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Marc Cerdán, experto en climatización: "Si tienes una instalación barata y deficiente, pagarás más con el paso del tiempo"

Marc Cerdán, experto en climatización: "Si tienes una instalación barata y deficiente, pagarás más con el paso del tiempo"

Algunos materiales como el ladrillo clásico, la piedra natural o el hormigón son difíciles de calentar, mientras que la elección del sistema de calefacción influye directamente en el consumo energético.

Con el costo de la energía en aumento, un hombre maduro recurre a ropa de invierno para mantenerse abrigado en lugar de encender la calefacción.
Con el costo de la energía en aumento, un hombre maduro recurre a ropa de invierno para mantenerse abrigado en lugar de encender la calefacción.Getty Images

Marc Cerdán, de 26 años, técnico gestor en Pinergia, una cooperativa del Pirineo que desarrolla proyectos de ingeniería, climatización y eficiencia energética para empresas y particulares, explica a rac1.cat que climatizar bien la vivienda ya no es solo una cuestión de confort, sino un desafío que muchos consideran un lujo.

Para Cerdán, especialista en gestión de ciudades inteligentes y sostenibles, la clave está en entender las necesidades energéticas de cada hogar. “El Código técnico de la edificación marca que la temperatura de confort son 21 grados en invierno y 25 en verano”, señala. No obstante, este estándar puede variar según la construcción de la vivienda y el tipo de instalación utilizada.

Los sistemas por radiación, como la calefacción por suelo radiante o radiadores de agua, ofrecen un confort superior al mantener la temperatura estable, aunque su instalación es más costosa. Por otro lado, los sistemas por convección, como aires acondicionados o ventiloconvectores, calientan rápidamente, pero el confort desaparece al apagar la máquina.

Para soluciones rápidas y económicas, Cerdán recomienda radiadores de aceite o cerámicos, especialmente en habitaciones medianas. Advierte, sin embargo, del riesgo de estufas de combustión con ventilación insuficiente: “Una mala combustión o poca ventilación puede provocar un exceso de monóxido de carbono que podría ser mortal”.

Además de la calefacción, existen medidas para reforzar el aislamiento del hogar sin grandes instalaciones: sellar marcos, cambiar cristales simples por dobles, añadir aislamiento en techos o paredes y proteger las tuberías de calefacción.

Si se parte de cero y se busca eficiencia y sostenibilidad, Cerdán propone una combinación de bomba de calor aerotérmica con energía fotovoltaica: “Es robusto, puede hacer frío y calor, ya la larga sale más barato”. Esta solución, junto con un recuperador de calor, permite climatizar de manera eficiente y mantener la calidad del aire, un aspecto cada vez más valorado desde la pandemia.

El coste inicial puede rondar los 14.000 euros, pero, según Cerdán, “a largo plazo las instalaciones de gas pueden dar problemas y salen aún más caras”. Su visión es clara: “Cada vez habrá más electrificación, más aerotermia y más comunidades energéticas. Producir tu propia energía será el estándar”.