En Francia se empieza a mirar con envidia lo que ha acabado de hacer Ikea con sus precios en España
La multinacional sueca ha invertido 103 millones de euros en solo dos años para abaratar sus muebles y productos, aunque eso haya reducido su beneficio.

Con la inflación al alza y muchas familias haciendo cuentas para llegar a fin de mes, Ikea ha apostado por bajar los precios en España, aunque eso le cueste ganar menos dinero. La multinacional sueca quiere mantener su liderazgo en el mercado del mueble apostando por el volumen antes que por los márgenes.
Según ha publicado la revista francesa Equinox, la compañía ha invertido 103 millones de euros en la península ibérica durante los dos últimos años con un objetivo claro: que sus productos sean más asequibles para todos. En un contexto marcado por la presión económica sobre los hogares, Ikea ha preferido ajustar sus precios a la baja y compensar esa pérdida de rentabilidad atrayendo a más compradores.
La estrategia ya da resultados. En el último ejercicio fiscal, Ikea España ha vendido un 2% más que el año anterior, a pesar de haber rebajado los precios. En paralelo, sus beneficios netos han bajado un 9,6%, hasta situarse en 134 millones de euros. Ha ganado menos dinero, sí, pero no por falta de actividad: ha vendido más unidades, solo que más baratas.
También juegan con la segunda mano
Ese cambio se nota en las tiendas. En 2024, los establecimientos de Ikea en España han recibido un 16% más de visitantes. Los datos muestran que el nuevo enfoque funciona y que los consumidores responden positivamente cuando una gran marca decide ajustar precios en lugar de inflarlos como el resto.
Y no todo se reduce a rebajar etiquetas. Para enganchar a más consumidores, Ikea ha reforzado su apuesta por la sostenibilidad. Lo ha hecho lanzando Ikea Home, una plataforma pensada para profesionales que necesitan equipar espacios de trabajo sin disparar el presupuesto, y ampliando su programa Ikea Preowned, centrado en muebles de segunda mano.
Este sistema permite a los clientes devolver productos que ya no usan, recibir un vale a cambio, y dar una segunda vida a esos artículos en lugar de tirarlos. Es una forma de ahorrar, de reciclar y de acercarse a quienes buscan opciones más responsables con el medio ambiente y con el bolsillo.
Así espera Ikea seguir captando nuevos públicos, llegar a perfiles que antes no pisaban sus tiendas… y, sobre todo, conseguir que vuelvan.