez atrae a los roedores y, con ellos, a las víboras.
Finalmente, Gustafsson desmonta algunos mitos: los hormigueros no espantan serpientes, por lo que esparcir vinagre en el jardín no sirve absolutamente de nada.