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Cómo reducir tu huella ecológica eligiendo bien tu frigorífico

Cómo reducir tu huella ecológica eligiendo bien tu frigorífico

Nunca se apaga y es uno de los electrodomésticos que más influye en el consumo energético de casa.

Frigorífico combi.
Frigorífico combi.AGENCIA

Casi nunca reparamos en él, peor el frigorífico está ahí, como si fuera una parte más del mobiliario, discreto, silencioso. Justo por eso, porque nunca se apaga, es uno de los electrodomésticos que más influye en el consumo energético de casa… y también en el impacto ambiental que dejamos. Si estás pensando en vivir de forma un poco más sostenible, tal vez deberías empezar por ahí, por ese aparato que trabaja las 24 horas del día, sin que le demos mucha importancia.

Hace unos años, cuando se hablaba de sostenibilidad, todo giraba en torno a grandes proyectos como los coches eléctricos, los parques eólicos, las fábricas más limpias. Sonaba a cosas lejanas, casi inalcanzables para el ciudadano de a pie. Ahora sabemos que también cuentan esos gestos cotidianos que hacemos dentro de casa, casi sin darnos cuenta.

Y uno de esos gestos es mirar al frigorífico. Ese mismo que lleva años encajado entre los muebles, como si no existiera. Lo usamos a todas horas, pero no lo pensamos. Y, sin embargo, consume más del 13 % de la energía eléctrica en muchos hogares, según el IDAE, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía que promueve un uso más racional de la energía en España.

Se trata de un aparato que no se apaga nunca, que está funcionando día y noche, con frío, con calor, en verano y en invierno. Así que no vale decir “bueno, ya lo cambiaré cuando se rompa”. Hoy en día hay modelos que consumen mucho menos, conservan mejor los alimentos y están pensados para durar, solo hay que saber elegir con un poco de cabeza.

La decisión inteligente de cambiar los frigoríficos antiguos

El frigorífico está siempre encendido, las 24 horas del día, los siete días de la semana. No se toma vacaciones, no descansa. Muchos llevan más de diez años funcionando sin parar, y ahí siguen, cumpliendo su función sin que nadie les preste demasiada atención. Pero ese funcionamiento constante, aunque pase desapercibido, tiene un coste. Y no solo en la factura de la luz, también en términos ambientales. Especialmente cuando hablamos de modelos antiguos, de esos que todavía se encuentran en muchas casas de campo, pisos de alquiler o segundas residencias que consumen una barbaridad de electricidad y utilizan gases muy contaminantes.

Los modelos actuales son, en su mayoría, bastante más respetuosos con el entorno. Pero ojo, no todo lo que sale nuevo al mercado no es igual de eficiente. Y, desde luego, no todo lo eficiente es automáticamente práctico. Por eso, antes de comprar, hay que informarse.

Lo primero, deberá ser mirar bien la etiqueta energética. Desde que la Unión Europea simplificó el sistema en 2021, es más fácil entenderlo, puesto que ahora la clasificación va de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente) así de sencillo, claro y visible, solo hay que leerlo.

Después, hay que fijarse en la tecnología que lleva incorporado. Lo ideal es que sea No Frost, para evitar la escarcha y mejorar la circulación del aire, que tenga sensores inteligentes que ajusten la temperatura en función del uso, que evite, en lo posible, las pérdidas innecesarias de frío cada vez que abrimos la puerta…

Y, por supuesto, hay que pensar también en cómo vivimos, puesto que no todo el mundo necesita el mismo tipo de frigorífico. Si se vive solo, no tiene sentido comprarse una nevera familiar, y si se cocina poco, ¿para qué un congelador gigante que nunca se va a llenar? Elegir un modelo que encaje con el estilo de vida de cada casa no solo es más práctico, también es una forma de evitar un consumo excesivo e innecesario. Entre las opciones más populares, los frigorificos combi destacan por su diseño vertical y su eficiencia. Tienen el congelador abajo y el frigorífico arriba, y permiten un uso más racional del espacio y de la energía.

Entre las marcas que apuestan fuerte por esta combinación de eficiencia y sostenibilidad está Liebherr. Su gama de frigoríficos combi está diseñada para reducir el consumo, mantener los alimentos frescos más tiempo y evitar olores indeseados gracias a sistemas como DuoCooling, con un circuito para cada compartimento.

Algunos de sus modelos, además, incorporan tecnología NoFrost y materiales reciclables, con un nivel de ruido muy bajo. Y en una casa donde la cocina es el centro de todo, se agradece enormemente no tener que escuchar el típico zumbido constante que hacen algunos de estos electrodomésticos.

Y cuando se decide comprar uno mejor, más moderno, más eficiente… y el antiguo, ¿qué hacemos con él?

Un frigorífico viejo es un residuo delicado. Contiene aceites, gases, metales, no se puede tirar sin más, por lo que hay que gestionarlo correctamente, llevándolo a un punto limpio o aprovechar que muchas tiendas se encargan de su retirada cuando te traen el nuevo. Es gratis, legal y, sobre todo, respetuoso con el medioambiente.

Más allá del consumo, es cultura

A veces nos preguntamos qué significa realmente vivir de forma sostenible. ¿Dejar de usar plástico? ¿Poner placas solares? ¿Tener coche eléctrico? Todo eso ayuda, claro, pero también lo hace elegir un frigorífico que no consuma más de lo necesario, que conserve bien y que dure muchos años.

La sostenibilidad empieza en decisiones pequeñas, silenciosas, casi invisibles, pero muy importantes. Como cuando decides no dejar abierta la puerta de la nevera mientras piensas qué cenar o el momento en que eliges un modelo que, sin hacer mucho ruido, está diseñado para cuidar de tu casa y del planeta al mismo tiempo.

Una cocina puede ser bonita y responsable a la vez. Todos queremos electrodomésticos que se vean bien, que combinen con los muebles, que no desentonen con el mármol o con la vitro. Pero la belleza de una cocina también está en cómo se usa, en si permite conservar mejor los alimentos, en si reduce el desperdicio, en si está pensada para funcionar de forma más limpia, más eficiente, más lógica.

En definitiva, ser sostenible no es una moda, es una forma de mirar el mundo y también de mirar la cocina. Puede que el frigorífico no sea el aparato que más ilusión te haga cambiar, sin glamour, no presume de inteligencia artificial, no te da acceso a internet, pero si eliges bien, si te detienes un momento a pensar en lo que supone tener uno eficiente, silencioso, duradero… verás que es una de las mejores decisiones que puedes tomar para cuidar del planeta sin salir de casa.