Alejandro, conductor de autobús de larga distancia: "Te permite algo que trabajar en un camión no te da, entrar en el corazón de las ciudades"
El joven se acaba de proclamar mejor conductor de autocares del mundo.

Ser conductor de autobús es mucho más que llevar un vehículo de un punto a otro: implica precisión, temple y una convivencia diaria con carreteras interminables, horarios ajustados y ciudades donde todo el mundo va con prisas. En ese escenario de exigencia y vocación destaca Alejandro Álvarez Méndez, el joven que acaba de convertirse en el mejor conductor de autobús del mundo, después de nueve años de profesión.
El joven de tan solo 30 años natural de Becerreá, en Lugo, trabaja en la empresa Aubesa y se proclamó en el mes de noviembre mejor conductor de autocares en las tres categorías del certamen celebrado en Expobus Iberia: Mundo, Europa y España. El lucense se impuso en una competición que reunió a cerca de 70 profesionales procedentes de España y Portugal y en la que brilló por precisión y calma al volante.
La prueba, llevada a cabo en el recinto de la Ferra Internacional de Galicia ABANCA en Silleda, combinó un examen teórico con varios ejercicios técnicos, como un slalom, medición de anchura y altura, estacionamientos laterales y pruebas de suavidad en frenadas y aceleraciones. Alejandro, que participó por primera vez y compitió sin haber probado previamente el circuito, destacó especialmente en dos pruebas: el cálculo de la altura del vehículo y el estacionamiento de precisión.
Un trabajo vocacional
Tras acabar un largo viaje desde Lugo hasta La Alberca, Alejandro reconocía en una entrevista telefónica con El Progreso que la experiencia le dejó “moi contento” y algo de sorpresa por haber competido de noche en buena parte de las pruebas. Su compañera de empresa recogió el trofeo en su nombre porque él estaba en servicio en el momento de la entrega, una circunstancia que, asegura entre risas, resume bien la realidad de un oficio en el que la carretera no entiende de podios ni de horarios.
Para Álvarez la conducción es vocación: creció en una familia vinculada a Aubesa, la empresa fundada por sus abuelos que mantiene bases en Becerreá y Barcelona, y comenzó a conducir a los 21 años en vehículos más pequeños hasta dar el salto al autocar grande. “Te permite algo que trabajar en un camión no te da: entrar en el corazón de las ciudades”, resume el propio Alejandro, que prefiere las rutas largas pese a su dureza y valora el apoyo de su familia y pareja para compatibilizar viajes de semanas con la vida personal.
En la clasificación mundial, el segundo y tercer puesto de la competición los ocuparon Sergio Pérez (Autocares Iglesias) y Fernando Gesto (Autos Carballo), respectivamente. Los organizadores y los técnicos encargados del circuito destacaron la elevada exigencia de las pruebas y la profesionalidad demostrada por los participantes. Concretamente, para Alejandro conducir un Scania Irizar por media Europa sigue siendo, por duro que sea, “el trabajo que más le gusta”.
