Daniel Blai trabaja en Barcelona pero vive en Girona: "La logística y el precio del alquiler en Barcelona era impensable"
Para él, sustituir parte del coste de la vivienda por horas de tren “compensa”.

Cada vez más trabajadores eligen vivir fuera de la ciudad en la que desempeñan su empleo, atraídos por los precios más asequibles de la vivienda y la posibilidad de combinar teletrabajo con desplazamientos diarios. Esta tendencia, que ha crecido con la mejora de las conexiones ferroviarias y la flexibilización laboral, hace que muchas personas estén dispuestas a invertir tiempo en trayectos a cambio de un hogar más económico.
Este es el caso de Daniel Blai, un ingeniero informático que vive en Girona y acude a su puesto en Barcelona varios días a la semana. “Ahora teletrabajo algunos días, pero el resto vengo en tren”, cuenta en declaraciones recogidas por Antena 3. Un desplazamiento que le puede llevar alrededor de una hora y media por trayecto y que le ha obligado a aprender cómo organizar su día a día y aprovechar el tiempo durante el viaje.
Esta decisión no es fruto de ninguna casualidad, sino que viene impulsada por la tendencia alcista del mercado inmobiliario. “La logística y el precio del alquiler en Barcelona era impensable y decidimos ir a vivir a Girona hace años”, cuenta Daniel. Para él, sustituir parte del coste de la vivienda por horas de tren “compensa”, sobre todo porque le permite mantener su empleo en la capital catalana sin renunciar a una mayor calidad en su vida cotidiana.
Una tendencia en alza
El de Daniel no es un caso aislado, sino que los datos oficiales revelan que la movilidad laboral entre provincias se ha acelerado en los últimos años. Según la estadística de Movilidad del Mercado de trabajo de la Agencia Tributaria, cerca de 237.000 trabajadores cambiaron de territorio en 2024 por cuestiones de trabajo, una cifra que supera con creces los movimientos previos a la pandemia.
El fenómeno se aprecia con nitidez en las grandes ciudades ya que, solo en 2024, en Barcelona 30.295 asalariados abandonaron la provincia rumbo a otros destinos, así como en Madrid la salida fue de 54.500 trabajadores. Algunos de los factores más relevantes que explican esta tendencia son la explosión del precio del alquiler, la oferta limitada y la posibilidad de teletrabajo parcial, los cuales han convertido el desplazamiento diario en una alternativa asumible para muchos.
Concretamente, en Cataluña se observan movimientos claros hacia ciudades que se han ganado la etiqueta de “refugios inmobiliarios”. Entre 2019 y 2024 aumentó notablemente el número de trabajadores que optan por vivir en Tarragona (de 2.748 a 4.369) y en Girona (de 2.687 a 4.099), según registros provinciales recogidos por el medio citado. Para numerosos asalariados, lo mejor es pagar menos por la vivienda aunque suponga sumar tiempo de desplazamiento.
